Temas
- Jarana Avant-Folk (3:33)
- In Memoriam (5:10)
- La Ruda (6:41)
- Costa Fenicia (3:42)
- Océano Mar (4:46)
- Tríp- (2:01)
- Ti- (1:56)
- Co- (1:34)
- De Beirut A Cosamaloapán (4:15)
- Balada (3:41)
- Brisa (5:48)
- Guitarra Avant-Folk (3:25)
- Brilarma (2:44)
Integrantes:
- Eblen Macari: guitarra acústica de 6 cuerdas, jarana jorocha, procesador TC
Electronics, voz
- Mauricio Sotelo: guitarra acústica de 12 cuerdas, Chapman Stick, procesador
TC Electronics, jaranita prisma
- Eblen Macari M.: darbuka, cajón peruano, pandero jarocho, platillos, djembé
El Macari-Sotelo Ensamble surge en 2007, según palabras de sus mismos
componentes, "como una necesidad de explorar otras formas de composición y
ensamble dentro del vasto mundo de los cordófonos=85 Esta agrupación encuentra
su raíz en la fusión de géneros y estilos que han formado a sus integrantes a
lo largo de su trayectoria." Y de hecho, Eblen Macari y Mauricio Sotelo son
cualquier cosa menos novatos en esto de la vanguardia musical de México: el
primero es un veterano guitarrista especializado en la fusión contemporánea de
predominancia acústica, y de hecho, su origen libanés le ha permitido contar
con una óptica privilegiada para la creación musical de atmósferas añejas bajo
una nueva luz a lo largo de su extensa trayectoria; el segundo no es nada menos
que el encargado de las cuerdas en Cabezas De Cera, una de las bandas más
llamativas de la vanguardia progresiva mexicana de los últimos 15 años. El
sonido global de Macari-Sotelo Ensemble tira más del lado de Macari, pero a
Sotelo no se le nota foráneo en este asunto, pues él siempre ha sido un
inquieto lutier de las cuerdas, además que siempre ha existido un elemento de
fusión acústica dentro del caleidoscopio estilístico de CDC. El ensamble se
completa con la presencia de un hijo de Macari desde el rol de percusionista,
un rol que en varias ocasiones se hace destacar en el realce de algunos matices
e intensidades en ciertas piezas del repertorio. Pasemos en el siguiente
párrafo a describir el repertorio de "Avant-Folk".
La línea de trabajo es clara desde el mismísimo momento del inicio del álbum y
en todo su trascurso: "Jarana Avant-Folk" tiene un aire sereno pero
evidentemente ágil, agilidad que incrementa su prestancia y vibración en "In
Memoriam", el primer momento plenamente extrovertido del álbum. Con su tránsito
hacia una coda calmada, "In Memoriam" deja su legado de expresividad a "La
Ruda", pieza que mantiene una sensibilidad colorida, pero con una actitud más
controlada que permite al trío incorporar una notable variedad de matices en el
trascurso del juego instrumental sin que la ilación se siente forzada. "Costa
Fenicia" porta un exotismo cautivante, con un destaque especial de las
percusiones en tanto que establecen la definición de la línea argumental de la
pieza; por el contrario, en "Oceáno Mar" es la dupla de guitarras la que ocupa
el núcleo esencial del esquema sonoro en curso. Lo que viene a continuación es
la secuencia de tres piezas sucesivamente tituladas "Tríp-", "Ti-" y "Co-": se
trata de una ocasión para que Sotelo luzca su Chapman Stick, primero en una
proyección de corte psicodélico, luego elaborando colores espaciales sobre la
firme base de los rasgueos de Macari, y finalmente, gestando una celebración
folk-rockera que nos recuerda a los momentos acústicos de Cabezas De Cera con
algunos matices a lo Tony Levin en su faceta fusionesca. "De Beirut A
Cosamaloapán" es una antigua composición de Macari que se rescata para este
álbum para que aporte una espiritualidad vigorosa y grácil después de la
exploración por recovecos psicodélicos que tuvo lugar en el tríptico temático
precedente. En cuanto a "Balada", bueno, no es precisamente una balada sino un
despliegue electro-acústico que, una vez más, nos devuelve a la faceta
fusionesca de Cabezas de Cera. La compleja estructura rítmica de la pieza es
manejada con pulcra naturalidad, pero si de complejidad se trata, "Brisa" se
lleva la medalla de oro con su alucinantemente sofisticada manera de recrear y
reconstruir motivos y cadencias fusionescas en un equilibrio entre energía y
delicadeza. Esta pieza puede muy bien describirse como la cumbre climática del
disco, recibiendo directamente la herencia de las ambientaciones vibrantes de
"In Memoriam" y "La Ruda". Los últimos 6 minutos del álbum están ocupados por
"Guitarra Avant-Folk" y "Brilarma", sucesivamente: el primero de estos temas
tiene una agilidad ya recurrente en los ambientes prioritarios que hemos
apreciado a lo largo del álbum, mientras que el último explora cadencias
arábigas con un espíritu un poco más reposado, aunque para nada lánguido.
Esta fue la experiencia de "Avant-Folk", una experiencia de disfrute de varios
modos de celebración del colorido hecho sonido: los dos Macaris y el Sr. Sotelo
han gestado una obra tan agradable como aventurera, un tapiz de fusión
electro-acústica pintado con los pinceles de la fineza y la lucidez intuitiva.
César Mendoza
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