Temas
- Jonny Had Another Face
(Parallel Lines)
- Junk and Donuts
(An Afterthought)
- To Dance the Enamel-Faced Queen
(Beyond the Boundaries)
- Somewhere but Yesterday
i. Owls ii. Obsessions iii. The Ballad of Creepy John iv. Echoes – The
Labyrinth
Penumbra v. All the Sin’s Men vi. Farewell
(A Word in Your Ear)
- Strange Barbarians
(The Mother’s Shroud)
Integrantes
- Cyrus: voz, coros y flauta
- Alistair MacGregor: guitarras y coros
- Stewart Bell: teclados
- Andy Gilmour: bajo y coros
- Nick Arkless: bateria
Con este, su segundo disco oficial, la banda escocesa Citizen Cain da un
repaso definitivo a sus raices genesianas y marillionescas con furia y
pasion, manteniendo la herencia fastuosa y epopeyica del sinfonismo mas
pretencioso, hasta el punto de hacer de ‘Somewhere but Yesterday’ una obra
maestra del genero neo-prog. La tematica lirica del disco gira
conceptualmente en torno a la corrupcion autodestructiva de la sociedad
humana y el inapelable ciclo de vida y muerte que inunda a todos los
aspectos del Universo; ciertamente, las letras de Cyrus alcanzan unos picos
miltonianos impresionantes e inescrutables, lo cual acentua el aire
mefistofelico y apocaliptico que constantemente se desborda a traves de la
secuencia de los temas tan extensos del disco (el segundo tema, que es el
mas corto, dura poco mas de nueve minutos). La complejidad conceptual del
disco se manifiesta en la inclusion de algunos pasajes de los tres primeros
temas en ciertos momentos de la suite homonima, sino tambien en el hecho de
que cada tema tiene un ‘epilogo’ con titulo propio.
Ya para este momento la banda habia pasado por una renovacion crucial en sus
filas. La nueva seccion ritmica funciona de una manera muy precisa y bien
afiatada, manejando con pulso perfecto los constantes cambios de ritmo y
ambiente. Pero es el guitarrista MacGregor el nuevo recluta que se luce mas
notoriamente: su manejo diestro de las guitarras electricas y acusticas crea
la magia necesaria que se necesita para complementar el trabajo fundamental
de los teclados de Bell.
Una cadencia de acordes martilleantes de inicio al primer tema, que ofrece
en algunos momentos algunos guiños inconfundibles a “Watcher of the Skies” y
“Can- Utility”. Por su parte, “Junk and Donuts” resulta un poco mas denso,
con un tono mas solemne y un motivo introductorio de guitarra acustica,
realmente hermoso. “To Dance the Enamel-Faced Queen” contiene los pasajes
mas entusiastas y freneticos del disco, a veces rayanos con el tono hard que
Marillion metio en su ‘Fugazi’. Pero ante todo, lo mas fastuoso (dentro de
lo fastuoso que de por si es el conjunto) queda reservado para los dos
ultimos temas. La suite homonima es un vendaval genesiano lleno de giros
dramaticos y quiebres melodicos que se suceden sin parar. El tema cumbre es
el que oportunamente cierra el disco: “Strange Barbarians” encarna en si
todas las virtudes que se explayaron a lo largo de los temas anteriores. Lo
que lo hace tan especial dentro del conjunto es el climax final, heredero
directo de “Supper’s Ready”, con esa hecatombe nuclear que explota en el
silencio, cerrando con la reiteracion del primer acorde de “Jonny Had
Another Face”. El circulo musical de ‘Somewhere but Yesterday’ se cierra
asi, dejando constancia de la capacidad de Citizen Cain de sorprender al
oyente recreando la vieja magia del progresivo y darle una orientacion
moderna de sabor propio. Esta es una obra cumbre del neo-prog, tal como dije
en un inicio, por su derroche de ingenio en las composiciones, los arreglos
y las conexiones bien armadas entre las partituras y la tematica narrativa.
En la distancia del tiempo, el valor musical de este impresionante disco
puede interpretarse como el cierre brillante de una etapa de germinacion del
estilo propio de Citizen Cain, previa a la madurez manifiesta en sus dos
siguientes trabajos.
Cesar Mendoza
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