Temas
1.- Redroom (2.31)
2.- AnarChrist (6.46)
3.- Noises From An Interlude (2.12)
4.- Level 6666 (5.19)
5.- The Dance Of The Drastic Navels, Part II (16.54)
6.- Cry-Hologenic (4.10)
7.- Aglatarium (5.23)
8.- Destruktive Actions Affect Livings (10.03)
9.- Memories Of Old Pictures (6.57)
Integrantes
- Alfio Costa: piano de cola, Mellotron M400, Minimoog y otros sintetizadores,
órgano Hammond, samplers
- Davide Guidoni: batería, percusiones, samplers
Colaboradores - Guglielmo Mariotti (bajo, voz), Riccardo Paltanin (violín
eléctrico), Ettore Salati (sitar), Pensiero Nomade (oud), Alessandro Papotto
(metales), Bobo Aiolfi (bajo)
El dúo italiano Daal vuelve a las andadas con su particular manera de
replantear y reavivar la vibrante lógica del eclecticismo, esencial en el
género progresivo, para la escena actual del susodicho género: la nueva
afirmación de su propuesta musical se titula "Destruktive Actions Affect
Livings". Una peculiaridad especial de este disco es que hay una edición
limitada del mismo con un disco extra, un disco adicional titulado "Echoes Of
The Falling Stars", el cual queda constado como tercer disco oficial de la
banda: las ganancias pro las ventas de este formato doble irán directamente a
Peter Pan, una fundación que apoya a los niños con cáncer (www.peterpan.it).
Aquí comentaremos solamente la versión "normal" de "Destruktive Actions Affect
Livings".
La secuencia de las canciones 'Redroom' y la desafiantemente titulada
'AnarChrist' abre el disco con una espectacular combinación de polenta y
exquisitez. 'Redroom' suena como un híbrido de la banda sonora de "Eraserhead"
y los estilizados vuelos lisérgicos que Tangerine Dream proyectó en su suite
'Phaedra', todo ello dentro de los restringidos confines de un prólogo de 2 BD
minutos; acto seguido, 'AnarChrist' emerge como un notable ejercicio de
chamber-rock electrónico mezclado con dinámicas estructuras de base kraut,
aires sinfónicos oscuros (casi escandinavos) y dejes crimsonianos, resaltando
el aura cibernética motivada por el rol protagónico de los sintetizadores.
'Noises From An Interlude' comienza con ruidos de pasos y una puerta que se
abre, y lo que sucede al abrirse la puerta es un juego caótico de ambientes
lúdicos que se explayan en lo psicodélico de una manera más "domesticada", un
juego que concluye con el cierre de la puerta; de este modo se prepara el
camino para 'Level 6666', pieza que se complace en desarrollar una atmósfera
sinfónico-psicodélica no exenta de colores exóticos de raigambre arabesca, y
también absorta en sutiles ambientes tenebrosos que pueden hacernos evocar un
poco a Goblin. 'The Dance Of The Drastic Navels, Part II' es un intense viaje
musical de casi 17 minutos de duración que prosigue por la senda la suite que
ocupaba el centro del disco predecesor "Disorganicorigami". La solemnidad
contemplativa reina en el desarrollo de la pieza, a lo cual ayuda mucho el
cálido canto del bajista invitado Guglielmo Mariotti; los adornos percusivos y
los variados ornamentos delineados por los sintetizadores enriquecen de forma
relevante, que no ostentosa, la sencilla base armónica sobre la cual se
sostiene la composición. En la frontera del séptimo minuto se va gestando una
"revolución interna" dentro de la arquitectura de capas y loops sintetizados,
lo cual lleva al bloque instrumental a derivar en un sólido ejercicio de
space-rock poco antes de llegar al octavo minuto y medio. Este ejercicio parece
una idea abandonada por el Hawkwind de "Hall Of The Mountain Grill" que fue
rescatada y remodelada por una asociación de dos músicos del TD clásico, un
teclista de Ozric Tentacles y Nick Mason, todos unidos en la misión de llegar
pronto a un breve pasaje descoyuntado, con un filo aleatorio "estratégicamente
anti-climático". Así se abre un viraje hacia un motivo que oscila entre lo
psicodélico y lo sinfónico, alternando pasajes de carácter clásicamente
armónico con interludios disonantes que aluden a una grisácea inquietud. En los
últimos dos minutos y pico, el esquema sonoro pasa a asentarse sobre ambientes
reposados donde la serenidad y la sensación de estar perdido en medio de algo
misterioso parecen fundirse con impoluta fluidez.
