Temas
- Aircon
- Dayflower
- Zitensia
- Koibumi
- Last Sign
Integrantes
- Renji Tanaka: guitarras
- Ratsu Sato: batería
- Toshiyuki Koik: bajo
- Ryuji Yonekura: teclados
- Sayuri Aruga: voz
Colaboradores - Akihisa Tsuboy (violín), Dani (programación)
Interpose+ es una banda japonesa que ha llamado la atención del público
progresivo adepto a Kenso, KBB y otras bandas orientadas hacia la vereda
jazzera del género progresivo. De hecho, hay que señalar que el estilo
nuclear de Interpose+ se basa en una efectiva y bien orquestada cruza entre
la vibración jazzera (Kenso, Holdsworth, Jean-Luc Ponty) y la fastuosidad
sinfónica estandarizada (UK, Yes), siendo así que este segundo elemento
funciona como un recurso para darle un colorido extra a las sólidas
excursiones ejecutadas por los instrumentistas. La cándida voz de Sayuri
Aruga (cuyo registro y estilo me recuerdan a los de Hiroka Nagai, de Mr.
Sirius) se pasea fluidamente por las secciones cantadas, aunque éstas no son
muy numerosas, precisamente: el canto es más un ornamento de cierta
importancia que un ítem central dentro del sonido del grupo, el cual opera
más bien como un ensamble instrumental con ocasionales pasajes cantados.
El tema de apertura ‘Aircon’ comienza con un espíritu relajado, basado en el
contrapeso mantenido al alimón por las cortinas etéreas de teclado y la
labor contundente de la batería en un tempo lento, en medio de los cuales
flota un bonito solo de guitarra. Las cosas se ponen más alegres cuando
emerge un motivo funky en 7/8. El grupo opera con un gusto bastante
exquisito en sus compactamente coordinados vuelos instrumentales: cuando el
tempo de 3/4 surge, las cosas se ponen un poco más del lado sinfónico. Este
tema encarna la esencia musical misma del grupo, siendo así que el violín de
Akihisa Tsuboy sirve para acrecentar el aura de magnífica pulcritud que el
grupo enarbola como estandarte estético. Después de los 11 minutos de
‘Aircon’, siguen los 10 minutos de ‘Dayflower’, una balada progresiva que
apuesta por una ambientación más cadenciosa y misteriosa, aunque sin
renunciar a la amabilidad melódica: mención especial para las partes de
guitarra acústica, ejecutadas con limpieza magistral. En la mitad emerge un
hermoso interludio de inspiración renacentista que permite a la pieza tener
un giro crucial en su ambientación, aunque el aura cadenciosa permanece
firme. El solo de sintetizador, mitad Wakeman y mitad Jobson, es hermoso,
sirviendo como punto de inicio para el fabuloso clímax conclusivo, el cual
aterriza en una hermosa secuencia de guitarra clásica. Ya van dos gemas
musicales seguidas. El disco podría decaer a partir de aquí, pero Interpose+
dispone del suficiente talento como para no permitirlo. El instrumental
‘Zitensia’ parece una ofrenda a Holdsworth: no se trata de una pieza muy
veloz, por lo que el grupo se concentra más en mantener una ambientación
coherente que en desplegar pirotecnias. Pero bueno, también mucho de eso
hay, cortesía del eficaz y sensible guitarrista Renji Tanaka. En buena
medida, sus fraseos y el estilo poderoso y preciso del baterista Ratsu Sato
conforman los elementos más patentemente notables dentro del excelente
ensamble. Este último se luce precisamente en la sección final de este tema,
primero haciendo un diálogo con el piano de Yonekura, y luego, sosteniendo
la explosión final de piano y guitarra. El otro instrumental es ‘Last Sign’,
el mismo que cierra el disco de una manera colorida, pasando fluidamente
desde lo calmado hasta lo exaltado. es aquí donde la guitarra se pone a
coquetear con el hard rock, mientras emerge un solo emersoniano de órgano,
claro está, todo ello sobre un contexto de raíz jazzera. En medio de ambos,
‘Koibumi’ plasma las cadencias más melancólicas del disco: su tónica se basa
en una cruza de los ambientes concretizados en los dos primeros temas,
aunque esta vez el énfasis en los sinfónico es más pronunciado, permitiendo
así explotar su obvia vena lírica.
Con su disco debut homónimo, Interpose+ ha creado un aporte sumamente
valioso dentro del jazz prog de nuestros días. Especialmente recomendable
para los amantes de KBB, Kenso, A Triggering Myth, y en general, a todos los
fans progresivos con corazón jazzero.
César Mendoza
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