- Poker dice
- Keep in lane
- Xingu
- One way
- STOMU YAMASH'TA: percussion multitudinous
- MORRIS PERT: drums, percussion
- PHIL PLANT: bass (1 & 2)
- ANDY POWELL: bass (3 & 4)
- ROBIN THOMPSON: organ, piano, soprano sax, sho (2, 3 & 4)
- PETER ROBINSON: piano (1)
- DAVE WHITE: soprano sax (2)
- IAN GOFFE: trombone (2)
- RICHARD HARRIS: trumpet (2)
Detrás del proyecto Come To The Edge se encuentra el músico japonés conocido
como Stomu Yamash'ta. Su labor se centra, principalmente, en la percusión y
la composición (años más adelante se dedicaría a los sintetizadores y a la
interpretación de instrumentos japoneses construidos con materiales
naturales). Previamente a Come To The Edge se había dedicado, en especial,
al ámbito orquestal (participando varios años con la Japan National
Symphonic Orchestra o la Chicago Chamber Orchestra), destacando una especial
sensibilidad hacia la música contemporánea. Varios compositores han escrito
obras para que él las interprete y ha participado en diversas grabaciones
como *Prison song *o *El Cimarrón* (junto al guitarrista Leo Brouwer) de
Hans Werner Henze, *Seasons* de Toru Takemitsu o *Turris Campanarum
Sonantium* de Peter Maxwell Davies. Serán obras propias como *Metempsychosis:
a composition for percussion & jazz orchestra* (compuesta junto a Masahiko
Sato), y sobre todo *Red Buddha*, las que le darán una importante relevancia
como creador dentro de la música de vanguardia para percusión.
El grupo se formó alrededor de 1972, a partir del contacto de Stomu en la
escuela de Berklee (Boston) con otros músicos de la escena y sus viajes a
París y Londres. La primera formación contó con el bajista Andy Powell
(integrante de los primeros Henry Cow y posteriormente reconocido por sus
arreglos orquestales en el Alan Parsons Project), el teclista Robin Thompson
(quien venía de compartir un proyecto de experimentación electrónica, junto
a Powell, llamado Intermodulation. Estoy casi seguro de que también es el
ingeniero de sonido responsable de las tres primeras entregas en estudio de
King Crimson) y el baterista y compositor Morris Pert (alma máter de
Suntreader y posterior colaborador de Brand X, Mike Oldfield, Peter Gabriel
o Jon Anderson, entre otros). Pert y Thompson participarían ambos en el
proyecto *Man from the east*, liderado por Stomu Yamash'ta y la compañía
"Red Buddha Theatre", presentando una formación híbrida a medio camino entre
Come To The Edge y los incipientes East Wind. Tras varios conciertos por
Europa, la banda se estabiliza y graba este álbum, contando con nuevos
colaboradores como Phil Plant (que posteriormente cubriría en directo a
Uriah Heep para la gira de *Firefly*, en 1977) o Peter Robinson (miembro de
bandas como Quatermass o Contraband, futuro colaborador de Brand X y Stanley
Clarke, y que posteriormente volvería a coincidir con Pert en Suntreader y
con Stomu en su etapa con Go).
La estructura interna de este trabajo (el único adscrito al nombre Come To
The Edge) y la fluidez interpretativa de sus músicos me hacen pensar mucho
en *Third *de Soft Machine. Ambos trabajos cuentan con cuatro piezas, cada
una con un carácter en el que. a pesar de asentarse sobre varios parámetros
ya compuestos, la música se iba perfilando en el momento con ciertos tintes
impredecibles. También en la concepción de cada tema hay diferentes motores
que determinan su rumbo, como el trabajo de la intensidad, los matices o los
aspectos tímbricos (un factor fundamental en esta grabación). La combinación
de grabaciones en estudio y en directo (las dos últimas piezas se
registraron en un concierto del 10 de Enero de 1972 en el Queen Elizabeth
Hall londinense) también contribuye a que el resultado final sea tan diverso
y con un fuerte componente de espontaneidad e interacción grupal. El crítico
Andrew Porter hace alusión a este concierto en el libreto del disco,
indicando que fueron tres composiciones las que sonaron en aquel concierto
(siendo "One way" la primera de la noche). La otra fue "Keep in lane", por
lo que no sé si se trata de la versión que se encuentra en el disco o no (en
realidad esto no se acredita en la información del disco -indicándose,
además, que el bajo en esa pieza era de Plant y no de Thompson-, por lo que
sería interesante saber si hubo un registro de esa interpretación en el caso
de que no sea la integrada en el álbum). Como curiosidad, hay que indicar
también que "Poker dice", junto a "One way" y otras piezas procedentes de
sus posteriores álbumes para Islands Records, se incluyeron en la banda
sonora original de la película *The man who fell to Earth*, dirigida por
Nicholas Roeg en 1976 y que contaba con David Bowie como protagonista.
