01. Om Mani Padme Hum: movement one (07:46)
02. Om Mani Padme Hum: movement two (04:34)
03. Om Mani Padme Hum: movement three (03:29)
04. Om Mani Padme Hum: movement four (04:58)
05. Determination (05:51)
06. Song for a king (05:22)
07. Roof of the world (04:31)
08. Looking in (04:42)
MÚSICOS:
- DAVID DURANT: vocals
- ASHLEY MULFORD: electric and acoustic guitars
- JOHN STIMPSON: bass and acoustic 12 string guitars
- TONY CRESSWELL: drums, timpani, tubular bells
- VIC EMERSON: piano, organ, Moog, Clavinet, Fender Rhodes, Claviolines,
glockenspiel, string & choir
arrangements
- THE LONDON CHORALE (Musical Direction by Roy Wales): choir
Este álbum constituye el debut homónimo del grupo inglés, detrás del cual se
encuentra la figura de David Rohl (fotógrafo, compositor, productor, músico
y arqueólogo). Este último dato será muy importante, ya que la pasión por la
historia, la iconografía y la egiptología le llevarán a desarrollar, en los
dos trabajos discográficos del grupo, una motivación conceptual. En el caso
que nos ocupa, la temática central versará sobre la resistencia del pueblo
tibetano frente a los invasores chinos, a diferencia de su segundo y último
disco, "The eye of Wendor", que supuso el inicio de una trilogía
inconclusa que partía de "El señor de los anillos" de J.R.R. Tolkien. El
papel de David Rohl dentro de Mandalaband, podría ser fácilmente relacionado
con Alan Parsons: más que de un músico que participe de forma efectiva en la
grabación (sí lo hará en el segundo álbum), era el gran ideólogo del grupo y
también el director musical principal (de hecho las composiciones son suyas,
salvo
"Determination" y "Looking in", que son de J. Stimpson), además de realizar
el diseño del mandala que sirve de portada, junto a su hermana Gilly Rohl
(en el sentido artístico también hay que destacar sus fotografías para el
álbum "A question of balance", de Moody Blues en 1970) y ejerciendo
posteriormente de ingeniero de sonido, antes de centrarse íntegramente en la
egiptología.
Los inicios de Mandalaband se remontan a la primera agrupación formada por
Rohl en 1968, llamada SIGN OF LIFE, y que posteriormente cambiaría su nombre
a ANKH, en donde se mostraban ya unas tímidas ambiciones musicales que
desafortunadamente no llegaron a dar demasiados frutos. Tras el pobre éxito
del grupo, seis años después se formaría Mandalaband, inmersos en pleno
contexto progresivo, dando lugar en 1975 a su primer trabajo (motivo de esta
reseña), y que bebe directamente de agrupaciones que se apoyan en el
desarrollo instrumental y en las densas composiciones con complejos cambios
de ritmo (lo cual venía muy sustentado por el carácter virtuosístico de los
músicos). A partir de 1976, Rohl empezó a trabajar en un gran concepto que
quería desarrollar en tres entregas y de las que sólo vio la luz la primera,
"The eyes of Wendor", en 1978, álbum que supuso el último lanzamiento
adscrito al nombre de Mandalaband. Para este trabajo, la agrupación pasó a
ser una plantilla más amplia, con multitud de músicos invitados, numerosos
vocalistas, los cuales además tenían su propio rol dentro de la historia y
una orquesta. Ya no estaba ninguno de los músicos de este primer disco y por
ello el carácter de la música también
cambió, reduciéndose el virtuosismo instrumental en favor de una maduración
musical más refinada y mucho menos espontánea.
La suite en cuatro movimientos que abre el álbum, la cual hace mención a uno
de los grandes mantras del budismo tibetano: OM MANI PADME HUM (cuya
traducción viene a ser "!Oh joya en el loto!"), es el punto álgido del
disco, tanto a nivel composicional como instrumental. Todo un exponente del
rock progresivo de los setenta, en el espíritu de Emerson, Lake & Palmer,
Kansas, Banco del Mutuo Soccorso o Focus. El primer movimiento se abre con
una oscura atmósfera sustentada por cantos de lamas y algunas pinceladas
efectistas instrumentales, para pasar a una frenética explosión musical de
carácter vitalista, sustentada por un rápido ritmo de batería, teclados de
carácter épico, pomposos arreglos corales y una guitarra con ecos
ocasionales de blues-rock; el segundo movimiento, adquiere un carácter más
jazzístico, adquiriendo un especial peso los arreglos pianísticos
(destacando la introducción en un ámbito más post-romántico) y también la
percusión. Al final del movimiento adquiere un carácter sinfónico que
entronca directamente con el tercer movimiento, en donde se desarrolla aún
más esa faceta. El final de la suite comienza con un potente pasaje
instrumental en donde la guitarra desarrolla unos dibujos melódicos sobre
unas dinámicas bases rítmicas y que acaban derivando en sentidos solos sobre
la repetición de una progresión
con ciertos tintes épicos, ensalzados por el apoyo del coro y mostrando una
vez más la destreza instrumental de los músicos.
DETERMINATION es una mezcla de hard-rock progresivo con ecos de
rhythm'n'blues, muy cercano a algunos temas de esta época de Kansas, con un
predominante papel del Hammond y de la guitarra, con solos rabiosos de
ambos. Posteriormente, SONG FOR A KING nos devuelve al ámbito más sinfónico,
a partir de los arreglos de Moog y la dulce pero potente voz de Durant (que
contrastaba totalmente con el registro más instintivo del tema anterior). Su
voz me recuerda por momentos a Greg Lake. El principio de ROOF OF THE WORLD
es uno de los más espectaculares del álbum, con una esplendorosa batería que
conduce un tema también con ciertas connotaciones épicas, tanto por el
carácter vocal como por los arreglos instrumentales y los magníficos
colchones
armónicos de cuerdas, cortesía de Vic Emerson. LOOKING IN se encarga de
cerrar el álbum con un carácter más introspectivo, siendo destacables los
sutiles arreglos algo jazzísticos para Fender Rhodes y el clímax final que
lleva a la conclusión del disco.
En suma, éste es un álbum bastante recomendable para aquellos degustadores
del progresivo sinfónico clásico hecho en los 70's, con muy buenas ideas
musicales, un alto nivel instrumental y un desarrollo conceptual. A pesar de
ello, la banda nunca llegó a alcanzar la popularidad y el reconocimiento de
otras agrupaciones similares coetáneas, lo que le relegó a un cierto
desconocimiento y a una categoría inferior con respecto a otros grupos, a
pesar del alto nivel que presentaba su debut discográfico. El segundo
trabajo también es muy recomendable, aunque cambia bastante su estilo
volviéndose más moderado y madurado. En las primeras ediciones en CD que
hubo de "The eye of Wendor", se incluyeron como bonus-tracks los cuatro
movimientos de la suite inicial del primer álbum del grupo. Hoy hay una
edición bastante buena del segundo disco (Eclectic Records, 2004) que
incluye como bonus-track una mezcla alternativa de DAWN OF A NEW DAY.
!Un saludo para tod@s!
Eduardo García Salueña
www.myspace.com/senogul
www.senogul.tk
|