Temas
- The Darkest Hour
- Fading Senses
- Out of Nowhere
- Further Away
- Leap of Faith
- Came Down
Integrantes
- Peter Nicholls: voz, coros, pandereta
- Mike Holmes: guitarras, guitarra sintetizada
- Martin Orford: teclados, flauta, coros
- John Jowitt: bajos, pedales bajos, coros
- Paul Cook: bateria
El renacimiento de IQ estuvo marcado por la muerte: esto es, ‘Ever’, el
disco que dio paso a su retorno firme y decidido al negocio del progresivo
contiene un repertorio que gira en torno a las emociones, sensaciones e
ideas que circundan el acontecimiento de la muerte (duelo, tristeza,
nostalgia, buenos recuerdos). La preocupacion por esta tematica tiene su
raiz en una serie de fallecimientos que ocurrieron en el entorno cercano de
los miembros de la banda (Les Marshall, Geoff Mann, el padre de Nicholls, y
durante las sesiones de grabacion, el padre de Holmes), y me imagino que
tambien el hecho de que en los primeros 90s ya estaba en crescendo la
concientizacion mundial en torno a la problematica del SIDA. En todo caso,
en le terreno musical, ‘Ever’ supuso un grandioso renacimiento de la banda
con el retorno de Nicholls y el abandono final de la linea complacientemente
comercial que habian seguido entre 1987 y 1990, con resultados
(parcialmente) calamitosos. La entrada del nuevo bajista Jowitt sirvio como
un acicate mas en este proceso de retorno a las raices genuinamente
progresivas de IQ, aportando mucho con su toque preciso y energico, ademas
de su sensibilidad melodica en las ocasiones donde se cuelga de algunos
riffs de Holmes para crear efectivos espacios vacios sincopados.
Algunas cosas han cambiado para mejor: en lineas generales, se nota una
mayor fineza en las ejecuciones, unos dialogos mas fluidos entre los
musicos, y en particular, la cadencia ritmica de Cook apunta hacia una
orientacion mas elegante, apartandose completamente de la faceta post-punk
que desplegaba en discos anteriores. Por su parte, la voz de Nicholls se
siente un poco ‘quemada’, pero este handicap es con creces superado por su
madurez interpretativa, que le permite manejar una gama mas amplia de
recursos expresivos en su canto. Asi como Nicholls, la banda como un todo ha
madurado, y su misma veterania les permite salirse en parte de los cliches
tipicos del neoprog ochentero: las composiciones contienen numerosos pasajes
rebosantes de elegante belleza, y los arreglos varian creativamente entre el
preciosismo de los solos y contrapuntos y el manejo inteligente de texturas.
Todavia recuerdo el impacto emocional que me produjo este disco en la
primera escucha, y en verdad siento que las melodias tienen aun esa
capacidad de revivir la sorpresa del primer gran impacto: es un disco que
envejecio muy bien (algo que tambien anticipo para el mas reciente ‘The
Seventh House’). El primer tema comienza como una explosion de energia
contundente, continuando con una ilacion de diversos motivos melodicos,
hasta llegar a la seccion final, un hermoso y delicado epilogo a voz y
piano. “Fading Senses” apunta hacia una acentuacion del sentido dramatico, a
pesar de no ser sonoramente tan fuerte como el tema precedente: mas bien sus
dos secciones (una cantada y otra instrumental) mantienen una constante
tenue, en un clima de melancolia inocultable y a la vez sobria. A la par que
se van desvaneciendo en fade-out las cortinas de sintetizador de “Fading
Senses”, entra “Out of Nowhere”, el unico tema que expresa un espiritu
abiertamente optimista: tiene gancho, y exhibe arreglos interesantes, pero
en definitiva es el tema menos llamativo del disco. En cambio, los tres
ultimos temas conforman en mi opinion lo mejor: “Further Away”, a traves de
sus mas de 14 minutos de duracion, representa a la perfeccion el tono
elegiaco y abrumadoramente melancolico del disco, aunque el motivo de
clausura parece apuntar hacia un tipo de exaltacion de esperanza; “Leap of
Faith” recurre a la melancolia de una forma mas mesurada, basandose en una
secuencia de hermosos motivos melodicos, emocionalmente envolventes –
mencion especial para la seccion instrumental final, repleta de giros
melodicos y armonicos ingeniosos, que ponen a prueba la capacidad de
lucimiento de Holmes y Orford asi como el funcionamiento bien compenetrado
de la seccion ritmica; por ultimo, el tema anterior se engarza con la bella
balada de cierre “Came Down”, una coda efectiva cuya magia languidez
contrasta con la fastuosidad de la seccion final de “Leap of Faith”. Un
trabajo maestro, redondo, y sobre todo, rico en potencialidades expresivas.
Bueno, ya se puede notar a leguas que mi balance personal de ‘Ever’ es
altamente positivo. No somos pocos quienes creemos que en esta etapa de su
trayectoria que IQ ha venido logrando sus picos creativos, y
ciertamente, ‘Ever’ fue la perfecta manera de comenzar dicha etapa.
Cesar Mendoza
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