Temas
- Dark Side of the Moog
- Down to You
- Gemini and Leo
- Secret Places
- On Second Thoughts
- Winds
Integrantes
- Don Airey: teclados, sintetizadores
- Jon Hiseman: bateria, timpanos, gongs
- Gary Moore: guitarras, coros
- Neil Murray: bajo
- Mike Starrs: voz
“Strange New Flesh” fue el disco con que un renovado Colosseum volvio a la
escena musical, bajo la tutela del entusiasta baterista Jon Hiseman, quien
ya habia pasado por la experiencia del hard rock con la banda Tempest.
Ahora, dispuesto a volver a las lides del rock progresivo (genero del que
Colosseum se cuenta como uno de sus pioneros), convoco a tres excelentes
musicos y un vocalista de registro tenor y tendencia R’n’B para formar
Colosseum II. Las aproximaciones que el ensamble tiene con el hard rock y el
rock bluesero (como Jeff Beck, por ejemplo, quien parece ser uno de los
referentes principales de Moore), el jazz fusion de Return to Forever y el
sinfonismo ostentoso de ELP son faciles de notar, pero seria un poco
injusto, en mi opinion, limitarnos a ver a los grupos antes mencionados como
meras influencias. Si vemos la situacion desde una perspectiva mas profunda,
advertiremos que lo que hace Hiseman, en coalicion con su nueva compañia, es
recoger la cosecha de una siembra de la cual el fue parte desde fines de los
60s. Los aportes compositivos de Moore y Airey vienen a darle una savia
nueva a un excelente arbol veterano y renacido.
El tema que abre el disco es un instrumental tremendamente poderoso y
cautivante; ‘Dark Side of the Moog’ sirve como un efectivo vehiculo para que
el ensamble luzca su faceta mas potente con total soltura, siendo asi que
Airey es quien asume el rol protagonico con sus alucinantes aportes en
organo, sintetizadores (atencion especial al ultimo solo de Moog) y un piano
electrico con distorsion, mientras Moore solea sin romper la voz de mando
que establece el teclista. La dupla ritmica funciona como una maquinaria
bien afiatada que cumple con precision la labor de sostener el fundamento
para el vendaval sonoro provisto por sus dos colegas instrumentistas. Sin
duda que muchos oyentes habran de sentirse enganchados con esta gozada. A
continuacion la intensidad baja un poco los decibeles para dejar paso a
‘Down to You’, un cover de un tema de original de Joni Mitchell que aqui es
transformada en una balada R’n’B, expandida gracias a los evocativos solos
de Moore y los ambientes medio cosmicos provistos por los arreglos de
sintetizador de cuerdas de Airey. Tambien se incluyen un hermoso interludio
de piano clasico compuesto por el mismo Airey
- sobre el cual la guitarra acustica emite un breve pero hermoso contrapunto
- y un jam jazzero que se inicia a los cinco minutos y medio, y que se
prolonga por mas de un minuto hasta que un nuevo solo de Moore nos devuelve
al motif inicial. ‘Gemini and Leo’ es una pieza de rock bluesero sobre una
base funky, ameno, excitante, lo suficientemente llamativo como para suponer
que fue compuesto para single, y lo mismo podemos decir del pegadizo ‘Secret
Places’ que viene despues, donde el hard rock y el R’n’B se fusionan
fluidamente. En esta ultima pieza queda claro que la linea rockera de Moore
y la vieja escuela de Colosseum son perfectamente compatibles – este numero
no hubiera estado fuera de lugar en cualquiera de los discos del Colosseum
original... solo que se extraña la presencia de un saxo, para aumentar un
poco mas la polenta.
‘On Second Thoughts’ comienza con un etereo fraseo de guitarra complementado
por unas sutiles aportaciones de piano electrico que completan el cuadro
sonoro introspectivo: al entrar el vocalista y los demas en escena se
despliega la estructura bluesera del tema, el mismo que se desarrolla con un
aura de melancolia que el vocalista carga sobre sus espaldas con convincente
naturalidad. Justo despues de que ha pasado el momento de mayor intensidad,
regresamos a la cadencia eterea del inicio, con unos hipnoticos punteos de
guitarra acompañados de tecturas de piano electrico y sinteitzador, y unos
timpanos que añaden un bizarro pero nada pomposo tono epico: esta manera tan
elegante de manejar el talante sentimental de la cancion resulta una
verdadera muestra de ingenio. La ultima pieza, que es tambien la mas
extensa, rescata el nivel incendiario de energia que habia sido introducido
en el tema de entrada, aunque con un mayor enfasis en el jazz. Justo cuando
desparecen los ultimos ecos de los timpanos de Hiseman en el tema anterior,
este da rienda suelta a un solo de bateria no muy extenso, el cual da inicio
a ‘Winds’. Parece que la banda esta mas entusiasmada que nunca, en especial
Hiseman, quien no se cansa de adornar su labor con inmensos redobles, y
Moore – este ultimo parece convertido en un punto de confluencia entre
McLaughlin y Beck. Airey, por su parte, sostiene las armonias de piano
electrico y organo con la misma soltura con que emite sus solos de
sintetizador. La labor de la dupla ritmica en bloque es incansable: las
mejores parte de bajo a cargo de Murray estan aqui.
En suma, este es un disco bastante intenso, pletorico de energia, y con la
suficiente complejidad como para resultar por lo menos interesante para el
fan progresivo promedio. Yo, en lo personal, lo encuentro mas que
simplemente interesante: “Strange New Flesh” es muy bueno, y el entusiasmo
vertido en su realizacion es contagiante.
Cesar Mendoza
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