Temas
- Last Day Of Winter (9:36)
- Autumn Into Summer (10:44)
- March To The Sea (11:37)
- Untitled (4:43)
- Red Ran Amber (11:20)
- Aurora Borealis (4:55)
- Sirius (5:47)
Integrantes
- Trevor de Brauw: guitarras eléctricas y acústica
- Laurent Schroeder-Lebec: guitarras eléctricas y acústica
- Bryan Herweg: bajo, guitarra acústica - Larry Herweg: batería
Pelican es una de las bandas más significativas dentro de esta variante del
post-rock llamada post-metal: o sea, rock atmosférico y apoyado en vibraciones
emparentadas con el space-rock pero con un filo guitarrero contundente que
revela una sensibilidad metalera, la cual se impone no como un adorno o un
matiz, sino como un ingrediente vital para el esquema sónico resultante. Una
vez que he intentado hacer una somera descripción del post-metal, podemos
acercarnos al que usualmente es considerado como uno de los mejores discos de
la carrera de Pelican: "The Fire In Our Throats Will Beckon The Thaw". Siendo
el segundo CD de larga duración después del debut "Australasia" y un EP
homónimo que precedió a este último, "The Fire In Our Throats Will Beckon The
Thaw" refleja cabalmente el estándar por el cual las grabaciones posteriores
serán habitualmente evaluadas y degustadas por críticos y fans. El tercer tema
de este disco, 'March To The Sea', es una versión más corta de 'March Into The
Sea', pieza de 20 minutos contenida en un EP publicad ocas idos meses antes del
álbum que tenemos en manos ahora.
'Last Day Of Winter' abre el disco con una ceremoniosidad entre cósmica e
introspectiva, solventemente cubierta por el manejo de un nervio controlado en
los guitarreos mientras la batería elabora una cadencia introductoria sobre un
compás lánguido. Una vez metidos en el corazón de la pieza, el cuarteto elabora
una atmósfera sólida y sobriamente inquietante, como si la esencia de lo
nostálgico pudiera emanar un tipo de luz renovadora por obra y gracia de la
armazón de texturas y timbres que De Brauw y Schroeder-Lebec crean en sus
ágiles compenetraciones. El clímax rotundo que se desarrolla entre el quinto
minuto y medio y el séptimo y medio es irrefutablemente impactante, marcando un
decisivo momento de erupción emocional tras el cual solo cabe abocarse a una
calma sanadora; esta última idea se completa con una hermosa coda de guitarra
acústica. 'Autumn Into Summer' se toma las cosas con un poco más de calma, al
menso durante sus primeros cuatro minutos, donde hay una situación de
permanente expectativa en la cual el ensamble elabora ciertos grooves y
cadencias moderadamente complicadas bajo un tenor reflexivo y contenido. Poco
antes de llegar a la frontera del cuarto minuto y medio, la instrumentación
aumenta notablemente su dosis de muscularidad, aunque se nota que el ensamble
decide permanecer firme en su curiosidad por explorar el groove y enfatizarlo
en varios aspectos, en vez de volcarse hacia algún recurso de densidad o
fortaleza electrizante: eso sí, algunos riffs portan una solidez
inconfundiblemente metalera consigo. La familiaridad con Isis y Red Sparowes es
evidente en cuanto a la estructura de los desarrollos sonoros, pero ojo, que no
queremos insinuar para nada que Pelican es un ítem falto de personalidad
propia. 'March To The Sea' es el tema que sigue a continuación, estando a cargo
de explorar con mayor ostentación las aristas más extrovertidas de tensa visión
musical de la banda. Hay una sensación de explosión controlada, una expansión
de partes destruidas que nunca salen de unos confines bien definidos: la
sucesión de motivos esta impecablemente hilada, una estructura bien compacta
donde el desarrollo de los sonidos y atmósferas se sigue fácilmente sin que el
aura de innegable sofisticación que impera en el vigor rockero en curso suponga
una paradoja o contradicción.
La segunda mitad del disco comienza con el cuarto tema, explícitamente dejado
sin titular: las guitarras acústicas se apoderan del centro nuclear de la
pieza, realizando una ambientación cálida, incluso optimista. A pesar de que no
tiene título, esta pieza parece portarse como la musicalización de un
pensamiento contemplativo sobre esos parajes calmados de la Madre Naturaleza
que nos da la sensación que nunca se va a romper. De todas maneras, algunas
sospechas de futuras intranquilidades salen a relucir cuando emergen algunos
trucos electrónicos cuales retazos aleatorios, cerca del final. De este modo,
parece anunciarse un nuevo torbellino de explosiones controladas - 'Red Ran
Amber', una ambiciosa composición de 11 minutos y pico. Aquí hay efectivamente
una confluencia entre 'Last Day Of Winter' y 'March To The Sea' a través de las
líneas de acción desarrolladas en los primeros tres minutos, las cuales se
clausuran con unos brochazos de delirantes rasgueos de guitarra que abren la
puerta a una sección reposada muy a lo Mogwai. Esta sección se toma unos
cuantos minutos para asentar una atmósfera discreta y relajada, antes de
tornarse en algo más furioso, amén de mucho más contundente en cuanto a
robustez rockera: es aquí que la explosión inicial se reinicia con llamas
renovadas de una hoguera que ha tomado suficiente impulso como para quemar todo
a su paso antes de llegar a su culminación definitiva. Esta pieza ha sido
diseñada para signar un cénit especial del disco, y ha logrado cumplir
exitosamente con tal propósito. 'Aurora Borealis' se explaya en un ejercicio de
puro post-rock, al modo de lo que sonaría el ensamble de Explosions In The Sky
si se pusiera a tocar con guitarras instaladas por el personal asistente de Red
Sparowes. Estos matices de enérgica vibración contemplativa incorporados por
'Aurora Borealis' no caen en saco roto pues los últimos 5 BE minutes del
album, ocupados por 'Sirius', reflejan en buena medida la vibración
contemplativa antes mencionada, pero eso sí, el esquema sonoro adquiere tonos
tremendamente musculares en la mayor parte de la segunda mitad, manifestaciones
de polenta rockera que nada tienen que envidiar a las que ya se revelaron en
muchos pasajes precedentes del disco. Los ensoñadores pasajes de cierre revelan
el momento en el que el alma reflexiva voltea sobre sí misma y las diversas
ideas que abordó y abrigó desde el comienzo del disco. De este modo, "The Fire
In Our Throats Will Beckon The Thaw" culmina la exposición de una espléndida
hora cumbre en la creatividad desarrollada por Pelican para algunas nuevas
orientaciones derivadas del estándar del post-rock. Pelican es una banda que
merece la atención de los amantes y curiosos de la vanguardia rockera de
nuestros tiempos.
César Mendoza
César Mendoza
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