Temas
- El Trapecista
- Un Sueño Perdido
- En Todas las Esquinas
- Para los Arqueólogos del Futuro
- Ese Día...
- Canción por Encargo
- Chatarras y Cacerolas
- Cacharpaya
- Hasta en los Techos
- En la Matiné
- Cumbia
Integrantes
- Francisco Sazo: voz, textos
- Hugo Pirovich: flauta traversa, percusión, voz
- Jaime Atenas: saxos
- Ricardo Vivanco: marimba, cueros, percusión
- Fernando González: guitarra eléctrica
- Jaime Vivanco: piano, sintetizadores
- Patricio González: cello, charango
- Jorge Campos: bajo eléctrico, contrabajo
- Sergio González: batería, composición
Mientras avanzaban los años 80s, el grupo chileno Congreso seguía
manteniendo su buen renombre dentro de la escena fusión de su país a la par
que iba ahondando en sus exploraciones jazzeras en ideas compactas,
igualmente sólidas en cuanto a las piezas más patentemente pegadizas como en
las más aventureras. El sonido de Congreso es una confluencia en el sentido
más literal de la palabra, y el buen oficio de sus elementos individuales
permite que dicha confluencia se traduzca en una amalgama armónica a través
de su patente policromía y coherente a través de su diversidad.
Al igual que los discos precedentes desde inicios de los 80s, Congreso se
muestra bastante concentrado en el manejo de ritmos y cadencias de raigambre
afro-latina y tropical, lo cual les ayuda a mantener una vibración de buena
onda y carácter festivo en las composiciones y arreglos de los temas,
independientemente del hecho de que las letras se centren mayormente en
asuntos serios de corte social. Las vibraciones positivas y exaltadas
empiezan encontrando encarnaciones apropiadas en ‘El Trapecista’ (una
apertura con bastante gancho), ‘En Todas las Esquinas’, ‘En la Matiné’ y el
juguetón instrumental ‘Ese Día...’. Más adelante, en ‘Hasta en los Techos’,
otro soberbio instrumental, nos reencontraremos con esta misma aureola
juguetona. Estos dos instrumentales simbolizan a la perfección el alucinante
afiatamiento entre la batería de Sergio González y le bajo de Jorge Campos,
así como el dinamismo tan peculiar y efectivo del cual hace gala el
percusionista Ricardo Vivanco al servir de puente entre la dupla rítmica y
el resto del ensamble. El penúltimo de esta trilogía es uno de esos clásicos
definitivos de la historia de Congreso, y tiene, además, la peculiaridad de
que algunas estrofas están cantadas en la lengua africana lingala – como
para dejar más en claro las cosas, una breve sección de danza africana funge
de epílogo para la canción en cuestión.
Por su parte, el instrumental ‘Un Sueño Perdido’ indaga en la faceta más
introspectiva de la banda: el piano de Vivanco y las medidas florituras de
saxo soprano entran como directrices para los aportes provistos por los
demás instrumentos. ‘Canción por Encargo’ y la canción homónima guardan
también una inocultable aura melancólica, aunque se nota un colorido más
exaltado en su núcleo melódico y arreglos percusivos – bellas piezas
tratadas a través de un sutil manejo de texturas propiamente fusionescas, y
tal vez, dos de las más notables del disco. ‘Chatarra y Cacerolas’ es la
pieza más bizarra del disco: se trata de un ejercicio percusivo concreto de
un minuto y medio de duración, en base a la instrumentación aludida en el
título. Este ejercicio ofrece un puente de ocurrencia aleatoria entre dos
temas construidos con delicadeza y sobriedad patentes, la antes mencionada
‘Canción por Encargo’ y la balada ‘Cacharpaya’, en la cual lo etéreo y lo
meditativo confluyen fluidamente con elementos del folklore criollo chileno.
El instrumental ‘Cumbia’ cierra el disco como algo más que eso: en un margen
de menos de 3 minutos hallamos una intensa mezcla de cumbia, salsa y
Latin-jazz de corte bossanova, la cual provee un coherente broche de cándida
alegría al disco.
“Para los Arqueólogos del Futuro” es una de las obras más distinguidas
dentro de la trayectoria de Congreso, y ciertamente constituye una de las
muestras más exquisitas de la escena fusionesca iberoamericana de los
últimos 20 años.
César Mendoza
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