Temas
- Holocaustica (2:32)
- Chimaira (6:21)
- Mo(o)nso(o)n (6:15)
- Brain Melody (6:50)
- The Dance Of The Drastic Navels, Part 1 (14:24)
- Disorganicorigami (3:00)
- A Saucerful Of Secrets (11:34)
- Children Of Our Dreams (2:26)
- Var Glad Var Dag (6:39)
Integrantes
- Alfio Costa: sintetizadores, órganos, pianos, mellotrón, armonio
- Davide Guidoni: batería, percusión, percusión electrónica, samplers
Colaboradores - Flavio Costa (guitarras en 2), Cristiano Roversi (Stick en 2),
Ricardo Paltanin (violines eléctricos en 3), Alessandro Papotto (saxo turco en
4, saxo, oboe y clarinete en 5, saxo soprano en 6), Laura Mombrini y Cristina
Vinci (canto en 7), Fabio Zuffanti (bajo en 7), Vincenzo Zitello (flauta,
clarinetes, cello y viola en 8)
Sorprendente lo que nos brinda este dúo de Alfio Costa y Davide Guidoni. Daal
es el resultado del encuentro de estos dos veteranos músicos amantes del rock
progresivo - Costa estuvo en Tilion, Prowlers, Colossus Project, entre otros,
Guidoni estuvo en Nuova Era, Taproban, Ozone Players, entre otros. Este dúo ya
concretizó su participación en una grabación multi-grupal de tributos al rock
progresivo sueco titulado "Rökstenen", y además está preparando sus aportes
respectivos para un tributo progresivo al "Paraíso" de Dante y otro a los
relatos de Edgar Allan Poe. Mientras tanto, el dúo nos engalanó con una obra
progresiva osadamente ecléctica titulada "Disorganicorigami": lamento haberla
conocido ahora a mediados de 2010, porque sin duda hubiese ocupado un lugar
altísimo en mi Top 10 personal de 2009 de haber adquirido mi ejemplar en su
momento debido. La diversidad de estrategias estilísticas que confluyen dentro
del bien perfilado concepto sonoro del disco es increíblemente ecléctica:
space-rock, sinfonismo, cosas cercanas al prog metal, free-jazz, rock in
opposition "modernizado", World music, incluso sendos tributos a Pink Floyd y
la Ragnarok sueco. Difícil, muy difícil aburrirse con este disco,
independientemente de que el oyente de turno encuentre el producto final
coherente o no, agradable o no.
Con ruidos de sirena de alarma antibélica y secuencias sintetizadas espaciales
se arma el clima de la pieza introductoria 'Holocaustica', un alucinado viaje
musical por el camino del space-rock cuasi-metálico. Realmente este inicio del
álbum no está dispuesto a tomar prisioneros, su propósito de sorprender de
entrada está garantizado para cualquiera que empiece a escuchar a Daal. Es una
secuencia de latidos la que nos conecta con el siguiente tema 'Chimaira', el
cual hereda mucho de los climas cósmicos y heavy del tema de entrada pero para
reciclarlos a través de una confluencia entre el dinamismo del rock psicodélico
y la fastuosidad imponente del rock sinfónico más ostentoso, con inocultables
(aunque no exagerados) matices de prog-metal que entran a tallar con el fin de
realzar el colorido general. Los riffs de guitarra son bastante contundentes
desde su rol funcional, pero es en el perfecto encuadre entre el swing de
Guidoni y los variados recursos que Costa extrae de sus sintetizadores y pianos
donde radica la esencia de la pieza. ?A qué sonaría Ozric Tentacles tocando un
tema compuesto para el primer álbum de Gordian Knot y contando con Gavin
Harrison como baterista invitado? La respuesta se sabrá escuchando este tema=85
y de paso, dejándose cautivar por él. 'Mo(o)nso(o)n' sigue a continuación para
trasladar el hasta ahora imperante ambiente space-rock hacia una dinámica ágil
que combina la experimentación étnica del World music y apabullantes
sonoridades astrales cibernéticas que nos remiten tanto a Tangerine Dream como
a Ozric Tentacles. El solo de violín a cargo del invitado Riccardo Palfanin
