The Pax Cecilia es un nuevo grupo de Estados Unidos ( Rochester, New
York). Los músicos son muy jóvenes y la formación utilizada para su segundo
disco, objeto de este comentario, "Blessed are the Bonds" es:
- Greg Austin - Orquestación, Percusión étnica y acústica, Voces
- John Feustel - Bajo, Sintetizadores, Ruido Ambiental, Voces
- Daniel James - Guitarra acústica y electrica, Flauta, Voces
- Slade Lellock - Guitarras
- Kent Fairman Wilson - Piano, Chello, Harpa Céltica, , Voces
- Rachel Marilley - Violin
Músicos de sesión:
- Canzonetta Trio: Giovanni Crooks, Kristin Sambolin, Siobhan Fleming
- D. James Goodwin - Voces
- Harold "Harlo" Taddy - Voces
- Dutch Pearce - Voces
- Emma Maatman - Voces
- Justin Dudley - Voces
- Amylynn Weiland - Voces
- William "Agent" James - Trombón
Como puede comprobarse no estamos ante un grupo con la estructura habitual
y esa es la primera de sus características, el uso de instrumentos
"clásicos" resulta ser troncal en muchas de sus composiciones. La segunda
cuestión a reseñar es la enorme emoción que transmite su música, la
juventud de estos chicos se traduce en un resultado inclasificable pero
sumamente bello, progresivo y original. Su música no permite una escucha
pasiva o rápida, al oyente se le exige un punto más de implicación para
seguir las diferentes texturas, matices y pasajes por los que el variado
discurso del disco te va transportando, a las orejas vagas este disco le
parecerá un maratón de diez mil kilómetros.
Se les "compara" con Kayo Dot, Isis,Grayceon,Neurosis e incluso con Agaloch
pero, curiosamente, este irreflenable deseo de "etiquetar" es sumamente
difícil con este grupo de manera que ninguna de esas comparaciones es
"exacta".
En el ámbito de los "géneros" se les clasifica indistintamente de postrock,
metal, clásica, indie, postcore, ambient, postmetal, épicos, y screamo (
todas estas "etiquetas" están extraídas de diferentes reviews o comentarios
respecto de este disco ). Es decir, y para no equivocarnos: se trata de
progresivo en tanto en cuanto se admita que dicho término admite las
acepciones de heterogeneidad, mezcla y heterodoxia musical ( como así es,
sin duda).
El disco tiene ocho canciones distintas y distantes. Por destacar una me
referiré a la absolutamente imprescindible The Tomb song, un ejercicio de
bondad musical al servicio del oyente en el que un piano cabalga sobre una
guitarra generando tal tensión en tu cabeza que hasta es posible que el
pelo te vuelva a crecer al acabar la primera escucha ( propiedad ésta que
justificaría por sí sola la audición, obviamente). Todas las canciones son
enormes, ninguna desentona, cada una tiene un momento clave, un quiebro que
te permitirá ir descubriendo la enorme generosidad de estos jóvenes músicos
de los que se nota su formación clásica, seguramente tienen clase hasta
cerrando la tapa del piano o encerando el arco del violín .
Por si todo esto fuera poco la propuesta de The Pax Cecilia es doblemente
atrevida ya que, cual David ante Goliath, retan de forma insultante a la
industria musical ofertando la "adquisición" de su disco a cambio de una
simple donación que cubra sus gastos de envío.
No deseo abrir el debate de si esto es bueno o no, pero se convendrá conmigo
en que incitar esa distribución, siendo un grupo desconocido, no es lo mismo
que hacerlo cuando estas ya en un punto álgido de tu carrera ( vid.
Radiohead ). Estos chicos parecen estar convencidos de que pueden atrapar a
sus seguidores por el mero acto de la escucha de su música y sin otros
recursos mercadotécnicos que su propio valor añadido. Se entregan, pues,
desnudos a la escucha y se someten al oreja a oreja musical lo cual supone
una verdadera muestra de valentía y confianza en los sistemas de
comunicación independientes ( como éste de La Caja) y en la hermosa
honestidad que transmite su música. El disco cuenta con una magnífica
producción y edición y, por supuesto, está exento de posibles
"interferencias" de alguno de los sellos comerciales al uso. La
independencia es absoluta y eso se nota en el resultado, los músicos tocan
lo que quieren y cómo quieren sin condicionamientos previos de ningún tipo,
las canciones tienen pues el metraje que les conviene a ellos y no a las
emisoras de radio o las casas discográficas. Es obvio que nunca se les oirá
en la consulta del dentista, mejor.
No lo dudéis, se trata de un disco a mi entender fundamental por todos los
motivos citados. Musicalmente es extraordinario por la frescura, emoción,
épica e ingenuidad de sus composiciones de las que resulta imposible
despegarse así como así. Es música hecha en el presente pero desde el pasado
y para el futuro, estamos ante un grupo con un enorme potencial, no dejemos
que se pierda en el olvido. Alegrémonos, la vieja alquimia del virus
Progresivo sigue mutando y The Pax Cecilia es el último de sus frutos".
Carlos Gambero
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