Temas
- Kazdy dzieñ to wiêcej ran w twej glowie
- Galeria iluzji [1. faktury czasu I ; 2. kto sie odwazy wejsc - niech
wejdzie ; 3. jednostajnym rytmem wciaz odmierza zegar ; 4. dotknij ; 5.
faktury czasu II]
- Autoportret
- Strefa cienia [1. neurastenia ; 2. faktury czasu III ; 3. przejszystosc
blekitu]
- Ogród przeznaczenia
- W krainie szmaragdowego jaszczura [1. bezmiar i bezdzwiek I ; 2. faktury
czasu IV ; 3. kraina szmaragdowego jaszczura ; 4. nigdy nie bedziesz sam ;
- constans ; 6. faktury czasu V ; 7. bezmiar i bezdzwiek II (bolero)]
Integrantes
- Damian Bydlinski: voz
- Andrzej Jancza: teclados
- Mariusz Szulakowski: batería, percusión
- Janusz Tanistra: bajo
- Miroslaw Worek: guitarras
Lizard es, hoy por hoy, uno de los grupos polacos que más disfruto. Mi
reciente descubrimiento de su obra me ha llevado a seguir un camino de
investigación en orden cronológico inverso. El descubrimiento más reciente
es precisamente su disco debut “W Galerii Czasu”, grabado por el quinteto
original. En sus inicios, Damian Bydlinski, aunque era el máximo compositor,
fungía solamente como cantante, siendo así que el rol de guitarrista lo
ocupaba Miroslaw Worek. Otro detalle notable era el rol prominente ocupado
por los teclados de Andrzej Jancza dentro del sonido grupal.
El disco comienza con ‘Kazdy dzieñ to wiêcej ran w twej glowie’, cuyas
potentes cortinas cósmicas de teclado operan como una introducción que llena
la sala del oyente. Tras el interludio de guitarra acústica, el motivo
central emerge con un gancho directo, propio de los estándares del neo-prog
continental. Eso sí, las peculiares tonalidades de inspiración jazzera
provistas por la dupla rítmica le dan al ensamble global un no-se-qué que
los distingue de otras bandas circunscritas en esta misma línea de trabajo.
Ya en posteriores álbumes, la dupla rítmica – y en especial el baterista
Mariusz Szulakowski – se hará notar de manera contundente mientras se da la
evolución estilística de la banda… pero por ahora nos concentraremos en este
disco. El segundo tema también tiene gancho, pero aquí Lizard prefiere dar
un mayor espacio al desarrollo de pasajes instrumentales en compases
inusuales y sólidas variaciones de motivos. Aunque dura 3 minutos menos que
el tema de apertura, se revela más complejo, aunque en lo personal me parece
que ameritaba una mayor prolongación a fin de contar con más pasajes
cantados y explotar un poco más los muy interesantes momentos
instrumentales. ‘Autoportret’, pro su parte, es una balada neo muy afín a
las líneas musicales de sus compatriotas de Collage (en “Safe”) y Quidam (en
sus dos primeros discos). ‘Strefa cienia’ porta amplias sonoridades de corte
hard rock psicodélico, creando una vía paralela a lo que se venía gestando
en la segunda fase de Porcupine Tree. Los ornamentos de teclado del
interludio ofrecen un cierto guiño al ‘Red’ de King Crimson, aunque el
ambiente nunca se pone realmente opresivo. ‘Ogród przeznaczenia’ nos
devuelve a climas más melancólicos, pero a diferencia de ‘Autoportret’, se
concentra menos en lo romántico y más en lo reflexivo. Los evocativos juegos
de acordes ejecutados por la guitarra acústica y las efectivas
orquestaciones de teclado construyen un apropiado trasfondo para el canto de
Damian Bydlinski.
La suite ‘W krainie szmaragdowego jaszczura’ cierra el repertorio oficial
del disco (hay una segunda edición con bonus tracks) retomando en buena
parte los esquemas sonoros del tema de apertura y de ‘Strefa cienia’, aunque
en esta ocasión hay una interesante incorporación de elementos medio folk en
alguna que otra sección cantada. El esplendoroso final de la suite otorga un
cierre cautivador a un disco bastante interesante. Aunque Lizard demostraría
más tarde que era capaz de hacer discos con más músculo y garra que éste,
definitivamente hay que considerar a “W Galerii Czasu” como un disco debut
bastante valioso.
César Mendoza
|