alterna pasajes de evidente corte académico con otros más etéreos que se
condicen con las alusiones étnicas anteriormente mencionadas. Después de una
sirena antibélica y un cardiograma, que no nos sorprenda que un tono de
teléfono sea el ítem que introduce el cuarto tema, 'Brain Melody'. Aquí la cosa
pasa a un sendero menos astral y más cerebral, afín al estándar del
chamber-rock galo (sí, algo así como Univers Zero). Los aires de misterio y
tenebrismo se plasman perfectamente en las espartanas escalas de piano y capas
de mellotrón que emergen sobre la arquitectónica base rítmica armada por
Guidoni. El siguiente tema, 'The Dance Of The Drastic Navels, Part 1', dura
casi catorce minutos y medio. Durante sus primeros 3 minutos, el asunto está
focalizado en ambientes concretos electrónicos que tienen mucho en común con el
krautrock de base sintetizada (Tangerine Dream, Cluster), pero poco después la
cosa vira inesperadamente hacia una excursión de free-jazz bastante solvente.
Dentro del contexto musical que se había estado explayando en los primeros
cuatro temas del disco, esto no parecía tener sentido, pero una vez que nos
detenemos a escuchar lo que está pasando, podemos advertir la solidez técnica
con la cual se desempeña el dúo. El invitado Alessandro Papotto, quien había
aportado algunos matices de oboe a través de la secuencia espacial inicial,
opera en la porción free-jazz con musculares elaboraciones al saxo. Al llegar
al sexto minuto y medio, volvemos por un rato al minimalismo concreto para
luego tornar hacia un modelo sinfónico inquietante que suena a un ELP
"crimsonizado". Parece mentira que se pueda crear tanta robustez rockera sin
que esté involucrada ninguna guitarra=85 pero es realidad. Poco antes de llegar
al minuto 10 se produce un nuevo y definitivo regreso a los climas cósmicos, un
poco a lo Jobson-con-Vangelis
Los siguientes 3 minutos del disco están ocupados por la pieza homónima. Ruidos
mecanizados y respiraciones generan un espíritu de expectativa en medio de un
contexto industrial, y esto es solo el principio de la extravagancia. El tenso
solo de saxo a manos de Papotto y los samplers de bandas militares completan
este cuadro musical abstracto que parece evocar imágenes surrealistas
inspiradas en la deshumanización del mundo contemporáneo. El tributo a la
emblemática banda Pink Floyd llega con un cover de 'A Saucerful Of Secrets', un
producto osado y original que logra crear algo renovado a partir de esta
referencia universal para cualquier melómano progresivo. Daal se vale de su
propio interés por explorar artilugios digitales dentro de lo progresivo para
impulsar su propia creatividad en relación con esta pieza ajena. La sección
final recibe una dosis especial de candor merced a la intervención de una dupla
vocal femenina. Ah, y cómo dejar de mencionar al invitado de lujo para este
cover: el bajista Fabio Zuffanti. 'Children Of Our Dreams' es el epílogo del
repertorio oficial del disco - basado en un bonito motivo de piano, incluye
sobrios arreglos de cuerda y madera además de algunos ornamentos industriales
en el trasfondo. A modo de bonus track, un cover de un tema del segundo disco
de Ragnarok es el que verídicamente cierra el disco. Dicho tema es llevado a
una dimensión electrónica en clave de space-rock, no traicionando sino
reavivando el lirismo inherente a la versión original. "Disorganicorigami" es
un disco muy interesante, lleno de sorpresas musicales a lo largo del camino:
Daal se alza así como una voz peculiar dentro de la variopinta escena
progresiva italiana de nuestros días.
César Mendoza
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