Temas
- Rock & Young (6:40)
- Shige Et Osanna (4:53)
- Partei (7:06)
- Rolling the Law Court (4:55)
- Kaiten (Ningen Gyorai) (8:24)
- Naked King (19:04)
- Drums Whisper Spacy (1:33)
Integrantes
- Kenichi Morimoto: teclados
- Tatsuya MyanoB3B bajo
- Shigeru Makino: guitarra
- Keiichi Nagase: batería
Happy Family es un ensamble siempre recordado por los afanosos seguidores del
progresivo vanguardista post-70ero como un importante punto de referencia
japonés de las últimas dos décadas. Muchos nombres interesantes dieron cuenta
de la creatividad intensa e insolente generada desde la tierra del Sol Naciente
a la hora de restablecer la torturada magia del zeuhl y las ambientaciones
inquietas del chamber-rock y el RIO. Happy Family era uno de esos nombres, y
con su homónimo disco debut de 1995 se expuso directa y claramente como una
fuerza musical tremendamente poderosa. Vayamos entonces a la reseña en sí.
Con penitente e implacable fidelidad al título del tema, "Rock & Young" exhibe
un despliegue de salvaje trepidación robustamente instaurada sobre el
inapelable esqueleto rítmico, a la par que articula inteligentemente las
intervenciones del teclado: anticipando lo que Guapo y Nebelnest harían un par
de años después, pero después de tomarse dos botellas de Redbull y haber pasado
cinco horas bajo la tortura que padeció Alex en "La Naranja Mecánica". Haber
tenido este disco en su debido momento debe haber sido una experiencia
arrolladora para los coleccionistas que querían investigar en lo que se
aportaba desde Japón para el desarrollo del progresivo vanguardista, y
permítaseme añadir que este frenesí sónico llega a niveles literalmente
sobrehumanos. "Shige Et Osanna" sigue a continuación, exhibiendo una semejante
vibración extrovertida, pero esta vez con un manejo rítmico con más swing y
menos urgencia: los guitarreos se hacen un poco más crimsonianos, y lo mismo
pasa con el bajo (!cuánto le hubiera gustado a Wetton aportar esas líneas a los
discos "Red" y "Starless and Bible Black"!). El elemento jazzero que adquirió
cierta relevancia en este tema no. 2 emerge como recurso fundamental para
"Partei", que bien puede definirse como una cruza entre Kenso y Present,
alimentada con algo del dinamismo frenético que ha venido operando hasta ahora.
"Rolling the Law Court" traslada la neurosis hacia terrenos más juguetones,
enarbolando algunos aires a lo Zappa y también elementos notables afines al
jazz-rock post-80s. "Kaiten (Ningen Gyorai)" explora terrenos más afines al
heavy prog, casi rindiendo homenaje al clásico crimsoniano "Red", añadiendo un
músculo y un swing que también habremos de encontrar en discos de Naikaku y
Xaal. El magnífico solo de guitarra que nos regala Shigeru Makino alude
claramente a afinidades simultáneas con Steve Vai y Robert FrippB3B
posteriormente, el solo de sintetizador ofrece una reconstrucción siniestra de
la herencia de Jan Hammer. También hay ciertas secciones maquinistas donde la
cadencia rítmica enarbola cadencias típicas del estándar magmiano.
Con sus 19 minutos de duración, "Naked King" se instala como el clímax épico
del disco. El lento y majestuoso motivo de entrada nos introduce pronto a la
ambientación central, tétrica y marcadamente sincopada, que nos remite
claramente a las iniciativas del RIO francófono (Univers Zero, Vortex). Pero
cabe también añadir que Happy Family le da una agilidad propia al asunto,
permitiendo que la cuestión permanezca cerebralmente instalada en un dinamismo
llamativo. Esto es verdad incluso si se hace patente el desarrollo de una
creciente densidad a medida que el grupo explora ampliaciones de síncopas al
unísono del afianzamiento de la lenta pauta rítmica. Se logra transmitir muy
bien esa combinación de solemne y decadente a la que se alude en el título: un
rey que hace gala de su corona mientras exhibe insensatamente su vulnerable
desnudez. Este clímax retroactivo desemboca en una explorativa improvisación
donde el grupo utiliza el misterio para realzar un poco más lo tétrico. Esto se
hace muy a lo Stravinsky, lo cual, a su vez, nos remite a Univers Zero una vez
más. El clímax regresa, esta vez de manera proactiva, hilando una maraña de
neurosis progresiva que apela a imágenes de inquietud y emergencia, para
finalmente aterrizar en el grisáceo motivo de apertura. Tras este ejercicio de
ingeniosa recapitulación de la onda RIO clásica, el breve solo de piano "Drums
Whisper Spacy" cierra el disco con aires de serenidad crepuscular, al modo de
una serenata misteriosa pero cálida.
César Mendoza
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