Temas
CD1 “MetalMúsica”
- Fundición
- Armatoste
- Nocturno Incandescente
- Kieri
- Espejismo
- Milagro
- Mutación
- Indomable
- Destiempo
- Enjambre
- La Piedra Feliz
CD2 “Aleaciones Aleatorias”
- Correr y Caer
- Cazador de Ballenas
- El Rito Guerrero
- Tornado
- Del Nois al Nais
- Telarañas
- Banda Sonora Para un Cuento
- Moviendo el Vote
- Para Mercedes
Integrantes
- Ramsés Luna: flauta, clarinete, saxo, zurna turca, wind midi, voz
- Francisco Sotelo: armatoste, batería acústica, tricordio, metales de lluvia,
tambor kitai, arpa de 8 y 12 cuerdas, pads electrónicos
- Mauricio Sotelo: jarana prisma, guitarra de 12 cuerdas, stick, tricordio,
charrófono, arpa de 12 cuerdas
- Edgar Arrellín: diseño de audio
“MetalMúsica” es el tercer trabajo discográfico del innovador grupo mexicano
Cabezas de Cera. No se trata tanto de un disco doble concebido como una unidad,
sino de dos discos concebidos de manera distinta que pasaron a ser editados en
un solo ítem. De hecho, el volumen 1 se titula “MetalMúsica” y el volumen 2,
“Aleaciones Aleatorias”. El primero de estos volúmenes consiste en una serie de
piezas generadas y arregladas a partir de una instrumentación muy peculiar,
donde predominan instrumentos inventados por los músicos mismos. El segundo
volumen consiste en una serie de piezas creadas por el grupo (o uno de los
músicos) a lo largo de cierto lapso de tiempo, siendo así algunas de ellas
estaban destinadas a formar parte de eventos culturales, etc. MetalMúsica es, a
la sazón, el nombre de un proyecto académico de invención de instrumentos
dirigido por el baterista-percusionista Francisco Sotelo. Más información sobre
el doble esquema manejado por Cabezas de Cera para este proyecto se encuentra
en su página web (enlace:
asdecera.com.mx/index.php/option/content/pcontent/1/task/view/id/26/Itemid/52).
Otro dato interesante es que a partir de este disco se hace “oficial” la
conformación de CDC como cuarteto, pues el sonidista de la banda pasa a quedar
en los créditos como un miembro efectivo del grupo.
El volumen de “MetalMúsica” comienza con ‘Fundición’, un alucinado vuelo
musical que bien parece influido por Trey Gunn o Upper Extremities, es decir,
se trata de una ingeniosa fundición de vanguardia y rock-fusión suavemente
sazonada con elementos electrónicos. ‘Armatoste’ pasa a un registro más
onírico, pero no yendo a lo ensoñador sino a lo misterioso, con esos diálogos
armados entre el stick y el armatoste (mezcla de cuerda y percusión), mientras
que el wind midi elabora una fluida retahíla de efectos de sonido. Para la
segunda mitad, el grupo pasa a una sección más tirada a lo jazzero, más
específicamente, al free jazz. ‘Nocturno Incandescente’ es un breve pasaje
étnico inspirado en ambientes arabescos, bastante conveniente para
contrarrestar la elegante tensión enarbolada por las dos piezas precedentes.
‘Kieri’ y ‘Milagro’ son piezas muy delicadas, armadas con material sonoro
onírico, mientras que ‘Espejismo’ supone un sereno retorno a las aguas de la
fusión de inspiración arábiga. ‘Mutación’ es un jam rockero articulado con una
engañosa simplicidad, mientras que ‘Indomable’ refleja un espíritu
contemplativo (a pesar del título) – ‘Indomable’ cuenta con un interesante
manejo de sonidos cibernéticos a través del wind midi, mientras que la batería
y el charrófono arman una base sólida para el desarrollo temático. ‘Destiempo’
plantea una combinación de lo onírico con lo étnico, portando una energía tan
patente como controlada. Esto asienta una catapulta para el siguiente tema,
‘Enjambre’, pletórico de matices y polenta hasta igualar a ‘Fundición’ en
ciertos pasajes. ‘La Piedra Feliz’ cierra el disco al modo de una reflexión
crepuscular, con el arpa de 12 cuerdas (tocado por el baterista) asumiendo el
protagonismo.
Pasemos ahora a “Aleaciones Aleatorias”. ‘Correr y Caer’ empieza con una
inaudita mezcla de psicodelia free-form y ska, antes de pasar al segundo
motivo, desarrollado sobre cadencias etéreas fluidamente sostenidas por los
vuelos del saxo, y con ciertos sabores étnicos provistos por las percusiones de
turno. ‘Cazador de Ballenas’ ahonda en lo etéreo con una actitud más
ensoñadora, siendo así que los instrumentistas ponen su empeño por recrear
ingeniosamente las atmósferas oceánicas aludidas en el título. La
compenetración entre los músicos es tan sólida que la irrupción de pasajes
patentemente enérgicos resulta mágicamente fluida. Definitivamente, éste es un
pico del volumen 2. ‘El Guerrero’ sigue fiel a la senda de experimentaciones
étnicas arábigas con matices de jazz-fusión, algo muy presente en “Cabezas de
Cera” y “Un Segundo…”. ‘Tornado’ tiene un lirismo muy especial, lo cual hace
sonar engañosas las imágenes catastróficas del título: parece casi RIO, pero
tiene también mucho de las cadencias hipnóticas del jazz-fusión en su faceta
evocativa, hasta llegar a la sección final donde emerge la influencia del KC
ochentero. ‘Del Nois al Nais’ es todo un desafío a las nociones comunes de
estructura musical: hay mucha influencia de la música concreta y la cámara
electrónica en su prólogo, y luego, en el cuerpo central, entrar a tallar
ambientes flotantes retocados a partir del estándar del space-rock, mientras
que la sección rítmica asume cadencias de inspiración jazz-rock. Esta pieza no
solo conforma otro tope del volumen 2, sino que supone también un manifiesto de
nuevas e insólitas direcciones musicales hacia las cuales se proyecta CDC para
hacer evolucionar su inquietud vanguardista. Este tema no es precisamente
violento, pero sí resulta inapelablemente perturbador. Los temas 6–8
constituyen sendas piezas solistas a la guitarra (Mauricio Sotelo), vientos
electrónicos (Ramsés Luna) y percusiones varias (Francisco Sotelo). La libre
expresión improvisacional o el manejo de timbres rítmicos, dependiendo del
caso, regula el desarrollo de estas pequeñas aventuras individuales, las cuales
sirven de antesala a la pieza de cierre ‘Para Mercedes’. Este tema ocupa los
últimos 13 ¾ minutos del disco. Las influencias del crimsonismo ochentero no se
ocultan, pero en ningún momento CDC recurre al truco de la clonación. De hecho,
el empleo de ambientes cósmicos y vibraciones étnicas ayudan bastante al
ensamble a mantener con peculiar frenesí el criterio de originalidad. El clímax
casi tribal de ‘Para Mercedes’ hace que el disco concluya con un tenor
excitante. Cabezas de Cera es un referente necesario para entender el mundo
actual del rock vanguardista, y por supuesto, es un ítem puntero dentro del
rock progresivo-o-experimental del continente latinoamericano.
César Mendoza
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