Temas
- Réincarnation
- Jeux du Siècle
- Voyage du Non-Retour
- Publiphobie
Integrantes
- Gilbert Abbenanti: guitarras
- Christian Trucchi: teclados, canto
- Claude-Marius David: flauta, saxo soprano, percusión
- Alain Berge: bajo
- Alain Faraut: batería, percusión
Habiendo conocido a Carpe Diem a través de su segundo (y a la postre,
último) disco “Cueille le Jour”, ha sido para mí una gratísima sorpresa y
una reveladora perspectiva el continuar mi investigación progresiva con este
excelente disco debut “En Regardant Passer le Temps”. En efecto, reconocí en
este repertorio ese lirismo raro y casi espacial que inunda la casi
totalidad de las ideas melódicas y que también marca las interacciones
inteligentemente organizadas entre los músicos. Lo que me llamó la atención
fue el despliegue de energía vertido por el ensamble, el cual resulta varias
veces rayano con lo áspero, creando un aura psicodélicamente oscura que nos
puede hacer recordar perfectamente a los momentos más sombríos de los
primeros discos de Pulsar y el primero de Asia Minor, y yendo más atrás,
incluso a los momentos más densos de los clásicos “Lizard” y “Islands” de
King Crimson. Es sin duda el aporte de David, mayormente en el saxo, el
elemento más saltante a través de las trayectorias dialógicas que el trío de
guitarra-teclado-viento traza en el desarrollo de los motivos; claro, para
nada quiero desestimar el buen gusto y sensibilidad de Abbenanti en sus
solos, ni tampoco la capacidad de Trucchi para ejecutar mil y un fraseos y
orquestaciones (en buena parte, bajo la influencia del insigne Pete Bardens)
que mantienen un núcleo claro y oportuno dentro de las expansiones
melódicas. Mientras tanto, la sólida base rítmica Berge y Faraut, amalgamada
a partir de la mezcla entre lo rockero y lo jazzero, ayuda a mantener una
fuerza consistente a través de la mágica exuberancia de las expansiones
melódicas en proceso.
La pieza más corta, ‘Réincarnation’, que no llega a los 4 minutos de
duración, es la que abre el disco. La onda de esta pieza es notoriamente
espacial, dando la impresión de que aquí vamos a encontrar algo más afín a
Gong o al Soft Machine c/ Wyatt que a Genesis o Yes. Este jam se siente en
verdad muy corto cuando llega el fade-out, pero bueno, las cosas se ponen
eventualmente más coloridas y envolventes con las tres piezas siguientes,
las mismas que encajan perfectamente dentro de la descripción general
vertida en el párrafo anterior. ‘Jeux du Siècle’ es una suite de casi 13
minutos de duración, que comienza con un acento patentemente lírico: esa
flauta pastoral que se explaya con delicadeza sobre los evocadores arpegios
de teclado crean un preludio muy efectivo a la hora de plasmar un ambiente
onírico. Para cuando llegamos al segundo minuto, las cosas están instaladas
sobre una base más pomposa y potente: lo pomposo está bastante medido, eso
sí, y no es usado como un recurso para esconder o reemplazar lo melódico,
sino para darle una dimensión más estilizada. A partir del sexto minuto
encontramos algunos elementos cósmicos, que yo encuentro un tanto cercanos a
los momentos más etéreos de Genesis y el Pink Floyd post-“Meddle”. El
clímax final, desarrollado a través de los dos últimos minutos, perpetúa
este lado cósmico con notable esplendor. Tan impresionante como me pareció
esta primera mitad, admito que en lo personal me parece que lo más brillante
de “En Regardant...” está en la segunda mitad. “Voyage du Non-Retour” se
establece bajo un parámetro similar al de tema precedente, pero en su
conjunto me parece más logrado en lo que se refiere a la integración interna
de los motivos y variaciones que se van sucediendo. ‘Publiphobe’ concluye el
disco poniéndole una guinda progresiva de alto calibre. Casi pegado a la
breve sección cantada de cierre del tema anterior, ‘Publiphobe’ emerge como
una tormenta distinguida y exquisita de sonoridades progresivas, realizada a
punta de una potencia compartida equilibradamente por los cinco músicos.
Incluso la dupla rítmica opera como un elemento de creatividad influyente
dentro de la riqueza melódica del tema. Ya sea al unísono, o
complementándose mutuamente a través de líneas diversas centradas en notas
comunes, la cosa es que el quinteto opera con una compacidad increíble. No
se nota un espacio vacío, por mínimo que sea, en ninguna de las secciones ni
tampoco en el tránsito de una a otra. El aura melancólica de las partes
cantadas recibe parte de su fuerza expresiva de la frenética obertura
instrumental que le precede, al modo de una huella marcada a fuego lento. El
interludio es otro momento clave de esta pieza: trabaja con una tensión
evidente, pero sin dejar que ésta explote a pesar del despliegue de polenta
emanado por la guitarra y el saxo: la tensión se mantiene contenida dentro
de un equilibrio misteriosamente trazado por las pinceladas sonoras que se
van sucediendo. El coqueto motif de apertura reemerge para cerrar el tema y
el disco redondamente.
En fin, resumiendo puedo decir que “En Regardant Passer le Temps” es un
delicioso y ejemplar compendio de pugnas dialécticas entre la delicadeza de
la imaginación musical y la contundencia de su enérgica concreción
respectiva – el nombre de Carpe Diem tiene bien merecido un sitial de honor
dentro del parnaso progresivo francés de los 70s. !Una joya absoluta para
coleccionistas exigentes!
César Mendoza
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