Temas
- Malambo Ahijuna Conejo
- Pescando Bagres
- Aire y Fuego
- Candombe del Parque Chacabuco
[I- Chicos Jugando II- Tapadoras III- Dos Pájaros, Destrucción del Nido
IV- Desolación V- Renacer VI- Chicos Jugando]
- Canto Mágico
- La Respondida
- Vuelo Indio
- Cueca para la Abuela Carola
- Tema para Tarkas
Alejandro Santos: flautas, quena, sikus, tarkas, ocarina, bombos, piano,
voz, silbido
Colaboradores – Gustavo Aisberg (guitarras), Daniel Tarrab (bajo,
contrabajo), Eduardo Cabagnati (batería), Dino Saluzzi (bandoneón), Darío
Oskenazi (piano), Alejandra Dawidowicz (voz)
Siendo como es hoy en día uno de los músicos argentinos más respetados
dentro de la escena fusión de la Argentina, Alejandro Santos tiene una
trayectoria rica e impresionante que va desde M.I.A. en los 70s hasta Al di
Meola en los 90s: “Candombe del Parque Chacabuco” es su primer disco
solista, y se trata sin duda de una joya musical irresistible, llena de
magia, energía y espíritu aventurero, un disco donde los efluvios del
antiguo folklore latinoamericano se conjugan muy bien con los aires modernos
del jazz-fusión en un paisaje sonoro fluido y pulcro. Su fuerte era al
comienzo la flauta, aunque en este álbum también se manda con vientos
andinos y el piano – hoy en día su arsenal instrumental incluye al saxo. En
una época donde las casa discográficas y las radios difusoras prestaban
atención exclusiva al equivalente de la “new wave” en nuestro idioma, no es
de extrañar que un disco como éste pasara ignorado, pero ahora está siendo
reivindicado por los amantes del jazz y los melómanos en general como un
ítem de gran categoría artística.
El disco comienza con alegres vibraciones: ‘Malambo Ahijuna Conejo’ destila
un espíritu pletóricamente celebratorio por todos los poros de los sonidos
emanados por los instrumentos. Con ‘Pescando Bagres’ continuamos con la
candidez pero pasamos ahora a un tenor más sutilmente inclinado hacia lo
melancólico, muy adecuado para retratar el contacto entre el hombre y el mar
tal como se alude en el título. El ambiente portuense se transmite muy bien
a través de la melodía y las cadencias, y por supuesto, el bandoneón que
entra a ratos en una libre complicidad con el piano y la flauta, completa la
idea de manera redonda. ‘Aire y Fuego’ está armada por efluvios de flauta y
piano que elaboran un clima de constante introspección, como si se tratara
de una serenata que el alma se dedica a sí misma mientras se concentra en el
ensimismamiento. El tema que da título al disco es la obra más llamativa:
consistiendo en seis secciones con título propio, completa un espacio de
ocho minutos y medio. Dado el jolgorio inherente a este ritmo de raigambre
africana, no es de extrañar que la pieza comience de frente con aires
extrovertidos en su primera sección; las secciones que vienen a continuación
oscilan entre retazos aleatorios portadores de una tensión contenida y
pasajes más serenos, antes de llegar al reprise de la sección inicial.
‘Canto Mágico’ es un solo de flauta recargado con retroalimentaciones de
ecos: por su uso de efectos vocales como parte de los soplidos nos puede
recordar al maestro Ian Anderson, aunque solo sea de forma parcial. ‘La
Respondida’ nos devuelve al candor fusionesco de matices criollos, mientras
que ‘Vuelo Indio’ nos remite a los colores propios del folklore indígena,
siempre pasando por el fuerte filtro jazzero. Cabe resaltar el efectivo uso
que Santos hace de los vientos andinos es ‘Vuelo Indio’, dándoles un
protagonismo especial para la ocasión. ‘Cueca para la Abuela Carola’ nos
trae algo semejante a ‘La Respondida’, aunque con una dosis extra de
dulzura. En fin, ‘Tema para Tarkas’ es justamente una pieza donde se
resaltan las tarkas – su carácter exaltadamente juguetón nos remite a una
mezcla de sabores andinos con cadencias de corte afro-tropical, llevando así
al álbum a un cierre festivo.
Este disco es simple y llanamente estupendo – por lo que se puede traslucir
a partir de la mera escucha de este disco, Alejandro Santos es un ejecutor
refinado y preciso, y también un creador lo bastante inteligente como para
organizar de manera coherente diversas fuentes musicales dentro de una
propuesta robusta en su unidad. “Candombe del Parque Chacabuco” es un
catálogo de pura belleza sonora extraída desde una perspectiva nueva sobre
la música latinoamericana.
César Mendoza
(Gracias a Humberto Luna Tirado por este hermoso obsequio musical)
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