Temas
- Stations Of The Ghost (2:22)
- Dark Horizons (7:32)
- The Last Hurrah (9:20)
- Child Of The Harvest (14:26)
- The Halloween Tree (3:39)
- Night Of The Scarecrow (13:30)
- Lola Daydream (6.45)
Integrantes:
- Fred Laird: guitarras, voz, teclados
- Jon Blacow: batería, percusión
- Lius Gutarra: bajo
Colaboradores - Joe Orban (teclados en 2 y 4), Ellie Willard (coros en 2 y 4),
Ian Wright (saxo en 4)
Earthling Society es una banda con una trayectoria veterana y reconocida dentro
de la vertiente space-rockera de la avanzada progresiva del último decenio. La
línea de trabajo de esta banda liderada por el guitarrista-teclista Fred Laird
apuesta por sonoridades lisérgicas de orientación cruda, más terrenal que las
que solemos encontrar en los prototipos de Hidria Spacefolk o los mismos Ozric
Tentacles (otros veteranos de gran calibre): hay inquietudes retro en su oferta
sonora, lo cual ha resultado patente en algunos de sus discos anteriores, pero
debe quedar en claro que de ninguna manera se puede denominar a Earthling
Society como llanamente nostálgica, sino más bien como reactivadora. Su más
reciente entrega se titula "Stations Of The Ghost", un ítem donde el grupo se
explaya en exploraciones de sus facetas más filudas aunque no se rompe
realmente con la solución de continuidad respecto a los dos discos precedentes
("Beauty And The Beast" y "Sci-Fi Hi-Fi"). En todo caso, es de agradecer que ya
con un sexto disco en su currículum, el grupo todavía dé muestras de vitalidad
y fuerza expresiva.
Con un evocativo pasaje cósmico como preludio - a la sazón, el tema homónimo -
comienza el disco, guardando energías para el entusiasta desarrollo de "Dark
Horizons", pieza cuya vitalidad flagrante y patente se orienta hacia un híbrido
de Ozric Tentacles pre-1990, el Hillage de "Motivation Radio" y el lado más
"artsy" de U2. Con algunos ruidos ambientales de calles de alguna ciudad árabe,
se tiende un puente hacia el siguiente tema "The Last Hurrah", el cual comienza
con un plácido motivo marcado por la guitarra acústica y un canto meditativo.
Con los efectos de guitarra steel y capas flotantes de sintetizador, las
alusiones al lado tranquilo de Hawkwind se hacen claras, aunque también se
puede notar ciertas aproximaciones a la faceta atmosférica de algunos proyectos
de Steven Wilson. Una vez pasada la frontera del segundo minuto y medio, se da
el giro a un interludio instrumental ágil y estilizado, asentado en una
psicodelia contemporánea semejante a la que practican bandas como Hypnos 69.
Luego se vuelven a calmar las cosas para dar paso a un segundo motivo cantado,
el cual tiene tufillos al brit-pop, aunque se nota que el aspecto psicodélico
sigue siendo el que marca los tonos y organiza las atmósferas generales
(incluso hay un cierto aire a lo BJH en las capas de teclado que arropan la
sección final). "Child Of The Harvest", con sus casi 14 BD minutos de
duración, es la pieza más larga del álbum. Su aire extrovertido se mantiene
firme y fluido a través de sus variaciones de motivos y ambientes, desde los
más extrovertidos hasta los más contenidos: se notan aires de familia con el
Nektar clásico, así como con el Hawkwind remozado de la etapa post-"Warrior",
el Pink Floyd pre-"Ummagumma" y el Porcupine Tree pre-"Absentia". Uno de los
interludios instrumentales se beneficia bastante de la presencia de un saxo
invitado, el cual elabora elegantes texturas cuyas principales funciones son
las de llenar espacios sin abrumar y complementar las capas de teclado. "The
Halloween Tree" suena a ritual hinduista con esa armazón de guitarra acústica y
percusión que sostiene las lisérgicas murallas sónicas erigidas por el
sintetizador y la guitarra eléctrica: algo de lo cual la gente de Amon Duul II
se hubiera sentido bastante orgullosa. La misión de este breve paraje exótico
es la de abrir el puente levadizo de "Night Of The Scarecrow", el otro tema de
desarrollo ambiciosamente extenso del álbum. Una peculiaridad de esta piza es
que sus secciones más duras están cercanamente influidas por la aspereza del
krautrock, y de manera indirecta, por la potencia espontánea del Hawkwind
pre-"Doremi", pero hay mucho más que eso en un espacio de 13 minutos y medio.
Por ejemplo, una amplia excursión de progresivo espacial a lo Nektar-con-Eloy
que marca el segundo motivo principal así como el camino hacia el magnífico
cierre climático; otro factor es la inclusión de una sección un poco más
relajada donde el grupo explora matices acústicos que suenan un poco intimistas
a través de su básico motivo cuasi-arábigo. "Lola Daydream" cierra el álbum con
un ejercicio de psicodelia casi minimalista encuadrado e instalado dentro de un
patrón rítmico lento y ceremonioso, coqueteando levemente con el post-rock pero
manteniéndose en el esquema space-rockero desde lo esencial.
Tenemos aquí un disco muy vitalista y muy atractivo, afín a la nostalgia por
las tradiciones del space-rock y la psicodelia mientras que mantiene una
robustez y un colorido netamente contemporáneos en su bloque sonoro integral.
Earthling Society establece aquí un punto de referencia muy interesante para
los parámetros del progresivo psicodélicos de nuestros días.
César Mendoza
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