Temas
- Future Primitive (5:28)
- All The Colors Of The Dark (4:07)
- Corridors Of Power (3:54)
- Deep Politics (5:38)
- Daughters Of Bilitis (3:24)
- Almost Grew My Hair (8:03)
- I Led Three Lives (8:49)
- Deep Snow (7:20)
Integrantes
- Zak Ryles: guitarras
- Emil Amos: batería, guitarras, piano, sintetizador, efectos de cinta
- Alex John Hall: guitarras, mellotrón, sintetizador
- William Slater: bajo, piano, sintetizador
Invitados - Ash Black Bufflo (sintetizador en 7), Timba Harris (arreglos de
cuerda)
Formado a fines del pasado milenio, el grupo instrumental estadounidense Grails
es una entidad experimental que hemos descubierto recientemente pero que cuyo
aporte hemos aprendido a apreciar rápidamente: su esquema post-rockero
ecléctico alimentado de elementos psicodélicos, progresivos e indie les ha
hecho merecedores de efusivos elogios de parte de la prensa musical underground
de su país desde los tiempos de sus primeros EPs (cunado aún se llamaba Laurel
Canyon) y su disco debut "The Burden Of Hope", ya bajo el nombre definitivo de
Grails. Su nuevo trabajo de larga duración para el presente año 2011 es "Deep
Politics", una obra sólida y bien armada donde el grupo deja constancia de su
garra expresiva, su inteligente manejo de atmósferas y texturas, y su
convincente administración del espíritu aventurero hacia el cual el grupo
siempre estableció sus miras estéticas. Para variar, este disco ya ha recibido
elogios de parte de la prensa y comunidad internauta de melómanos, y en esta
reseña no nos cabe sino unirnos a este clima de apreciación. Vayamos tema por
tema para justificar por qué.
"Future Primitive" abre el disco con una grisácea solemnidad cósmica,
trasladando una atmósfera oscura sin excederse en su potencial opresivo, más
bien explayándose en una ambientación reflexiva y misteriosa que es bien
llevada por la perfecta amalgama creada por las disciplinadas intervenciones de
los instrumentistas y la calculada interacción entre ellos. El uso contenido
pero genuino de garra rockera le da un vitalismo especial a la reflexividad
reinante. "All The Colors Of The Dark" se encarga de ocupar los siguientes 4
minutos del álbum con una actitud más calmada, ciertamente estandarizada dentro
de ciertos cánones habituales del post-rock, aunque añadiendo varios toques
progresivo-psicodélicos que vienen bien a la hora de explotar los pasajes más
energéticos del jam central en torno al cual gira el bloque instrumental
general. Por su parte, "Corridors Of Power" incorporar ciertos aires
cibernéticos al asunto, un poco a lo Radiohead post-"OK Computer", además de
notables aportes de las facetas atmosféricas del krautrock electrónico y los
elementos más etéreos de unos Tortoise: esta excursión por estepas de
predominio de sintetizadores en vez de guitarreos es muy oportuno cuando se
quiere dar un aire diferente al asunto, especialmente cuando se quiere
reformular el aire de misterio que conforma una de las piedras angulares de la
armazón sónica de la banda. La cuarta pieza es la que precisamente da título al
álbum: casi se puede describir como una power-ballad post-rockera con aires de
banda sonora aportados por el arreglo de cuerdas que entra en acción en ciertos
momentos clave. No me hubiera molestado que este tema en cuestión fuera más
extenso - realmente me da la impresión que el momento del cierre llega de una
manera un tanto abrupta que no permite cerrar la imagen final a plenitud=85
pero en cuanto a lo que existe en sí, para nada cabe negar su belleza evocativa
ni la refinada elegancia con la que cada uno de los miembros del cuarteto se
comporta al servicio del mandato de la estructura compositiva integral de la
pieza. Pasando de lo romántico a lo melancólico pero sin perder ciertas
conexiones estilísticas con "Deep Politics", "Daughters Of Bilitis" establece
una especie de regreso a la languidez emocional que ya se hizo presente en "All
The Colors Of The Dark", esta vez explorando sus matices en función exclusiva,
o sea, sin hacer gala de mayores variantes mientras se maneja el motivo central
como una letanía introspectiva.
Si "Daughter Of Bilitis" parecía evocar un paseo nocturno por los diversos
recovecos oscuramente ensimismados del espíritu, "Almost Grew My Hair" ofrece
un actitud muy distinta, una de apertura de la mirada hacia la luz naciente de
un nuevo amanecer. No se trata de una pieza realmente celebratoria, pero sí se
nota en ella una calidez que, de alguna u otra forma, hace alusión a
sentimientos optimistas y al relax emocional: en la primera mitad, notamos
cercanías estilísticas con Mogwai y la faceta más intimista de unos Pelican,
siendo así que las intervenciones más contundentes de la guitarra eléctrica
sirven para llenar espacios y manejar de manera refinada la tensión latente que
opera colateralmente a la cadencia rítmica de los momentos más relajados. La
segunda mitad vira hacia parajes marcados por la densidad emocional, al modo de
una advertencia sobre las inquietudes que se avecinan después del relax
inicial: este asunto se maneja primero con una tonalidad sobria y un esquema
rítmico livianamente reposado, y finalmente se resuelve en un clímax en donde
el vigor se establece sin lugar a confusiones pero sin llegar tampoco a
sobresaltos particularmente chillones, es como una llamarada final que se hace
notar sin provocar un incendio. ?El fade-out? No me convence del todo, hubiera
preferido que llegara más tarde para explorar el momento final con mayor
detallamiento, o que se hubiera dado una erupción rockera a lo Isis o Red
Sparowes. Pero bueno, no soy músico o productor de este disco, así que lo más
coherente en estos casos es decir. "es lo que hay y ya está". Los últimos 16
minutos del disco están sucesivamente ocupados por "I Led Three Lives" y "Deep
Snow". El primero de estos temas es el más explícitamente vigoroso del
repertorio: el paquete sonoro que el cuarteto emite para esta ocasión encajona
de manera inteligente los riffs y encuadres armónicos de los guitarreos, todo
ello sobre un compás lacónico y persistente cuyo dinamismo letánico sirve para
mantener las cosas en un nivel vitalista. Las capas finales de sintetizador
suenan a irrupciones tangerine-dreamianas cuya función es la de cerrar los
fortines del corazón después de que éste terminó con sus últimas
manifestaciones de furia. La verdad que el disco se aproxima a su crepúsculo
con ganas de seguir dejando huellas impactantes en el cerebro y el alma del
oyente, y el caso de "Deep Snow" cumple a las mil maravillas con la compleción
de esta misión. Comenzando con un protagonismo marcado de la guitarra acústica,
el tema establece un cruce entre la majestuosidad grisácea de "All The Colors
Of The Dark" y el flujo introspectivo de "Deep Snow": en algún paraje
intermedio, este cruce se traduce en un estupendo juego de contrastes entre lo
solemne y lo extrovertido, un momento realmente sublime que desgraciadamente
resulta muy efímero. En general, la pieza sirve para explorar reformados
matices dentro de las coordenadas de nostalgia y contemplación que sustentan el
genuino leit-motiv del grupo. De esta forma concluye "Deep Politics", disco que
revela un excelente nivel de madurez artística en las huestes de Grails y que
quizá instaure el cénit decisivo del post-rock para el año 2011. !Bien por
ellos!
César Mendoza
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