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 JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ LEDESMA Y MARGARITA BOTELLO: “La Paciencia de Job” (2006)

Temas

  1. Leyenda
  2. Naufragio
  3. Jardín de los Senderos
  4. Palabras como Astros
  5. No Te Pude Contestar
  6. Los Jueces del Mundo
  7. Vidas Atrás / Noche
  8. Donde Nadie
  9. Paciencia Infinita

  • José Luis Fernández Ledesma: guitarras acústicas y eléctrica, pianos clásico

y eléctrico, sintetizadores, laúd, vihuela, flauta, armonio, percusión, ocarina, melódica, darbuka, xilófono, instrumentos étnicos mayas, voz, procesos electrónicos

  • Margarita Botello: voz, piano, santur, armonio, percusión, ocarinas, kalimba, sintetizador

Colaboradores – Gustavo Albarrán (corno francés en 1), Juan Carlos Ruiz (fagot en 1), Hugo Santos (bajo en 4), Carlos Bonequi (batería en 5 y 6), Alejandro Sánchez (violín en 6 y 8), Eduardo Meléndez (saxo barítono en 6 y 8), Vitali Roumanov (cello en 7), David Ball (fagot en 9), Ramón Nakash (violín en 9)

Tenemos aquí la nueva oferta musical del prolífico y talentoso multiinstrumentista mexicano José Luis Fernández Ledesma, en asociación con Margarita Botella. “La Paciencia de Job” es un disco basado en atmósferas y ambientes, mayormente de corte minimalista, coqueteando con el RIO en varios momentos, y cómo no, también incorporando sonidos étnicos, aleatoriamente rescatados de la campiña y los desiertos de México, o los desiertos de Arabia, o las estepas de África Oriental. La línea de trabajo de “La Paciencia de Job” está bastante emparentada con “Sol Central”, pero que conste que no se trata de un mero sucedáneo del mismo. Lo onírico marca la esencia definitiva del material contenido en este disco: la apuesta es por la apelación a la misteriosa belleza de aquellos confines de la realidad en los cuales la vigilia y el ensueño se entrelazan y confunden.

Los coloridos sutiles y envolventes de ‘Leyenda’ portan el candor de un amanecer en una tierra de fantasía: hasta ahora no imaginaba cómo algo puede sonar tan perturbador y tan candoroso a la vez. Buena entrada. La sensación de estar vagabundeando a través de los brumosos linderos del limbo es evocada contundentemente en ‘Naufragio’. Poco antes de llegar al quinto minuto, las nubes se disipan, permitiendo que el piano traiga algo de luz de un plácido atardecer otoñal... hasta que, un minuto después, la niebla vuelve. La aureola del limbo sigue presente en ‘Jardín de los Senderos’ y ‘Palabras como Astros’. Ambas piezas contienen unos ornamentos sonoros un poco más diversos que ‘Naufragio’, siendo así que la segunda se enfila hacia caminos más intensos debido al uso de cadencias tribales: el canto de Botella emite un poema de Vicente Huidobro, con lo cual el tema adquiere aires de solemnidad. Precisamente son esos timbres telúricos del tema los que proporcionan una suerte de preludio a la secuencia de los dos siguientes temas, donde la dupla Fernández Ledesma – Botella trabaja la faceta más explosiva de su visión musical.

En ‘No Te Pude Contestar’ surge la batería por primera vez, con la cual se crea una secuencia sincopada sobre la que fluyen la instrumentación y el canto, de manera en cierto sentido semejante al Can del “Future Days”. ‘Los Jueces del Mundo’ también tiene una base de batería, pero esta vez el frenesí exótico es cambiado por la parsimonia fúnebre, patente tanto en el compás como en los sonidos de teclados y efectos. Margarita Botello registra su canto en torno a las recientes debacles armamentísticas con un oportuno sentido del drama, mientras que el violín y el saxo barítono parecen emular los quejidos postreros de multitudes agonizantes en medio de llamas y escombros; los arreglos corales de la parte final resultan bastante efectivos a la hora de transmitir el escalofrío apocalíptico del dolor humano – muy a lo Art Bears, aunque más fastuoso en esta ocasión. La dupla ‘Vida Atrás / Noche’ comienza con una sección de base tribal sobre la cual suenan soliloquios e instrumentos bizarramente procesados a través de manipulaciones de cintas, creando un clima crecientemente lunático. Después, mientras la base tribal se va desvaneciendo, surge una serie de cortinas de teclado y efectos de guitarra en una amalgama acentuada por el cello: lo solemne reemplaza a lo lunático, e incluso se hace más imponente cuando entra el piano de cola en acción para acompañar al cello. ‘Donde Nadie’ es la pieza más breve del disco, elaborada con texturas de inspiración arábiga bien conducidas por el trío de voz, violín y saxo barítono. Finalmente, ‘Paciencia Infinita’ retoma de manera frontal la aureola de ensueño crepuscular que había predominado imponentemente a lo largo de las cuatro primeras piezas: el piano surca a través de esta pieza como una corriente serena a la cual se unen momentáneamente el fagot, la guitarra y el canto de Botella.

Este disco es distribuido por Musea, y ciertamente es de aplaudir que este sello francés se haya preocupado genuinamente por otorgarle un espacio a un trabajo tan abiertamente situado sobre el filo más experimental de la música contemporánea vanguardista. “La Paciencia de Job” es un catálogo de ingenio puro en la creación de atmósferas y manejo de timbres y texturas, una línea de trabajo a la cual ya nos tiene acostumbrados el dúo de Fernández Ledesma y Botella, y que se instaura nuevamente como uno de los pilares incuestionables de la vanguardia musical radical.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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