Temas
- Ekla (3 :33)
- La Machine (4:00)
- Le Grand Passant (6 :24)
- La Madeleine (3 :51)
- Lovania (4:12)
- Sequoïa (9:46)
- Nostalgia (2 :13)
- Mare Nostrum (4 :42)
- Non Nobis... (3 :30)
Integrantes
- Alain Chiarazzo: guitarras, voz
- Fabrice Di Mondo: batería, percusión
- Philippe Troïsi : bajo
- Thierry Massé: teclados
Con el revelador título de "Volume 3", el ensamble progresivo francés Eclat
proyectó su tercer trabajo de estudio para seguir aportando sus granitos de
arena hacia el desarrollo del revival progresivo de los 90s en tierras galas.
Después de un interesante disco debut y un más cuajado segundo disco titulado,
Eclat exhibe en "Volume 3" una visión rotunda sobre el tipo de madurez
estilística al cual aspiraba desde el punto de partida. Oscilando cómodamente
entre el estándar del progresivo sinfónico y el jazz-rock melódico, Eclat
trabaja también con algunos sabores fusionescos en ciertos momentos, lo cual
ayuda bastante a la hora de potencializar el colorido y la frescura intrínsecas
a su propuesta musical específica. Chiarazzo sabe poner a sus guitarreos en un
lugar central de los muchos vuelos instrumentales que tienen lugar a lo largo
del disco, pero la guitarra no redunda en una posición de recurso sonoro
abrumador: por el contrario, los teclados de Massé también dan continuas
muestras de creatividad esencial para el afianzamiento de las ideas
compositivas de cada pieza.
El álbum comienza a pleno color con 'Ekla', un tema que ofrece 3 BD minutos de
alegría sinfónica ampliamente sazonada con aires jazzeros, especialmente en lo
que concierne a la armazón semi-funky elaborada por la dupla rítmica, aunque
nada de este tema suena a música disco ni alguna forma bailable de música pop:
es sinfónico casi totalmente puro hecho con vigor optimista y espíritu
celebratorio. Imaginemos una mezcla de Camel clásico con jazz-rock melódico de
escuela 80era para tantear una descripción más precisa. A partir de aquí, el
siguiente tema titulado 'La Machine' establece un viaje sinfónico con otro
tenor, aunque mantiene una frescura muy semejante al del tema de entrada: en
todo caso, el matiz específico de 'La Machine' suena a una mezcla rara pero
fluidamente eficaz de dinamismo a lo Gentle Giant y aires
flamencoides-arabescos (usuales en el rock andaluz de antaño), y además incluye
un alucinado solo de guitarra que suena sinceramente crimsoniano (o sea,
frippiano, para ser más específicos). 'Le Grand Passant' pone abiertamente un
énfasis en el factor jazz-rockero que la banda hasta ahora había puesto como un
ingrediente entre otros: ahora se trata de la estrategia nuclear de composición
y arreglos, casi como Kenso. Siendo como es una pieza tan amena, sus más de 6
minutos de duración pasan como volando en un puñado de instantes. 'La
Madeleine' es el primer tema cantado del disco: se trata básicamente de una
balada amable, un tanto ceremoniosa en sus arreglos vocales. No llega a
destacar realmente dentro de lo que se ha venido escuchando del repertorio
hasta este momento, pero tiene el mérito de aportar un momento de tranquilidad
a la experiencia melómana en curso. 'Lovania' regresa al tipo de colorido
musical que tan buenos réditos generó para el primer tema del disco, aunque
esta vez se exhibe una dinámica llamativa que puede sonar emparentada con el
Minimum Vital post-"La Source". Con sus 9 BE minutos de duración, 'Sequoïa'
resulta la pieza más extensa del álbum. Su estructura compositiva es sencilla y
recurrente, pero lo suficientemente atractiva en su espíritu predominantemente
etéreo como para no resultar tediosa de escuchar : por el contrario, su
estrategia "camelizada" de explorar suaves ambientes de corte jazz-fusion hace
que se conserve coherentemente una ambientación contemplativa tanto en las
secciones lentas como en las más ágiles de este bien estructurado viaje
instrumental. Creo notar ciertos acentows zappianos en algunos de los
impresionantes solos que se manda Chiarazzo, un guitarrista que siempre sabe
cómo destilar destreza y buen gusto melódico al unísono. 'Nostalgia' es un solo
de piano que muestra claros trazos de influencias de Chick Corea y Patrick
Moraz, operando así como un conveniente preludio a la magia exótica de 'Mare
Nostrum', otra fiesta jazz-progresiva para los oídos: los referentes a Camel y
Minimum Vital siguen presentes, así como también un poco a Happy The Man
(especialmente en cuanto al breve solo de sintetizador que imita al Mini-Moog,
muy a lo Kit Watkins). 'Non Nobis=85' cierra el disco con un ensamble de
sintetizador que suena como órgano de fuelles y coral medieval. La solemnidad
tan evidentemente fingida indudablemente transmite algo de humor e ironía, pero
el oficio tan delicado que se ha invertido en la musicalidad de este epílogo
prácticamente obliga al oyente a tomarse en serio estos últimos 3 minutos y
pico del disco.
"Volume 3" es un disco muy bonito y muy bien hecho, un refinado trabajo de
artesanía sónica que evidencia a Eclat como un auténtico "rey sin corona"
dentro de la escena progresiva francesa post-70era. Teniendo en cuenta que más
tarde "Le Cri De La Terre" conformaría la máxima expresión de la visión musical
de Chiarazzo & co., podemos interpretar que el sitial de "Volume 3" está
dispuesto esencialmente para ese impulso creativo posterior. Pero dejemos eso
para otra reseña - este tercer disco de Eclat es una joya muy valiosa para los
coleccionistas dispuestos a rescatar lo mejorcito del prog hecho fuera de
tierras angloparlantes durante los 90s.
César Mendoza
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