Temas
- Jade
- Le Petit Prince
- Mistral
- Belle de Jour
- Vent du Midi
- Evros
- Firefly
- Labyrinth [bonus track]
Integrantes
- Mitsutaka Kaki: teclados
- Taiqui Tomiie: bateria, percusion
- Toshihiro Tanaka: guitarras
- Masahari Torigaki: bajo
Bellaphon encarna una de las propuestas mas inspiradas y atractivas del prog
sinfonico japones. ‘Firefly’ constituyo su unico aporte oficial al mercado
discografico, precedido por un disco single en formato flexi grabado de
manera informal, y sucedido por un compilado de demos editado solo en CD. El
estilo sinfonico de Bellaphon desciende directamente de la familia de Camel,
combinando la frescura melodica de la era 78-81 (desde ‘Breathless’ hasta
‘Nude’) con la briosa sofisticacion de la era 76-77 (‘Moon Madness’ y ‘Rain
Dances’). Siendo asi que Bellaphon tuvo un contacto muy estrecho con Ain
Soph (compartian el mismo bajista, y ocasionalmente Kaki trabajo con Ain
Soph com osegundo tecladista), no es de extrañar que en ‘Firefly’
encontremos algunos toques canterburyanos, pero estos resultan notoriamente
mas tenues que en el caso de sus colegas: la ideologia progresiva de
Bellaphon es esencialemente sinfonica, lo cual significa que los arreglos de
los temas dan un peso prioritario al academicismo y a la primacia clara de
la melodia. El leit-motiv emocional claramente predominante es el de un
optimismo estimulante y radiante, pero debe quedar claro que las lineas
melodicas creadas para el repertorio nunca caen en el facilismo edulcorado,
sino que vienen impulsadas por un noble sentido de la elegancia.
Los temas mas extensos son los que muestran con mas intensidad este fulgor
melodico de la banda, pues son los que incluyen una mayor cantidad de
arreglos ingeniosos, variedad melodica y armonica, cambios de ritmo y
ambiente: “Vent du Midi”, “Evros” y “Firefly” (que duran respectivamente
casi diez minutos, poco mas de nueve, y casi trece) son sendas muestras de
ingenio compositivo de la banda, asi como de su pulcro talento
interpretativo como un ensamble perfectamente integrado. El caso del tema
homonimo me resulta especialmente llamativo, pues muestra el espectro mas
diverso de ideas compositivas, y la seccion lenta que se prolonga desde el
quinto minuto y medio (y que me recuerda bastante a la suite homonima del
primer disco de Ain Soph) es manejada con la exquisitez que amerita el caso,
especialmente en el manejo sutil de los cambios de acorde... pero su final
en fade-out aborta cualquier posibilidad de conclusion epica que hubiera
redondeado mejor la faena. En mi humilde opinion, una labor de produccion
mas atenta hubiera trabajado este detalle con mayor ahinco, o tal vez
hubiera colocado el tema en cuestion en otra ubicacion.
Afortunadamente, la edicion de CD incluye un bonus como “Labyrinth”,
energico, variado, con gancho, permitiendo al oyente escuchar el repertorio
de Bellaphon con una impresion final mas meritoria. El hecho de que este
bonus proceda de un flexi-disc que la banda grabo un año antes de este disco
oficial sabotea la paridad con el sonido de los temas oficiales, pero
afortunadamente, el gancho de sus lineas melodicas no es afectado por este
factor.
En cuanto a los numeros mas breves, estos tambien tienen un atractivo
innegable: “Jade” es una efectiva via de entrada en el mundo musical de
Bellaphon, creando una grata impresion que quedara posteriormente reforzada
por la belleza y entusiasmo de “Mistral” (que guarda ciertas semejanzas con
“Sasquatch” de Camel), mientras que “Le Petit Prince” y “Belle de Jour” son
sendos interludios minusculos y reposados, que hacen un interesante
contraste con el fulgor exhibido en los temas que los preceden y suceden.
En suma, ‘Firefly’ es un disco que destila belleza, elegancia y buen oficio
dentro del contexto del prog sinfonico: justo cuando el genero se estaba
viniendo abajo durante los 80s en el continente que le dio vida, en algunos
circuitos musicales de la periferia todavia habia bandas como Bellaphon que
tomaban la posta del sinfonismo para intentar darle nueva vida renovada, con
un sonido moderno y a la vez manteniendo la esencia original.
Cesar Mendoza
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