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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 AccordDISCIPLINE: "To Shatter All Accord" (2011)

Temas

  1. Circuitry (6:16)
  2. When The Walls Are Down (7:29)
  3. Dead City (5:15)
  4. When She Dreams She Dreams In Color (13:40)
  5. Rogue (24:04)

Integrantes

  • Matthew Parmenter: voz, teclados, saxo, violín
  • Jon Preston Bouda: guitarras
  • Matthew Kennedy: bajo
  • Paul Dzendzel: batería, percusión

Discipline ha sido una de las bandas más significativas de la movida estadounidense dentro del revival progresivo 90ero: mientras que en el país de Jimi Hendrix y Edward Hopper las propuestas neo-prog y vanguardistas al estilo RIO eran las que mayormente predominaban, Discipline exponía una línea de trabajo muy peculiar, forjada a través de una ecléctica mezcla de retro, psicodelia y neo. Aunque su legado fonográfico no fue precisamente abundante, la huella que sus dos discos de estudio "Push & Profit" y "Unfolded Like Staircase", así como sus actuaciones en vivo dejaron en la memoria colectiva progresiva de los 90s han sido inolvidables. Pero no es ahora oportuno hablar de esta banda liderada por el vocalista-multiinstrumentista-mimo Matthew Parmenter en tiempo pasado, pues el grupo ha vuelto a emerger de sus cenizas con su disco "To Shatter All Accord"=85 !15 años después de "Unfolded Like Staircase"! Grabado con la misma formación de cuarteto que había grabado el susodicho segundo álbum, "To Shatter All Accord" incluye dentro de su nuevo repertorio tres canciones que el grupo tocaba en sus primeros años, incluso cuando aún era un quinteto. Ahora, canciones como "CVircuitry" y "When The Walls Are Down", verdaderas marañas de música angustiada y espectáculo teatral desgarrador tal como parecen en el DVD "Live", cuentan con sus debidas versiones definitivas de estudio. Vayamos ahora detallando las virtudes del repertorio con mayor detenimiento.

"Circuitry" abre el disco con fuerza de carácter, abriendo vías de robustez y pesadez en base al estupendo armado sónico de parte de los riffs guitarreros y el swing engañosamente lánguido de la dupla rítmica. Cuando el piano ocupa el eje central sobre un motivo en 3/4, la solemnidad cede paso a una reflexividad sombría afín a la que encontramos en áreas tan diversas como las de Areknamés, Versus X y White Willow, por ejemplo, indirectamente referentes al estándar de Van Der Graaf Generator. La idea musical cierra su propio círculo con un retorno al primer motivo, preparando así el terreno para la emergencia del siguiente tema, "When The Walls Are Down", la cual impone su particular presencia desde esa bella dupla de piano y saxo que surge antes de que desaparezca la nota final de órgano del tema precedente. Esta pieza capitaliza y dinamiza la intensidad ominosa ya reinante, dándole un poco más de colorido al asunto mientras explora nuevas profundidades de ansiedad y densidad con una expresividad fehacientemente oscura y abrumadoramente imponente. Tras experimentar poco menos de 14 minutos de neurosis sónica en permanente clímax, "Dead City" expone una ambientación más ágil en clave de 11/8, generando una sonoridad un tanto afín al space-rock mientras establece lazos de familia con el neo-prog estándar. De todas maneras, que conste que este aligeramiento de la

atmósfera musical no supone recurrir a un vuelo lisérgico autocomplaciente ni a

un reciclamiento "simplificado" del modelo sinfónico: pos el contrario, se nota

un trabajo muy meticuloso en la elaboración melódica de la pieza en cuestión, y

de hecho, los últimos pasajes se enfilan hacia un ejercicio psicodélico caótico

que vuelve a traer a colación la densidad emocional que se había impuesto sólidamente en los dos primeros temas. Ya tenemos aquí 19 minutos de ingenioso colorido progresivo donde Discipline da amplias muestras de una vitalidad refrescante, ningún indicio hay de modorra o desubicación tras el largo periodo

de letargo que tuvo lugar después de la edición de "Unfolded Like Staircase".

