Temas
- Analorock (3:34)
- El Lid (5:12)
- Fantasmagoria (4:33)
- Destellos (4:29)
- Despertar (4:19)
- Encuentro Inesperado (4:30)
- Leprefunk (5:36)
- 2 Rutas (3:39)
- Laberintos (4:08)
- Cicatrices (6:00)
Integrantes
- José Luis Santander: guitarras
- Miguel Fonseca; bajo
- Martín Sepúlveda: teclados
- Gonzalo Ubilla: batería
Leprechaun es el nombre de la nueva maravilla jazz-rockera instrumental de
Chile para este año 2008. El guitarrista José Luis Santander es de por sí un
joven veterano de las esferas jazzera y rockera de su país, y ahora en
Leprechaun se da un vehículo adecuado para que él pueda verter su rica visión
musical dentro de un esquema instrumental tan dinámico como sofisticado. El
sonido de Leprechaun, que queda claro, no es el de simple acompañamiento para
Santander – los teclados de Sepúlveda llenan espacios y completan el colorido
de las composiciones de manera tremendamente virtuosa, mientras que la dupla
rítmica se mueve versátilmente por los linderos fuertes de los momentos más
duros, sutilmente por los momentos más suaves, cadenciosamente en los pasajes
marcadamente fusionescos. Los temas no suelen tener indulgencias en desarrollos
notablemente largos: es una opción explícita de la banda la de no dejar que la
tendencia a la complejidad de las ideas musicales gestadas se les salga de
control. El homónimo disco debut de Leprechaun es un ítem importante para todos
los amantes del jazz-rock y el prog jazzeado: todos aquellos que disfrutaron
con lo ofrecido por otras bandas latinoamericanas de jazz-rock potente
(Prisma-X, Tórax...) tienen una gran recomendación en este disco ”Leprechaun”.
El repertorio comienza con ’Analorock’, un ejercicio de hibridismo entre
Planet-X y CAB, y esto del toque de jazz-rock contemporáneo no se desvanece,
sino que se refuerza con ’El Lid’, un tema que introduce un toque extra de
dinamismo progresivo al asunto. Comenzando con los cándidos sonidos de una
tenua cajita musical, ’Fantasmagoria’ pronto muestra sus grisáceos colores
cuasi-tenebrosos sobre un pegadizo esquema de funky-rock: la guitarra está
entre lo zeppeliniano y Holdsworth, mientras que la dupla rítmica contiene
perfectamente los efluvios impuestos por sus entusiastas compañeros.
’Destellos’ muestra las primeras aristas suaves de la banda: con su combinación
de Brand-X y Satirani semi-lento, la pieza logra crear un cliam evocativo sin
hacerse realmente lánguido. ’Despertar’ sí se adentra dentro de un lirismo
romántico que nos transporta a un medio camino entre Satriani y Morse, sobre un
compás de 3/4 manejado con soltura y sutileza a la vez. ’Encuentro Inesperado’
nos devuelve al terreno de los primeros temas, aunque esta vez el despliegue de
polenta está mucho más medido: buen jazz-rock de tendencias funky, adornado con
ciertos quiebres rítmicos propios del sentido sofisticado de la sorpresa en el
progresivo. La misma descripción se ajusta en buena parte para el tema que le
sigue, ’Leprefunk’, aunque aquí sí se nota una mayor explicitación del vigor
sonoro, además de una mayor acentuación en lo jazzero. Hay un espíritu de jam
claramente desplegado aquí. ’2 Rutas’ sí se explaya soberbiamente en la faceta
genuinamente potente de la banda: definitivamente, su punto más fuerte es el de
crear calidez a través de la robustez de las marcads líneas melódicas y las
improvisaciones resultantes. Realmente me hubiese gustado que ’2 Rutas’ hubiese
sido un poco más largo, sensación que se repite cuando escucho ’Laberintos’,
tema con mucho gancho y magnetismo. El disco concluye con ’Cicatrices’, una
hermosa balada de poco más de 3 minutos, dirigida por los matices de la
guitarra acústica. Aunque no es exacto decir que el disco concluye con este
tema, pues un minuto después de da un breve jam rockero de cariz muy alegre –
un hidden track que sí cierra efectivamente el disco.
Bueno, solo queda concluir que Leprechaun es una banda idónea para el placer
melómano de los amantes del jazz progresivo empapado de polenta rockera.
César Mendoza
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