Temas
- Before the Common Era (5:22)
- The Tree Factory (14:08)
- Common Era Caveman (6:26)
- Aggrandizement (19:12)
- The Form of the Good (8:41)
Integrantes
- Dave Berggren: guitarras
- Dan Britton: teclados
- Patrick Gaffney: batería
- Christopher West: bajo
Colaboradores - Nathan Bontrager (cello), Frank d'Anon (canto, percusión),
Brian Falkowski (clarinete, flauta, saxofón), Heather MacArthur (violín), José
Luis Oviedo (trompeta), N. Aaron Pancost (trombón), Kelli Short (oboe), Megan
Wheatley (voz)
Después de su tremenda aventura como fundador y participante de Birds and
Buildings, cuyo disco debut "Bentham to Behemoth" supuso uno de los picos
progresivos del año 2008, Dan Britton vuelve la mirada a un proyecto anterior,
Deluge Grander, y amenaza con volver a causar un fuerte impacto en la cosecha
progresiva de 2009 con este disco de plaltónico título - "The Form of the
Good". La Forma (o Idea) del Bien, en la metafísica de Platón, es la instancia
inmaterial que regula tanto el orden de las esencias como el orden de las cosas
al darle unidad a cada una de ellas así como a la totalidad completa: como se
puede ver, el objeto designado por el título de este disco parece reflejar una
intención bastante ambiciosa para este nuevo trabajo fonográfico de Deluge
Grander. Si "August in the Urals" supuso un despliegue de complejas sonoridades
organizadas bajo un sólido esquema ecléctico progresivo, "The Form of the Good"
retoma esta línea de trabajo y le da una definición un poco más contenida, esto
es, dosificando un poco más el fuego sonoro. Pero ojo, la sofisticación
típicamente progresiva sigue viva y coleando.
"Before the Common Era" da inicio al disco con una ambientación notoriamente
etérea, estableciendo una atmósfera reflexiva y serena, con ciertos alicientes
cósmicos mantenidos a un nivel bastante sutil. La presencia de cánticos
sampleados y un pequeño ensamble de cuerdas ayuda bastante a la hora de
establecer una poderosa aureola de ensueño que envuelve dicha atmósfera
reflexiva. "The Tree Factory" amenaza de entrada con obsequiarnos con algo más
explícitamente denso, con ese prólogo basado en góticas sonoridades
cuasi-mellotrónicas - se trata de algo bastante escandinavo, recomendado para
nostálgicos incurables de Anglagard, Sinkadus, etc. De pronto, el prólogo
concluye para dar paso a un motivo ágil de base jazz-funky. A pesar de la
alegría aparente, el abierto uso de disonancias en los acordes básicos, solos y
ornamentos permanece como un recurso sólido de tensión musical. Eventualmente,
el esquema melódico se vuelve mas amable, dando pie a hermosos solos de
guitarra y violín planteados con una conmovedora limpieza melódica. Otro motivo
torna hacia un jam veloz, juguetón, que se podría describir tal vez como un
híbrido de BMS y Camel, y luego otro nos plantea una mezcla de ELP con
Canterbury. En fin, la última sección se acomoda de manera más gentil en una
calidez que nos puede recordar a Kayak y Supertramp, aunque cabe añadir que Dan
Britton y co. saben insuflar su propia refinada extravagancia incluso a
momentos progresivamente sencillos como éste. "Common Era Caveman" se explaya
en una simple secuencia de acordes, haciendo que esta base armónica sostenga el
clímax delicadamente sostenido que los músicos van elaborando con estupenda
pulcritud. La masivamente adornada labor del baterista y las múltiples cortinas
de teclado conforman la columna vertebral de este atractivo viaje progresivo.
Para los últimos momentos, el recurrente tempo de 4/4 pasa a 6/8, y desde ahí
se proyecta una conclusión épica y envolvente.
La pieza más larga de disco se titula "Aggrandizement", que con sus casi 19 BC
minutos de duración incorpora una elaborada variedad de motivos y matices. El
tenor general de "Aggrandizement" se resuelve en base a esa típicamente etérea
fastuosidad que Deluge Grander prácticamente ha convertido en marca registrada.
Hay momentos en lo que el grupo apela a trucos de aparente caos para crear una
apariencia de exquisita neurosis, mientras que hay otros en lo que predomina
una actitud de estilizada reflexión, así como hay otros en los que se impone
una arquitectura muy bien medida. Como sea, se nota que el grupo se apoya en su
propio "temor al vacío" para animarse a explorar continuamente los motivos que
sucesivamente entran en juego. Además de los abiertos coqueteos con el
esplendor otoñal escandinavo, también notamos aquí varios pasajes donde se
flirtea con el chamber-rock (con una actitud semejante a la de Far Corner),
siendo así que el grupo y sus colaboradores logran perfilar una amalgama bien
lograda. El clímax conclusivo emana ciertas ambientaciones terroríficas, un
tanto reminiscentes a las facetas épicas de la suite crimsoniana "Lizard"B3B el
cortante final completa efectistamente el imponente dramatismo que se había
apoderado implacablemente de la armazón instrumental. El tema homónimo ocupa
los últimos 8 BE minutos del álbum - con un espíritu un tanto semejante al del
etéreo tema de entrada, se desarrolla primeramente por un ejercicio
vanguardista donde se combinan el chamber-rock y la psicodelia "spacey", para
luego pasar a un esquema más propiamente sinfónico, enmarcado entre una
pomposidad lánguida y un dinamismo no demasiado explícito. Como conclusión
general, debo señalar que "The Form of the Good" es un discazo que confirma a
Dan Britton como un creador progresivo muy a tener en cuenta en los últimos y
próximos años - Deluge Grander debe aparecer en los Top 5 y Top 10 de las
encuestas progresivas de fines de 2009.
César Mendoza
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