El inicio del disco, con la extensa "Poker dice", es un buen ejemplo de
estas pautas comentadas anteriormente. En la pieza podemos encontrar
diferentes secciones, donde el instrumento con un acento solista más
subrayado es el vibráfono. Su utilización en registros diversos va marcando
cada cambio dentro de la pieza. Así, nos podemos encontrar en la primera
sección (hasta el minuto 06:36 aproximadamente) el desarrollo de un pasaje *in
crescendo*, encabezado por un solo de vibráfono que se va engrosando con la
intervención de otros instrumentos (bajo, batería y piano eléctrico,
fundamentalmente). También es importante reseñar la importancia de los
instrumentos de percusión (lo que se refleja en los primeros sonidos que dan
comienzo al disco, que nos llevan directamente a la estética de los primeros
trabajos percusivos de Yamash'ta); en la segunda sección (hasta el minuto
11:43) prima el carácter rítmico, con ritmos en 5 tiempos que se entrelazan
entre el bajo, el piano eléctrico, la percusión y el mismo vibráfono, con
referencias tanto a la música africana como a compositores como Steve Reich.
Los solos aquí son mucho más salvajes, con fuerza desde el principio
(confundiéndose en muchas ocasiones los sonidos del piano y el del vibráfono
por similitudes tímbricas); la tercera sección (hasta 14:02) viene marcada
por un súbito cambio rítmico (compases de amalgama de 5 y 6 tiempos) y
bajada de intensidad súbita. De alguna forma, en esta parte se concilian los
dos mecanismos anteriores, incluyéndose una secuencia intrincada de base
pero desarrollándose mediante un *crescendo* expresivo (en este caso con un
papel más evidente de la batería y la percusión); la última sección es la
más oscura, con una incisiva progresión al bajo distorsionado y una mayor
profusión de solos de piano eléctrico con marcado acento jazzístico
(cortesía de Peter Robinson). El final en *ritardando *podría ser una
especie de vuelta cíclica a la calma inicial.
"Keep in lane" nos presenta otra faceta totalmente diferente de la
formación. Su sonido es mucho más cálido y vigoroso, con un uso de la
percusión más rítmico (como se muestra en la entrada y en la salida,
marcándose el compás conjuntamente con percusiones vocales) y una dinámica
sección de viento. Por razones evidentes esta es la pieza más jazzística de
todo el álbum, con numerosos solos separados por unas frases interpretadas
en conjunto por los instrumentos de viento. El acompañamiento de la sección
rítmica es muy rico tímbricamente (sobre todo a partir de la interacción del
piano acústico y del vibráfono), y sólo la batería y la percusión destacan
en intensidad en determinados pasajes, lo que le da un carácter especial y
muy explosivo (sobre todo en los registros más liberados del trío de
metales, cerca del final).
El caos de los segundos iniciales de "Xingu", con el saxo soprano ejecutando
frases rápidas, dramatizadas y con multitud de cromatismos, intervenciones
más etéreas del vibráfono, y una potente descarga percusiva (que en cierto
modo nos puede recordar a su registro en la pieza anterior, aunque más lento
en aquella) nos meten de lleno en un nuevo ambiente desconcertante y sin
generarse gradualmente como hasta ahora. Este es el número más cercano al
rock progresivo, con muchos ecos de la estética cultivada en Canterbury a
partir de grupos como Egg o los ya mencionados Soft Machine. También es el
único compuesto por Pert, siendo el resto obra de Yamash'ta. Aquí, la
predominancia tímbrica y solística es de los teclados (piano eléctrico y
órgano), sobre una consistente base de bajo (que incluso tiene un solo) y
batería. Ambos configuran dos ritmos diferenciados: uno primero más cercano
al jazz y otro segundo, más complejo, al rock (siendo los dos separados por
un interludio percusivo que nos recuerda al inicio de la pieza). El final va
*in crescendo* y acelerándose hasta que desemboca en un fuerte caos sonoro.
Como se puede ver en otros trabajos de este período en la producción de
Yamash'ta, los finales de sus trabajos suelen ser piezas más suaves y
tranquilas, en contraste con algunos momentos intensos presentes en los
cortes anteriores. "One way" no resulta una excepción, aportando además
referencias a la música japonés a partir de la flauta, los toques coloristas
de la percusión y el sho, órgano de boca presente en muchos países asiáticos
y que es el que produce esos acordes constantes tan ceremoniosos. El
protagonista absoluto de la pieza la tiene la percusión, en todas sus
variantes (batería, vibráfono, campanas, gongs, timbales, steel drums,
pequeña percusión, etc). El *crescendo *expresivo vuelve a ser el recurso a
utilizar, a través de unas secuencias encadenadas que nos vuelven a traer
referencias de las métricas africanas, los modos orientales (desde los ragas
indios hasta la profundidad del solemne gagaku japonés) y de los
compositores minimalistas. Las referencias a *Red Buddha *son innegables, y
de alguna forma, también se podrían econtrar paralelismos con el
cierre de *Third
*("Out bloody-rageous"). Un brillante final que nos conduce de forma
vertiginosa hacia un clímax que se apaga muy lentamente con la reaparición
de la flauta.
Un trabajo muy recomendable para los amantes de las músicas abiertas dentro
del terreno del rock y el jazz de los 60-70, con fuertes dosis de
experimentación e improvisación como medio para alcanzar el equilibrio
final. Los discos publicados por Yamash'ta dentro del sello Islands en la
década de los 70 se han re-editado a finales de 2008 (algunos de ellos
vieron la luz de forma oficial en CD por primera vez), con libretos muy
completos y detallados (en cuanto a textos y fotos documentales).
Un saludo para todos.
Eduardo G. Salueña
|