Temas
- Prólogo
- Canto Celta
- El Vuelo del Pelícano
- Cuevas Submarinas
- Islas
- Els Darrers Caçadors
- Nàufrags
- Danza y Lamento
- Bolero
- Homenaje a J.R.R. Tolkien
- El Viejo Lugar Prohibido [Niebla Sobre los Prados – Máscaras – El Bosque
Mítico – Melodías Secretas – Tótems – Invierno – Lavondyss]
Integrantes
- Robert Santamaría: piano, sintetizadores, guitarra de 12 cuerdas,
glockenspiel, percusión
- Lidia Cerón: voz
- Manel Sesé: percusión
- Asy Guerrero: guitarra española
Colaboradores – Alfredo Arcusa (batería), Kerstin Kokocinski (oboe), Juan
Morera (violín)
He aquí el segundo disco de Amarok, durante la etapa con Lidia Cerón. Aunque
aún le faltaba a este ensamble dirigido por la versátil visión musical de
Robert Santamaría llegar a los picos de exuberancia y complejidad que se hacen
patentes desde “Mujer Luna” en adelante, de todos modos se nota en este
repertorio un impresionante derroche de magia musical. Los primeros siete temas
conforman la serie denominada igual que el disco, “Canciones de los Mundos
Perdidos”; los restantes conforman la serie “Danzas de los Mundos Perdidos”.
El disco comienza con una pieza tan cándida y plácida como ‘Prólogo’, colocando
así una impresión de buenas vibraciones en el corazón del oyente: la
confluencia de ambientes bucólicos y bases percusivas exóticas es manejada con
relevante delicadeza. ‘Canto Celta’ refleja muy bien el tenor aludido en el
título, aunque tengamos en cuenta que esta pieza se concentra en la dimensión
más reflexiva del folklore celta: con ello se ahonda en la esencia bucólica
iniciada por el primer tema, enriquecida oportunamente con matices mozárabes
efectivos y llamativos. ‘El Vuelo del Pelícano’ es un ágil instrumental que nos
puede evocar al Mike Oldfield de la era “QE2”, mientras que ‘Cuevas Submarinas’
nos acerca más a las sonoridades new-age etéreas al estilo del Vangelis de
“Anctartica”. ‘Islas’ es un viaje ambiental sereno, protagonizado por un
bellísimo solo de oboe; ‘Nàufrags’ ofrece algo muy similar, pero esta vez con
el añadido canto de Lidia – en medio de ambos temas se sitúa ‘Els Darrers
Caçadors’, que nos devuelve a las sonoridades de fuerte raigambre folklórica.
‘Danza y Lamento’ da inicio a la segunda serie del disco, exhibiendo una
excelente combinación de prog-folk y sinfonismo, siendo importante para este
segundo factor el manejo estilizado de las escalas de piano. ‘Bolero’ exhibe un
colorido hipnótico que lamento no se desarrolle en un espacio mayor, pues
realmente crea una atmósfera estupenda. Los dos últimos temas se centran en la
ilación de varios motivos a través de ambientaciones contemplativas armadas con
sabia estilización. Los tonos clásicos marcados por el piano y las atmósferas
oníricas creadas al unísono por los teclados, canto, violín y madera se mezclan
muy bien en ‘Homenaje a J.R.R. Tolkien’, mientras que ‘El Viejo Lugar
Prohibido’ refuerza la investigación en sonoridades arábigas. De este modo
concluye un disco lleno de belleza y exquisitez – Amarok forja su identidad
musical de manera sólida frente a nuestros lúcidos oídos.
César Mendoza
|