Temas
- Margah (6:11)
- Drops (14:26)
- High Life (13:03)
- Athir (8:52)
Integrantes
- Rainer Buechel (saxofones, flautas)
- Wolfgang Buellmeyer (guitarra, percusión)
- Norbert Buellmeyer (bajo, percusión)
- Andreas Homann (batería, percusión)
- Basil Hammoudi (percusión, flauta, canto)
El grupo germano Ibliss creó un ámbito propio dentro de la oleada de psicodelia
krautrock que tan múltiples formas asumió de grupo a grupo: en el caso de
Ibliss, la cosa iba por el sendero del rock-fusión de marcados tintes étnicos,
en ocasiones bastante tribales. El parentesco con Annexus Quam y Embryo es
fácil de advertir en el repertorio contenido en “Supernova”, único registro
discográfico de Ibliss. De hecho, uno de los miembros de Ibliss, Basil
Hammoudi, ya había formado parte de la banda Organisation (pre-Kraftwerk), y
por lo que se puede escuchar en este disco específico, él era en buena parte
responsable de la dimensión étnica que Organisation daba a sus alucinados
viajes musicales.
El primer tema comienza con un sólido ejercicio multi-percusivo que claramente
emula las celebraciones africanas. El carácter explícitamente extrovertido de
la pieza se realza oportunamente con el desarrollo de cañeros riffs y solos de
guitarra que aportan un gancho psicodélico al asunto. Una vez terminado de
manera abrupta y precisa la llamativa pieza de entrada, las cosas se ponen más
reposadas y misteriosas para el flotante pasaje introductorio de ‘Drops’. Tras
una breve serie de sonidos aleatorios de percusiones, el ensamble se asienta
para plasmar un jam de corte jazz-rock sostenido sobre una relajante cadencia
de latin-jazz. Ésta es la ocasión del saxo para robarse la escena; en ciertos
momentos, Buechel adorna el carácter predominantemente ensoñador de sus líneas
con improvisaciones de controlada agresividad. Este tema no hubiese estorbado
en un disco de Embryo post-“Rocksession”. Hay un aire un tanto intimista en
‘Drops’ que se acentúa con el fade-out del jam ubicado después de un pasaje
cósmico que parecía destinado a cerrar el tema. ‘High Life’ da inicio a la
segunda mitad del disco, y justamente preserva el aire relajado que se había
impuesto en la pieza precedente. Esta vez el grupo abandona el esquema de
inspiración latina y se pasa a otro de corte funky semi-lento. El grupo se
pasea solventemente en la elaboración de climas oportunamente referidos a la
cadencia definida para la pieza: la flauta dulce se encarga de dibujar solos
mientras el resto del ensamble se hace cargo de la arquitectura básica. Los
últimos 9 minutos del disco están ocupados por ‘Athir’, donde el grupo completa
sus trayectos por tierras exóticas con un jam de corte indio, al modo de una
raga liderada al unísono por la flauta y el saxo, mientras que la guitarra se
divide entre arpegios de base y sutiles fraseos que adornan algunos dibujos
proyectados por los vientos. La base percusiva porta en sí mismo una cadencia
hipnótica, y la pieza como un todo pone hincapié en la generación de ambientes
oníricos, a contrapelo del espíritu más extrovertido del repertorio anterior.
Ibliss se aparta del tópico del calor exótico para adentrarse en una dimensión
más mística, al estilo de Yatha Siddra. Si nos fijamos bien, parece como si
este disco hubiese sido un trayecto paulatino desde la hora punta de la
iluminación solar hasta los parajes serenos de la noche oscura del alma.
En fin, terminemos con un diagnóstico general de “Supernova” – se trata de una
obra muy interesante que explora de manera solvente la faceta fusionesca de la
psicodelia sementera. Ibliss no dispone de la cautivante polenta de un Annexus
Quam ni tampoco de la distinción de un Embryo, pero ciertamente el legado
musical que plasmaron en este disco resulta un ítem apropiado para una buena
colección progresiva. La obra de Ibliss queda como un tesoro perdido dispuesto
a ser redescubierto por los coleccionistas.
César Mendoza
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