Todavía quedan 37 minutos y pico de nueva música de Matthew Parmente y co., y dicho lapso de tiempo está ocupado por dos temas. "When She Dreams She Dreams In Color" porta un tono amenazador desde el mismo ingreso del piano y el canto,

al modo de un punto intermedio entre el VDGG de "Goldbluff" y el Robert Wyatt de "Rock Bottom". La cadencia jazzera aportada por la batería le da una dinámica eficaz al tenor sombrío marcado por el expresivo canto de Parmenter; hay un permanente aire de expectativa ante algún sobresalto que pudiese motivarse sobre el camino, un aire oportunamente realzado por las líneas de violín que hacen acto de presencia en algún momento. A poco de superada la barrera del cuarto minuto, el ambiente explota momentáneamente, dando rienda suelta por un rato a la tensión emocional que hasta entonces se había preservado contenida. Aunque esto solo ocurre por un breve momento, la huella de inquietud queda firmemente signada en el ambiente para anunciar el pronto arribo de un nuevo motivo, uno parsimoniosamente tétrico que oscila entre el retro escandinavo de corte Anekdoteniano temprano y la faceta sutil de Present,

siempre con su tufillo Crimsoniano que siempre resulta útil a la hora de expresar oscuridad emocional por vía de un esquema musical adusto y recurrente:

en el transcurso del afianzamiento de este motivo, se impone un hermoso solo de

violín que parece manifestar una mezcla de temor y nostalgia, muy afín al estilo de David Cross. "Rogue" es la maratón conclusiva del álbum. Comenzando con un hermoso preludio semi-barroco de guitarra acústica, el primer cuerpo central se instala con un motivo (alternando 7/8 y 4/4) empujado por una espiritualidad cautelosa que se empareja evidentemente con la del primer tema, incluso acentuando los matices VDGraffianos con notoria dedicación. Poco antes de llegar a la barrera del quinto minuto, otro cuerpo central nos transporta a una dimensión un poco más melancólica, aunque siempre embebida por ese desasosiego esencial tanto a la imaginación compositiva como a la teatralidad vocal de Parmenter: el momento en que todo se pone más explícitamente denso permite a ese desasosiego saltar al frente y revolcarse sobre sí mismo. ?Rezagos de la suite "Canto IV" del álbum "Unfolded Like Staircase"?... probablemente. De ahí surge una secuencia de dos motivos cacofónicos que articulan la tensión reinante de una forma más mecánica, pero lejos de enfriar la situación, lo que se logra es enfatizar la locura y darle un pulso más contundente a las inquietudes psicológicas que nunca dejan de manifestarse. El canto exacerbado de Parmenter añade aguerridos retazos espectrales a la robusta

arquitectura sónica elaborada por la magnífica amalgama de guitarra, órgano, bajo y batería. La tormenta en curso se mantiene de forma sostenida, motivando un clímax de oscuridad emocional que es tan atemorizante como apasionante, al modo de un canto de sirena que se sabe letal pero al cual uno no desearía resistirse. Una vez pasada la tormenta, llega la calma del náufrago superviviente: sobre una lenta cadencia en 3/4, el motivo final se inicia con una actitud serena, al modo de un sopesamiento de la idea de haber sobrevivido a una hecatombe, terminando con un envolvente solo de guitarra y una coda dominada por etéreas capas de mellotrón, en base a la progresión de acordes que

se había marcado en el preludio de guitarra acústica.

Con este nuevo disco, Discipline con firma grandiosamente la justicia de ocupar

un sitial tan privilegiado en las mentes de todos los que seguimos el desarrollo del revival progresivo en los 90s: "To Shatter All Accord" es una poderosa muestra de rock artístico donde la robustez y la contundencia imponen su presencia de forma arrolladoramente magnética.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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