Temas
- Symphony - 13:47 [a. Introduction ; b. Modulation ; c. Variation ; d.
Finale]
- Traveling - 6:48
- Wonderful Music - 3:38
- Sun Trip - 17:45 [a. Am Olberg (Mount of Olives) ; b. On the Way ; c.
Battlefield ; d. New Era]
Integrantes
- Stefan Danielak (Wildschwein): voz, guitarras rítmica y acústica
- Joachim H. Ehrig (Eroc): batería, percusión, efectos electrónicos
- Gerd O. Kühn (Lupo): guitarras solista y acústica
- Bernhard Uhlemann (Baer): bajo, flauta dulce, percusión
- Hermann Quetting (Quecksilber): órgano, piano, espineta, percusión
- Axel Harlos (Felix): batería, percusión
Primer disco de Grobschnitt, banda pilar dentro de la instalación y desarrollo
del rock progresivo dentro de la vanguardia rockera alemana, este trabajo
homónimo resalta desde su mismo inicio por la exhibición de sonoridades
potentes y robusta. Un elemento fundamental para este factor es la presencia de
una sección rítmica nutrida por la presencia de 2 bateristas, aunque también
vale decir que los esquemas compositivos con los que juega la banda facilitan
campos de expansión propicios para articular jams musculares. Este disco tiene
varios niveles de parentesco con los discos “Inside” y “Floating” de Eloy,
aunque no debe tomarse esto como un aminoramiento de la gestación del sonido
Grobschnitt tal como se da en el presente disco.
‘Symphony’ abre los primeros 13 ¾ minutos del disco, comenzando de manera
ceremoniosa, aunque bien pronto el esquema instrumental va flotando sobre un
swing que nos puede recordar a una cruza entre Traffic y Santana aumentada con
una fibra sonora semejante a la que hallamos en los pasajes más excitantes de
Colosseum. Casi sin darnos cuenta, unos arreglos de cuerda se van asentando
dentro del bloque instrumental, siendo así que su presencia se hace un poco más
relevante (por un rato) cuando el grupo se enfila hacia un jam lento, bien
empapado en un espíritu floydiano. Los fraseos de la guitarra solista alternan
momentos en los que llena entusiastamente el espacio con otros más dosificados,
mientras que algunos efectos electrónicos se explayan como creando capas
cósmicas entre la guitarra y el órgano. De este modo, se arma un final
cautivante para esta primera sinfonía de Grobschnitt. El repertorio sigue con
‘Traveling’ comienza con una persistente pulsación psicodélica que ostenta su
aire de antesala prolongada por 2 minutos; el cuerpo central de la pieza sube
los decibeles e intensifica el compás de tal modo que el grupo regresa al
estándar de Traffic y Santana. Una vez más, las percusiones y a guitarra
solista operan como sendos polos sobre los cuales gira el espectro sonoros del
ensamble. La segunda mitad del disco comienza con ‘Wonderful Music’, tema de
corte pastoral donde las guitarras acústicas duales y las líneas de flauta
marcan la esencia grácil y casi frívola que la pieza pretende trasmitir.
Imaginemos a un Cat Stevens metido a experimentar con colores tullianos, y ya
podremos hacernos una idea del enfoque intencional de esta canción. La suite
‘Sun Trip’ cierra el álbum con mucho esplendor, siendo así que este tema
resulta todo un clásico “primitivo” del grupo. Podemos describir las
sonoridades predominantes en ‘Sun Trip’ como que parcialmente realzan una
suerte de anticipo de los viajes cósmicos que luego serán afiladamente
desarrollados en su obra conceptual de ‘Solar Music’. Por lo pronto, el tema
comienza con esa magia lánguida propia del sinfonismo elaborado desde un
contexto cósmico a lo krautrock, como una versión más áspera del primer Eloy.
Los adornos a lo Wright que Quecksilber emite en su órgano y los ambientes
controladamente misteriosos que crea el bloque de instrumentistas generan un
clima de psicodelia introspectiva que a todos los fans progresivos les suena
familiar. Recordemos que con este disco estamos viajando hacia los confines
originarios del progresivo, el disco debut de un futuro grande de la hornada
germana. Las sirenas de alarma y efectos de masivo bombardeo crean un
momentáneo espectro de tensión que finalmente se queda al nivel de una viñeta
cinematográfica; por su parte, los solos de guitarra se enmarcan muy bien
dentro del estándar gilmouriano de blues-rock psicodélico con una innegable
marca heavy. Poco antes de llegar a los 12 ½ minutos, un tiroteo cierra esta
sección y abre un interludio enérgico que se mueve fluidamente sobre un tempo
que alterna 5/4 y 4/4, antes de llegar a una nueva sección lenta que resuelve
el misterio introspectivo anterior con una sonoridad un poco más explícita. El
súbito viraje hacia un swing jazzero suena bastante interesante, pero se trata
en realidad de una coda demasiado concisa: me pregunto qué hubiese pasado si
hubiesen expandido esta idea más entusiastamente, tal vez hubiésemos gozado con
un jam al estilo del Nektar de “Sounds Like This” o con algo más en la onda de
un Exmagma en su faceta más refinada… En fin, así es como termina el disco y ya
está.
El bonus track que nos trae la edición digital de este disco es simplemente
monumental: se trata de una versión en vivo de ‘Symphony’ (aquí titulada ‘Die
Sinfonie’) que dura casi media hora. Estas extensiones le hacen muy bien la
tema a pesar de que sobre el papel lo de la media hora de duración suene a una
exagerada autoindulgencia propia del progresivo cuando se escapa de sus propias
manos: al fin y al cabo, la sección ritual percusiva y el solo marcial de doble
batería operan como recursos de intensificación del inmenso viaje sonoro que el
grupo aborda. También hay un excelente solo de bajo que Baer despliega sobre e
dúo de bateristas: la verdad que ésta es una buena oportunidad para apreciar su
aporte en la base del sonido que Grobschnitt elaboró en sus primeros discos.
Con el largo tratamiento que recibe la sección final de ‘Symphony’, se me
ocurre que esta versión tiene un filo rockero más pronunciado y un vínculo más
estrecho con la escena progresiva alemana de esa época. Se trata de una buena
manera de terminar la experiencia melómana con este disco seminal de
Grobschnitt.
César Mendoza
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