Temario:
1 - Blue in Green (Miles Davis) 6:36
2 - Just Ideas (Mitch Forman) / Jozy (John McLaughlin) 5:32
3 - Indeannapolis (John McLaughlin) 15:12
4 - Sasha's Love (Trilok Gurtu) 7:54
5 - Mother Tongues (John McLaughlin) 19:20
6 - Blues for L.W. (Lech Walesa) (John McLaughlin) 9:37
Personal:
- John McLaughlin: acoustic MIDI guitar.
- Kai Eckhardt: electric bass.
- Trilok Gurtu: percussion.
El espíritu inquieto del inglés John McLaughlin y sus diversos emprendimientos
(Mahavishnu Orchestra, Shakti, The One Truth Band, etc.) y colaboraciones casi
incontables (Miles Davis, por citar solo uno) dejó gemas varias que no hacen
otra que rendirnos ante la maestría casi inimitable de éste procer de la
guitarra. En ésta oportunidad, el hombre dicidió formar hace más de 20 años un
trío que dejó sólo dos registros, siendo éste el primero de ellos. Con su
guitarra acústica más el anexo de un módulo MIDI -muy bien aprovechado, por
cierto- se puso al frente de ésta aventura, siendo acompañado por el
extraordinario (no muy conocido) músico alemás Kai Eckhardt en bajo eléctrico y
el polifacético percusionista hindú Trilok Gurtú, "nene" que ha tocado con
gente como Joe Zawinul y Oregon, un auténtico malabarista de cualquier parche,
platillo y juguete que se le cruce.
El trío comienza con "Blue in Green", de Miles Davis (Grabado originalmente en
el disco de éste último, "Kind of Blue", considerado uno de los mejores discos
de la historia del jazz), pavada de homenaje para arrancar. Aunque la melodía
es reconocible, la interpretación dista mucho de ser solo una versión, ya que
el guitarrista la enriquece con sus típicos aires españoles, dada la ventaja
acústica de su instrumento. Eckhardt y Gurtu muestran sus fraseos con muchísima
originalidad, sin desviarse de la composición. Vuelven a redondear el final del
tema y la gente responde bien, evidenciando un precalentamiento más que
adecuado para éste concierto.
"Just Ideas/Jozy", que McLaughlin dedica a su amigo Joe Zawinul, ya es más
eléctrico, con atmósferas intro y sonidos provenientes del MIDI, que transforma
cada cuerda pulsada en un tono que, si uno se descuida, puede hacernos pensar
que hay algún tecladista escondido por ahí. Eckhardt, a pesar de tener un
sonido muy a lo Pastorious, demuestra un approach más ajustado al vasto mundo
cultural de McLaughlin, lo que evidencia con sobradas muestras de buen gusto.
Gurtu tiende hacia el jazz-rock, sin dejar de improvisar aquí y allá por
doquier.
"Florianopolis", de corte flamenco de principio a fin, demuestra a tres tipos
compenetradísimos en exprimir sus instrumentos para placer de los oyentes. Aún
cuando el guitarrista brilla durante todo el concierto, sus compañeros no se
quedan atrás. Kai Eckhardt cruza sus líneas con el caballero inglés, de tal
forma que hasta McLaughlin tira algún gesto de placer en medio de tanta
velocidad. Gurtu apoya, principalmente con los platillos, dejando sus parches y
tablas en un rol casi secundario. Aún con la duración del tema (Más de 15
minutos), la variedad de cortes y melodías es sumamente agradable.
"Pasha's Love", composición del percusionista, tiene todos los condimentos
propios del progresivo: combios de rítmica, velocidad, tanquilidad y final "in
crscendo", algo que los cajeros siempre agradecemos y apreciamos sin cansarnos.
El tema que sigue, el más largo, "Mother Tongues", potencia con creces lo que
ésta gente es capaz de hacer. McLaughlin arranca con mucha tranquilidad, como
si el inglés hiciera un convite para tomar el clásico té de las 5:00 PM.
Eckhardt responde y enseguida se agrega Gurtu golpeando con sus manazas
mientras el bajista sigue con su lírica. Intro desarrollada, pasando a un
motivo más tranquilo y jazzero, con la guitarra enchufada al MIDI mientras
simula tocar "a lo Zawinul". Cambio de ritmo y Eckhardt descose su instrumento
con un breve motivo funky, preanunciando otra nueva rítmica. Guitarra y bajo se
sosiegan, algo increíble cuando se trata de gente que gusta de las digitaciones
sin descansos, mientras Gurtu desarrolla un generoso solo de aproximadamente 10
minutos, primero en sus distintos bártulos de percusión y luego ante su
particularísima batería, "robándose" al público mientras los instrumentos de
cuerda quedan a un costado como
simples acompañantes. El trío retoma la melodía inicial en forma breve para
finalizar muy sutilmente. El público, muy respetuoso, no aplaude hasta que se
asegura de que los músicos terminaron tanta belleza. El inglés presenta a sus
compañeros y amaga con irse, pero dejan una perlita más.
"Blues for L.W." empieza de manera introspectiva entre guitarra y bajo, casi
sin ningún acompañamiento percusivo, hasta que Gurtu arranca muy sosegadamente
con sus escobillas. A mitad de camino aceleran, con Eckhardt poniendo un poco
más de alegría en el ambiente. Frenan todos excepto el guitarrista, mientras
Kai y el hindú usan sus voces a manera de instrumentos, para deleite de todos
los oyentes. Vuelven todos con sus respectivos instrumentos, hacen un bis y
apoteosis final.
Ante tan excelente concierto a uno le queda la sensación de que podrían haber
tocado más, o que la música hubiese merecido un cd extra. De todas formas,
queda este documental sonoro placentero y, a la vez, formidable.
Eduardo Norris
Rafaela, Santa Fe, Argentina
Septiembre 2009
P.D.: Dedico este comentario a mi hermano y músico Enrique Norris, responsable
de obsequiarme esta "barbaridad", entre otros regalos sonoros muy valiosos.
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