Temas
- At the Mountains of Madness
- Province 19: The Visage of War
- Feast of Ashes
- Grooming the Psychosis
- Topanga Safari
- Ten Days to the Sand
- Burning the Hard City
Integrantes
- Gayle Ellett: guitarras, efectos, teclados, percusion
- Scott Henderson: guitarras, efectos, teclados
- Chuck Oken, Jr.: bateria, percusion, percusion electronica, teclados,
secuenciador
- Henry Osborne: bajos, teclados, percusion
“Burning the Hard City” es uno de los trabajos mas agresivos y filudos de la
carrera de Djam Karet, si no el mas. En el reino progresivo-espacial-jam
establecido por los cuatro excelentes miembros de esta banda norteamericana,
las manos de hierro de las guitarras se apoderan de las riendas
gubernamentales con un frenesi dictatorial tan apabullante como excitante.
Con ‘At the Mountains of Madness’ tenemos una entrada progresiva de alto
nivel, en la que el grupo se explaya en una secuencia bien armada de motifs,
desarrolladas de manera magica merced a los efectivos solos de guitarra y
expansiones tematicas firmemente sostenidas por la dupla ritmica. En este
punto, es oportuno señalar que Osborne y Oken Jr. se erigen como autenticos
heroes musicales a lo largo de todo el disco, aunque, como es natural, son
los riffs, punteos y contrapuntos de las duales guitarras de Ellett y
Henderson las que absorben la mayor parte de la escena. Tambien cabe decir
que algunos de los punteos de guitarra resultan excitantemente
escalofriantes, casi sonando a una especie de lamento de ultratumba. Con
‘Province 19: The Visage of War’ se nos abre un mundo renovado de fiereza
casi animal, dosificada a traves de un empleo inteligente de riffs bien
definidos y una delirante reiteracion en aras de crear tension y oscuridad
de una manera efectiva: en varios sitios de Internet he leido que a esta
pieza se la acusa de ser excesivamente repetitiva, pero en lo que a mi
concierne personalmente, se trata de una de las composiciones mas grandiosas
de “Burning the Hard City”, con un final de efectos de guitarra que eriza la
piel a punta de terror. Su aura crimsoniana filtrada a traves de cadencias
mezcladas de prog-metal y jazz-rock la convierte en un tema que destaca por
meritos propios. A contrapelo con la garra opresiva y despiadada de
‘Province 19’, ‘Feast of Ashes’ ofrece una navegacion sonora mas languida y
reflexiva, aunque no exenta de tension en un formato mas sutil: la cosa se
torna hacia una suerte de cruza entre PF y la faceta mas onirica del
space-rock standard. ‘Grooming the Psychosis’ comienza en una cadencia
jazz-rock sobriamente alegrona, hasta derivar en algo mas hard y complejo a
partir del cuarto minuto y medio: lo jazzero se mantiene por obra de las
cadencias que Osborne crea en sus partes de bajo, las mismas que a veces
arrastran a algunas de las secuencias de rasgueos duales creadas por los dos
guitarristas. De esta manera, el tema no se ahoga en su propia garra
inherente. ‘Topanga Safari’, tal como su exotico titulo parece aludir,
remite a cosas mas del tipo fusion etnica, algo asi como un Ozric Tentacles
funky con la participacion de Jeff Beck y Tony Levin. ‘Ten Days to the Sand’
nos remite a una retoma mezclada de la vibracion progresiva de ‘At the
Mountains...’ y las ambientaciones introspectivas de ‘Feast of Ashes’. El
tema homonimo cierra el disco con un nuevo incremento de la descarga
rockera, pero sobre un esquema que empieza languido y misterioso, mas que en
‘Feast of Ashes’, dando asi rienda suelta a la influencia floydiana (etapa
“Wish You Were Here”) que siempre se halla de alguna manera presente en los
discos de DK. A partir del septimo minuto, las cosas se ponen incendiarias
en semejanza con las partes mas duras de ‘At the Mountains...’ y ‘Grooming
the Psychosis’, a veces coqueteando con Rush. Hay algo solemne y funebre a
la vez en esta pieza que la convierte en un broche mas que adecuado para el
disco.
Este es, ciertamente, todo un discazo. No se puede negar que la gente de
Djam Karet ha sido capaz de crear obras mas cautivadoras que “Burning the
Hard City” a lo largo de su larga trayectoria, pero este disco dista mucho
de merecer el calificativo de obra menor o algo por el estilo – mas bien,
debe quedar como una genuina expresion de energia y renovacion de parte de
la linea psicodelica del rock progresivo contemporaneo. Puesto en
perspectiva, este disco de Djam Karet puede verse como un manifiesto de
afianzamiento estilistico y evolucion artistica desde los tiempos
inmediatamente anteriores del “Reflections from the Firepool”. Ideal para el
coleccionista progresivo que busque algo que anticipe por cinco años al King
Crimson noventero desde cinco años antes, o al Porcupine Tree pre-1998 por
dos.
Cesar Mendoza
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