Temas
- Marilyn F. Kennedy (2.30)
- Da Da (3.36)
- Adventures with Long S. Tea 25 Two Seconds Before Sunrise (2.53)
- Groove (4.53)
- Tango Wolperaiso (2.35)
- Jam Factory (For People Insane) (4.04)
- Habits (5.57)
- Dance of the Crabs (0.53)
- Greetings to the Maroccan Farmers (6.36)
- Last but One Train to Amsterdam (0.56)
Integrantes
- Thomas Balluff: órgano, piano, piano eléctrico, clavinet, flauta, trompeta,
efectos
- Fred Braceful: batería Sonor, percusión extraordinaria
- Andy Goldner: bajo, guitarra, saxo alto, efectos
Segundo disco de Exmagma, “Goldball” muestra a una banda menos dispuesta a
mostrar frontalmente su manejo filudo del jazz-rock experimental para
concentrarse en sonoridades más dosificadas en su energía. Eso sí, el talento y
el dinamismo propio de un ensamble bien afiatado siguen funcionando a tope. En
todo caso, a veces lamento que las piezas no sean más extensas: por ejemplo,
los temas segundo y tercero, que están entre los más explosivos de todo el
disco, no cuentan con espacio suficiente para explayarse en desarrollos que
posiblemente hubiesen llevado a clímax estupendos (al estilo de Dzyan, Embryo o
Agitation Free, por ejemplo). Por otra parte, miembros del grupo han confesado
en fuentes de Internet que Exmagma no solía ser una banda que gustara mucho de
sonar excesivamente complicada, por lo que teniendo en cuenta esto, las
restricciones de tiempo tienen sentido.
El jam medio funky que conforma ‘Marilyn F. Kennedy’ da inicio al disco con una
vibración positiva y juguetona, antes que las exhibiciones de improvisación
controlada, cambios de ambiente y juegos polirrítmicos de los dos siguientes
temas, ‘Da Da’ y ‘Adventures with Long S. Tea 25 Two Seconds Before Sunrise’
inserten climas más densos y estructuralmente desafiantes dentro de esta
experiencia estética. Si el tema 1 mostraba a Exmagma en una actitud afín a la
vertiente más psicodélica del Canterbury (entre Egg y el Soft Machine pre-Elton
Dean), ‘Da Da’ y ‘Adventures with Long S. Tea 25 Two Seconds Before Sunrise’
exhiben una mayor cercanía a las tendencias de jazz vanguardista manejadas por
nombres tales como Return to Forever y Weather Report, siempre con sus adornos
tipo “free form” que no eran poco comunes en el ámbito krautrock. A propósito,
el extravagante nombre del ítem Long S. Tea 25 era un sobrenombre para el LSD:
cosas como ésta no deben extrañarnos en relación con la música experimental de
los 70s, especialmente en una escena musical tan combativamente lisérgica como
la alemana. ‘Groove’, aunque tiene un esquema más simple, se hace debido eco de
la densidad que ya se ha instalado en el ambiente: se trata de un jam jazzero
en clave de soul, semi-lento, con una guitarra rítmica constante que sostiene
el peso de los efluvios del piano eléctrico, el órgano y la guitarra solista,
mientras que la batería y múltiples percusiones de Braceful aportan intensidad
contenida y retazos de color. ‘Tango Wolperaiso’ es una pieza bastante curiosa:
muestra a los tres miembros de la banda alternando posiciones con la guitarra,
el piano eléctrico y la batería sucesivamente, sin juntarse en un trío
debidamente puesto. La gracia es que con cada nuevo turno se incrementan las
mezclas (guitarras superpuestas, efectos psicodélicamente raros de órgano,
percusiones extra), terminando con cánticos farsescos emanados por los tres. Un
simpático juego progresivo. ‘Jam Factory (For People Insane)’ nos devuelve al
juego de complejidades que ya había funcionado tan entusiastamente en los temas
2 y 3, solo que esta vez el énfasis está en la pura psicodelia (entre Syd
Barrett y el primer Gong), y realmente funciona para darle una genuina
intensidad a la pieza a pesar de no contar con un compás muy veloz que digamos.
Si en algún lugar debía Braceful mostrar su maestría percusiva sin ninguna
clase de tapujos, ésta es la ocasión.
‘Habits’ es más parecida al delirio musical propio del krautrock: tiene mucho
parentesco con el Amon Düül II de “Yeti”/ “Tanz der Lemminge” y Agitation Free.
‘Dance of the Crabs’ nos devuelve a la soltura propia del jazz-rock
estadounidense… !pero solo se trata de un interludio de 50 segundos! En fin, si
‘Habits’ nos remitía de lleno a la psicodelia krautrock, ‘Greetings to the
Maroccan Farmers’ ahonda en esta vertiente con su penetrante exploración en
improvisaciones de formas libres. Aunque el título hace alusión a cosas
exóticas, la verdad que esta pieza es pura improvisación que inventa sus
coyunturas a lo largo del camino sin apoyarse en estructura ni definición
alguna – otro referente de cercanía con Amon Düül II. La fineza de Balluff al
piano de cola es magistral, como magistrales también son los golpes percusivos
que crea Braceful, entre tribales y cósmicos. ‘Last but One Train to Amsterdam’
es otra breve pieza jazzera de msnos de 1 minuto que cierra el disco, esta vez
con una agilidad ingenua a lo Canterbury: no hubiera estorbado en un disco de
Hatfield o Caravan. Simpático cierre, pero con una duración frustrantemente
efímera.
En fin, tenemos aquí un disco excelente que hará las delicias especialmente de
los aficionados al krautrock de línea jazzera así como de aquellos aficionados
al jazz de vanguardia en general. Exmagma es todo un grupazo de los 70s cuyo
legado debería, en verdad, ser más apreciado – en todo caso, para eso están
(estamos) los coleccionistas…
César Mendoza
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