Temas
- Fumarolas del Alma
- Ciudad de Papel
- El Llamado del Totoral
- El Gran Acuerdo
- Migraciones Eternas
- La Voz De Los Niños
- Acción Por Los Cisnes
- Tralcao (Lugar de Truenos)
- Homínidos (Historia de Seres Nerviosos)
- Los Trabajadores
- E-N-E-U-J (Esto No Es un Juego)
- Boletos Para Ir
Integrantes
- Alfonso Banda: guitarras eléctrica y e-bow, percusiones de niño en 6
- Fernando Altamirano: voz, trutruca en 2
- Francisco Martín: bajo, piano, trompe, didgeridoo en 6, motosierra en 10
- Karsten Contreras: voz, ocarina en 1 y 6
- Rodrigo González: batería, percusión
- Peter Pfeifer: saxos tenor, barítono y soprano, didgeridoo, trutruca en 8,
arina en 1
laboradores: Henry Véliz (trompeta), Benjamín Ruz (violín), Coro Ma Non
oppo, Coro del Colegio Aliwen, Sofía y Alfonsina Olivares (coros
fantiles), Juan Basualto (motosierras), Meydelles Jara (voz adicional en
Dejándose llevar por la corriente de creatividad e ingenio que se manifestó
en su disco precedente ?La Isla de los Muertos?, el ensamble chileno La
Desooorden vuelve a la carga con otro magnífico concept-disc: ?Ciudad de
Papel?. Aunque la temática sigue combativamente comprometida con la cuestión
ambiental, esta vez el leit-motif se concentra en la contaminación ambiental
a nivel global por causa de los excesos de la galopante industrialización.
El sonido grupal se siente más cargado, lo cual quiere decir que pone menos
énfasis en las texturas de raigambre mística (completamente apropiada para
el disco anterior) y más énfasis en la articulación fluida de diversos
matices, adornos y complejidades dentro de su bien definida vertiente
rock-fusión. También resulta un disco más extenso, durando un total de 1
hora y casi 2 minutos. Este disco destila una mayor dosis de aspereza propia
del rock dentro de la compleja amalgama estructural creada por la banda; en
las partes más serenas salen a relucir las influencias de Congreso y, en
general, los estándares del rock-fusión en cuanto a densidad rítmica y
sensibilidad melódica. La labor del guitarrista es más destacada en
comparación con ?La Isla de los Muertos?, pues se da más abasto para meter
solos y fraseos y hacerlos destacar en medio de las orquestaciones de saxos
y los consistentemente contundentes aportes de la dupla rítmica.
Con una cadencia tribal sincopada al punto de reflejar una especie de
reflexión sosegada desde el corazón de la tierra, ?Fumarolas del Alma?
conforma el inicio del disco: se trata de un tema en el que la energía
global del ensamble va transitando fluidamente sobre las cadencias rítmicas,
mientras que el violín (invitado de lujo, Benjamín Ruiz) dialoga mágicamente
con el saxo de Peter Pfeifer. El tema homónimo sube los decibeles un poco,
especialmente en los momentos (como el inicial) donde los riffs guitarreros
marcan la pauta, pero pronto nos encontramos con pasajes más contenidos en
los que la instrumentación se matiza a fin de dejar que el canto dual de
Altamirano y Contreras salga al frente y maneje la energía de las letras.
Hay un interludio hermoso que supone el momento más relajado del tema antes
del retorno del motivo inicial con un añadido cariz épico. A continuación
siguen dos instrumentales, ?El Llamado del Totoral? y ?El Gran Acuerdo?. El
primero comienza con retazos sostenidos de didgeridoo contrapunteados por
golpes de percusiones exóticas, creando al poco rato una danza ceremonial
refrescante. El segundo es un ejercicio de jazz-rock, emparentado con lo que
hacen Akinetón Retard (otro gran ítem chileno) en sus momentos menos
explosivos: con la presencia de invitados en violín y trompeta el sonido
queda lleno de manera muy efectiva. ?Migraciones Eternas? me suena, en
principio, a una combinación de los espíritus respectivos de las dos
primeras canciones, logrando así manejar la continuidad estilística del
disco. Pero además contiene una variantes y expansiones en su desarrollo que
permiten a La Desooorden dar rienda suelta a sus ambiciones estilísticas ?
definitivamente, una de las gemas más sofisticadas de ?Ciudad de Papel?. ?La
Voz de los Niños? tiene una aureola más cinematográfica, destacando el
pasaje de piano sobre el que fluye un coro infantil mientras la ocarina y
ciertos artilugios percusivos ornamentan sutilmente el ambiente.
?Acción por los Cisnes? continúa con esta tendencia cinematográfica en el
comienzo, donde la voz de una activista y el ruido de consignas nos invitan
a tomar conciencia sobre la alarmante urgencia del problema ambiental.
Cuando el ensamble entra en acción, las cosas regresan a su caudal musical
habitual de complejidad, aunque ciertamente con una aura más marcada hacia
lo tenebroso y lo misterioso. ?Tralcao (Lugar de Truenos)? mantiene la
explícita onda ecológica, transmitiendo esta vez una onda acústica donde se
resalta lo percusivo: dicho sea de paso, el solo de saxo soprano es
exquisito, realmente. ?Homínidos? es un instrumental donde la banda coquetea
ligeramente con sonoridades propias del rock vanguardista. ?Los
Trabajadores? reitera parcialmente la cadencia de la canción 2, con la
variante de que aquí se hacen algunos guiños ocasionales al funk.
?E-N-E-U-J? pone, en su motivo principal, toda la carne rockera en el asador
en un frenesí bien metido en el rock duro y la psicodelia, emanado desde la
guitarra y desde la esforzada labor de la batería, generando así un
acercamiento con Zeppelin y Red Hot Chili Peppers. Los parajes donde aparece
la trompeta invitada ayudan a crear oasis de variedad en medio de este
torrente. El disco termina con los paisajes reflexivos de ?Boletos Para Ir?,
los mismos que son introducidos por delicados arpegios de guitarra sobre los
que flotan etéreas líneas de saxo soprano. Los tambores étnicos y los
ornamentos delicados de bajo ayudan a mantener un aura de evocación antes de
que entren las partes cantadas. Los vuelos ocasionales del violín y los
ornamentos adicionales de trompeta ayudan a completar el colorido espiritual
de este envolvente mensaje de despedida.
?Ciudad de Papel? se impone como un más que digno sucesor de la obra magna
?La Isla de los Muertos?. Tal como señalé al inicio de esta reseña, ?Ciudad
de Papel? emerge como de una inercia de la iluminación creativa que hizo
posible el disco de estudio precedente, pero a su vez logra capturar y
plasmar una identidad propia, más explícitamente enérgica. Sin duda, La
Desooorden logra en este disco darnos uno de los aportes más significativos
del rock vanguardista latinoamericano para este año 2007.
César Mendoza
(Un agradecimiento especial para la gente de LA DESOOORDEN por tener a bien
introducirme en su mundo musical)
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