Temas
- Tomando Conciencia del Baile
- Botox
- Canción para Osvaldo Bayer
- Los Deportes
- Segunda Mitad del Día
- Monocromático para Flora
Integrantes
- Alex Kodric: guitarras
- Alejandro Leonelli: bajo
- Nicolás Kodric: órgano, piano eléctrico, sintetizador
- Gabriel Falciola: batería
- Ignacio Domínguez: saxo
Con el desafiante título de “La Única Posición es la Oposición”, el ahora
quinteto Honduras Libregrupo da un paso adelante en su evolución estilística
para abordar una estrategia canterburizada en su esencia
progresivo-psicodélica. Evidentemente retro en cuanto al germen de las ideas
compositivas, Honduras Libregrupo sabe hacerse sentir moderno en sus viajes
instrumentales, dándole un ingrediente de “je ne sais quoi” al esquema sonoro
global. Claro está que el grupo sabe con qué tiene que habérselas a la hora de
dejarse llevar por esos aires Canterbury que siempre rondaban por sus cabezas
pero que no llegaron a plasmarse en su obra debut “Volumen 1”: sin dejar de
lado el jam y la experimentación vanguardista, las ideas musicales enarbolan un
sentido más explícito de la estructura. La densa oscilación cósmica comparte el
protagonismo con la vivacidad de raíz jazzera heredada de Soft Machine,
Matching Mole y Gong (curiosamente, me parece que este grupo recibe más la
huella jazzera que la cósmica de Gong).
‘Tomando Conciencia del Baile’ ocupa los primeros 6 ½ minutos del disco,
recreando las peculiares vibraciones del Gong pre-“You” y el Henry Cow etapa
“Leg End”, para fusionarlas en un esquema psicodélico explayado en un colorido
muy controlado, mas no por ello exento de vivacidad y punche. De esta manera,
la pieza adquiere un cariz muy distinto al que se había plasmado en la versión
aparecida en “Volumen 1”. ‘Botox’ es una pieza más concisa, y de paso, más
realzada por el factor jazzero: el solo de guitarra es casi un tributo a
Hillage. ‘Canción para Osvaldo Bayer’ refleja a las mil maravillas ese delicado
equilibrio entre la densidad flotante del space-rock que había conformado los
mejores momentos del “Volumen 1” y el dinamismo Canterbury que ahora está
gozando de tanto impacto (esta vez la referencia que se me ocurre es Matching
Mole). Hay ciertas cadencias rítmicas que tributan, entre jovial y
“descaradamente”, a los ágiles juegos de síncopas que Soft Machine desarrolló
en su segundo disco, aunque también nos pueden recordar al Gong machacón de
“Camembert Electrique”. Los efluvios de sintetizador y platillos que anteceden
a la coda nos recuerdan al PF barrettiano. Con un título tan patentemente
lúdico como ‘Los Deportes’, no nos debe extrañar que tengamos aquí una pieza
muy saltarina que maneja con calidez sus complejas estructuras rítmicas: el
factor gongiano sale a relucir una vez más como una crucial fuente de
influencia. La sección free-form se enraíza en la vertiente más abstracta de la
vanguardia jazzera de los 60s, especialmente en lo que se refiere a las
intervenciones del saxo y la batería – más bien, el teclista se pone a elaborar
cortinas de sintetizador oníricas, más a lo krautrock que a lo Canterbury.
‘Segunda Mitad del Día’ comienza con una sección compleja que es sobrellevada
de manera dinámica y juguetona, de manera parecida al núcleo de la pieza
precedente: luego sigue una sección cantada más melancólica, más a lo Robert
Wyatt, antes de llegar a la coda que reitera brevemente el primer motivo con
una dosis extra de fuerza. Los últimos 12 ¼ minutos del disco están ocupados
por ‘Monocromático para Flora’. Este espacio le permite a la banda explorar con
más intensidad que en las piezas anteriores su faceta atmosférica de
inspiración space-rock: imaginemos un jam perdido de las sesiones del
“Ummagumma” o el “More” de PF, pero con una soltura más refinada en la fluidez
rítmica. Hay una sección muy “trippy” consistente en una serie de espasmos
psicodélicos muy a lo kraut (Amon Duul II de la etapa 69-71) que anticipa la
coda de una manera bizarramente efectista. La sensación dadaísta que se queda
impresa en la mente del oyente sirve como un cierre muy conveniente para el
disco.
?Qué significa para Honduras Libregrupo ésta, su segunda obra discográfica?
Ante todo, un enriquecimiento relevante para su paleta sonora y una ampliación
de sus estrategias compositivas: no noto aquí una metamorfosis desde la cual se
rompe con el disco debut, sino un replanteamiento que apunta hacia el ascenso a
una nueva escala de la vida musical del grupo. En sí misma, más allá de sus
peculiaridades estilísticas, “La Única Posición es la Oposición” resulta una de
las obras más esplendorosas de la vanguardia sudamericana para este año 2008:
para mí, no hay oposición que valga a la hora de darle a este disco una
posición en el Top 10 de este año.
Cesar Mendoza
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