Temas
- Estación de Sombra (5:34)
- Traoedia (4:26)
- Espacios en Torno (2:15)
- La Morgue (4:31)
- Mangle (4:12)
- Deshueso (4:41)
- En la Cuerda Floja (3:30)
- Ipecacuana (3:56)
- Nadja [bonus track] (4:27)
Integrantes
- Alejandro Sánchez / violín, violín barítono
- Carlos Ruiz / fagot
- Cuauhtémoc Novelo / batería, percusión, efectos
- Jorge Gaitán / bajo, viola
- Carlo Nicolau / piano, cello
Después de un homónimo primer disco que dio mucho espacio a atmósferas
lánguidas y ambientes flotantes como núcleos sonoros para los desarrollos
sonoros, Nazca ofrece en su segundo y último trabajo “Estación de Sombra” una
amalgama estilística más afiatada, portadora de estructuras más integradas y
sonoridades más llenas, sin por ello renunciar un ápice a la ideología de
disonancias nublosas propia del RIO a lo Univers Zero. Siempre será posible
encontrar algunos adornos de corte jazzero en ciertos pasajes de un par de
temas, pero básicamente aquí se hace un repaso minucioso y entusiasta de los
osados parámetros del rock intelectualizado de cámara. Somos muchos los que
pensamos que este disco es la obra cumbre de Nazca, y de paso, una joya
absoluta del progresivo vanguardista en las latitudes hispanohablantes de todos
los tiempos.
El tema homónimo da inicio al disco con un tenor ceremonioso cuya exquisitez un
tanto distante torna pronto hacia una sección un poco más extrovertida, cargada
de un misterio que se plasma fluidamente a través de las dinámicas variaciones
de ambiente y ritmo: los juegos de texturas son impecables al 100 %, así como
los sumamente cuidados diálogos entre los cinco instrumentistas. La verdad que
la huella del Univers Zero del “1313”. ‘Traoedia’ exhibe una aureola de cámara
vanguardista más pronunciada aún, y ciertamente el aire de misterio es mayor en
comparación. La precisa emisión de redobles, pulsaciones y adornos percusivos
varios de parte de Novelo permite a la banda transitar con sólida confianza por
la mayoría de parajes, terminando la pieza con una secuencia de violín, viola y
fagot que tiene algo de “travieso”. ‘Espacios en Torno’ comienza apuntando a
ambientes marcadamente solemnes, para luego aterrizar en un motivo bizarramente
celebratorio. ‘La Morgue’ hace justicia a su título, portando una vibración
etérea un tanto tanática. El carácter marcial de una secuencia intermedia me
hace evocar un pelotón de cargadores que van amontonando cadáveres. ‘Mangle’
inaugura la segunda mitad del disco sin grandes cambios en el desarrollo
estilístico del disco, lo cual no está nada mal pues Nazca domina
magistralmente la diversidad de ambientes y el crescendo de cadencias
recurrentes bajo una atmósfera general grisácea. ‘Deshueso’ tiene un aire
evidentemente menos inquietante: sin renunciar a la esencia desafiante del RIO,
en esta pieza el grupo se maneja por una suerte de lirismo controlado, e
incluye un breve pasaje de piano que encarna muy bien el término “onírico”. ‘En
la Cuerda Floja’ enfatiza la sonoridad académica habida cuenta que el bajista
Gaitán pasa a la viola y el pianista Nicolau pasa al cello: al más puro estilo
Schoenberg, el ensamble se manda con un planteamiento radicalmente iconoclasta
del desarrollo melódico y la consistencia rítmica. ‘Ipecacuana’ ofrece el
momentum majestuoso del disco, llevando las sonoridades primordialmente
desarrolladas a lo largo del repertorio hacia un clímax inteligentemente armado
sobre cadencias rítmicas casi fusionescas. En todo caso, el swing tan
particular de la dupla rítmica es aprovechado para generar un arrastre de las
líneas de violín, bajo las cuales el fagot revolotea con plena sutileza. Me
hubiese gustado que este clímax hubiese sido un poco más extenso, incluso tal
vez más explosivo, pero tal como está queda como un excelente broche de oro
para el disco. El bonus track ‘Nadja’ totalmente coherente con el espíritu
global del disco, tal vez portando un recurso caótico más pronunciado en los
pasajes de violín y fagot, pero a fin de cuentas bien establecido en las pautas
de complejas orquestaciones bien armadas.
Balance general: !qué gran obra es este disco “Estación de Sombra”! Nazca
ofrece toda una gema de progresivo vanguardista desde unas latitudes bien
lejanas del punto de origen del RIO. Sin embargo, se nota que la banda captó
bien el espíritu y los esquemas generales de esta tendencia experimental y las
supo plasmar en una voz propia y desafiante. Esta “Estación de Sombra” ha de
iluminar las mentes de los melómanos progresivos con afilado instinto
aventurero.
César Mendoza
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