Parece como si con 'The Dance Of The Drastic Navels, Part II' el disco hubiera
llegado a la culminación de una sección y el anuncio de una posterior: al
menos, eso es lo que se puede deducir del modo en que 'Cry-Hologenic' recoge
ese aire de reposado misterio que marcaba las últimas instancias de la suite
previa, transformándolo en un etéreo viaje abstracto donde la dialéctica
minimalista compartida por los casi cinematográficos ambientes de los teclados
y la batería suavemente tribal refleja el poder impersonal de la tecnología
como forjador de una realidad que se impone a lo largo de todo el orbe.
'Aglatarium' refleja recién la primera aparición del elemento jazzero a la cual
la dupla de Costa y Guidoni nunca ha sido ajena: a pesar de su inherente
melancolía crepuscular, esta pieza parece celebrar los colores sobrios de la
placidez y la sencillez, colores intimistas que brillan sin cegar, indiferentes
a la opresión mecanicista retratada en piezas anteriores. Pero... ?qué es eso
que surge poco antes del tercer minuto y medio? - un giro radical aunque bien
conectado hacia un fastuoso interludio que tiene algo de floydiano y de
vandegraffiano, no precisamente extenso pero ejerciendo el suficiente impacto
como para manchar de invisible densidad el reposado bosquejo introspectivo
dibujado por los sobrios fraseos de piano en el cierre. La pieza homónima, que
ocupa un espacio de 10 minutos, tiene una primera mitad focalizada en
surrealistas climas electrónicos que exudan por todos sus poros aromas y
esencias krautrockeras: el Cluster de los primeros discos, el aura espiritual
de Yatha Siddra y el primer Popol Vuh, además de algunos delineamientos
inescrutables al estilo del Vangelis de "Beauborg", son exorcizados
fehacientemente en los climas sónicos que van flotando como destellos
inalcanzables de pulsares. Después de pasada la barrera de los 5 minutos, el
dúo se reorganiza para comenzar con un paseo por los terrenos del jazz
industrial y terminar con un jam space-rockero marcado por una controlada
agilidad. La clausura del disco llega con 'Memories Of Old Pictures', pieza muy
atmosférica que está mayormente estructurada en torno a un hermoso motivo de
piano que viene oportunamente aumentado por lánguidas orquestaciones de teclado
en el trasfondo y serenas florituras jazzeras de saxo que salen más al frente;
una extravagancia final del disco, al más puro estilo Daal, es la inclusión de
un interludio cósmico-electrónico que parece inspirado en el TD de la etapa de
"Logos" y "Hyperborea", antes de que el motivo de piano inicial imponga una
actitud reflexiva para los instantes finales del disco.
Como balance general, cabe indicar que "Destruktive Actions Affect Livings"
encarna una oferta sónica más focalizada que la presente en el impresionante
disco debut "Disorganicorigami". Mostrando aún la fidelidad a las diversas
coordenadas estilísticas que esta energética dupla de Alfio Costa y Davide
Guidone convierte en ingredientes perfectamente integrados en un esquema sonoro
dinámico y sorprendente, se nota que este nuevo disco se ha armado bajo un plan
arquitectónico más compacto - las mismas cualidades bajo una luz más diáfana y
una iluminación más ordenada. Daal se mantiene como una voz única dentro de la
amalgama de variantes musicales progresivas que siguen existiendo y
persistiendo en Italia.
César Mendoza
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