Temas
- Pintor Dadah
- Loco 1
- Klinophrén
- Tregua
- Periodo
- Sos de Gualeguay
- Doble Fractura Expuesta con Picardía
- Yeseano
- Cartones (Medley TV)
- Arutrebo
Integrantes
- Jorge Obeaga: teclados, flauta
- Juan Gasco: batería
- Sergio Tophan: bajo
- Leónidas Porto: guitarras, charango
- Julián di Pietro: guitarras
Hexatónica es un sorprendente grupo instrumental argentino que cultiva una
robusta propuesta progresiva basada en la confluencia de los estándares del
prog-metal ambiciosamente melódico (el Dream Theater con Moore, Symphony X,
el Liquid Tension Experiment del primer disco) y la tradición sinfónica en
su esencia más fastuosa (Yes, ELP, Pink Floyd). Después de darse a conocer
en el mercado a través de demos y un disco en vivo, “Formas” resulta su
disco debut propiamente dicho. Desde el punto de entrada tenemos a un
ensamble apoyado sobre una sólida base rítmica que da asidero y estructura a
la imponente presencia de los riffs y armonías de las dos guitarras, así
como a las orquestaciones y colchones de teclado. Los solos de guitarra y
teclado sirven para realzar los coloridos inherentes a las ideas musicales,
así como para sacarle el jugo a la polenta creada por la confluencia de los
cinco músicos.
‘Pintor Dadah’ ocupa los primeros 10 minutos y medio del disco, al modo de
una arquitectura medidamente compleja que da rienda suelta al poder sónico
del ensamble. La sección lenta que emerge a partir del sexto minuto sirve
para que el grupo demuestre su buen oficio en el manejo de ambientes más
reposados: el bien armado solo de guitarra cuenta con una buena compañía en
los retazos semi-góticos dibujados por el teclado, mientras que los rasgueos
de guitarra acústica aportan un matiz bucólico al asunto. El arreglo que
permite el regreso de uno de lo riffs básicos del inicio hasta la coda se
siente totalmente fluido. ‘Loco 1’, donde el teclado ocupa un rol más
prominente, reitera en gran dosis el despliegue de energía y variedad de la
pieza precedente: incluye un simpático interludio breve de folk andino que
se amolda muy bien al desarrollo de la impetuosa secuencia de motivos. El
cierre, marcado por acordes reflexivos de piano y guitarra, supone una
clausura tan atractiva como inesperada. Con estos dos primeros temas el
oyente ya se verá enganchado hasta el final. ‘Kilophrén’ inclina más la
balanza por el lado sinfónico a pesar de la relevante presencia de los riffs
duales de guitarra – las alusiones melancólicas de los pasajes principales y
la sobria estructura que permite un manejo contenido de la fuerza propia de
la instrumentación me recuerda a esa ya distante banda de los 90s llamada
Lemur Voice (sirva esta mención solo como referencia). Los quejidos de bebé
que luego se traducen en un grito histérico añaden un matiz bizarro al tema.
‘Tregua’ me suena a un especie de “homenaje” al Symphony X post-“Twilight in
Olympus”, particularmente en lo que se refiere a los manierismos tan a lo
Pinnella que emplea Obeaga en sus intervenciones. ‘Periodo’ completa el
camino de ‘Tregua’, el que lleva de regreso a la sonoridad de los dos
primeros temas, aprovechando que dura el doble. Eso sí, hay un carácter
épico y majestuoso en la ambiciosa diversidad contenida en ‘Periodo’ que le
hace sobresalir de forma peculiar dentro de este repertorio. Aquí tenemos
algunos de los mejores solos de teclado del disco, en mi opinión; también
resulta efectiva la inclusión de un interludio etéreo que opera como un
contraste dramático frente al flujo musical incendiario que estaba teniendo
lugar y que no tardará en rehacerse. La coda es simplemente fenomenal,
creando un efecto parecido al de una metralla entrecortada. ‘Sos de
Gualeguay’ es una pieza acústica marcada por piano y guitarra, debidamente
adornada con capas suaves de teclado que parecen de ensueño: los giros de
acordes signados por el piano tienden más a lo jazzero que a lo sinfónico.
‘Doble Factura con Picardía’ y ‘Yeseano’ son los dos explosivos números que
siguen a continuación. El primero de estos es pura polenta administrada con
un sentido de la complejidad muy a tono con el prog-metal estandarizado, sin
quebrantar un ápice de su gancho. El segundo, que con sus más de 12 ½
minutos es el tema más largo del disco, y tal como indica su título, es todo
un homenaje a uno de los máximos íconos de la historia del progresivo. Se
notan de manera muy patente los clasicismos y estilizaciones a lo Yes
desplegados en los fraseos de guitarra y los multívocos aportes de los
teclados (mención especial para la bella sonata de piano instalada a partir
del noveno minuto), pero el grupo no renuncia a sus inquietudes
prog-metaleras. Más bien, la coda lenta me recuerda más a la onda de Genesis
y Camel que a la de Yes, con excepción de los adornos conclusivos del solo
de guitarra. ‘Yeseano’, ‘Preludio’ y ‘Loco 1’ son mis temas preferidos de
este disco.
Las dos últimas piezas nos muestran a la gente Hexatónica concentrada en su
lado humorístico: ‘Cartones’ es un medley de sintonías de dibujos animados,
series de acción e incluso la del prolífico canal Fox, mientras que
‘Arutrebo’ es una simpática coral que emula lo ceremonioso sin ocultar para
nada su intrínseca levedad. De esta manera termina “Formas”, un disco
concebido con ingenio entusiasta y ejecutado con oficio innegable –
Hexatónica queda como un grupo especialmente recomendado para los acérrimos
amantes del sinfónico que no se hacen problemas con la inclusión de
elementos prog-metal, así como para los amantes de la vanguardia metalero
con una despierta inquietud progresiva.
César Mendoza
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