Temas
Anormal
- Falso primogénito (7:00)
- El más allá (5:31)
- Agujero de sueños (7:24)
- Verde por dentro (5:43)
- Veneno ilustrado (5:19)
- El infierno de los buenos [La visión / El guardián / El recelo / El acoso /
Freak] (18:52)
Normal
- La pasión según el caníbal (5:43)
- La pasión según el caníbal II (4:55)
- Invernadero de preguntas (2:07)
- El resto (5:44)
- Sombras sin filo (2:35)
- Alejandro Matos: guitarras, bajo, teclados, programaciones, voz
Colaboradores - Verónica Marjbein (violín), Ernesto Algranati, Ulises Matos,
Javier García Atencio
Alejandro Matos es un músico multi-instrumentista argentino que a su manera y
gozando de sus propios medios ha venido desarrollando una más que interesante
carrera solista en el área del rock experimental desde inicios del milenio.
"Freak", disco de 2009, es el último trabajo que ha grabado hasta la fecha, y
es un consenso general que refleja una instancia madura y sólida de su propia
visión musical, la misma que se nutre de influencias de y/o confluencias con
Pink Floyd, Genesis, Porcupine Tree y la faceta menos tortuosa del King Crimson
clásico. Tanto por la recurrencia de atmósferas contemplativas y ritmos no muy
intrépidos como por las letras, se hace patente la naturaleza existencialista
de este disco, cuyo repertorio se divide en tres grandes bloques: 'Anormal',
'Normal', y entre estas, la suite 'El infierno de los buenos'. Aunque los
ritmos secuenciados no tienen la complejidad que, por ejemplo, desarrollaron
Magellan en sus dos primeros discos o Amygdala en su disco debut, los bloques
instrumentales de las piezas contenidas en este álbum transcurren se
desarrollan con dosis convincentes de vigor.
'Falso primogénito' inicia el disco y la sección 'Anormal' con un lirismo
grisáceo eficazmente enmarcado en un clima de rock psicodélico semi-lento cuya
arquitectura reclama un justo manejo de los riffs y las bases de teclado. 'El
más allá' perpetúa el ambiente anterior y le añade ciertos matices tétricos, un
marco apropiado para introducirnos en la aureola flotante de 'Agujero de
sueños', pieza en la que Matos aumenta la densidad sin hacerla aparatosa ni
agresiva. Las minimalistas capas de teclado con las que concluye esta pieza
elaboran una conveniente expectativa ante la reiniciación de ambientes
sobriamente tétricos que tiene lugar en la etérea 'Verde por dentro', una
canción que refleja elegante y convincentemente una inquietud parcialmente
contenida y un miedo a los misterios de la propia mente. Los aportes del violín
ayudan bastante a completar la idea temática de la canción. El concepto de
'Anormal' se termina con 'Veneno ilustrado', un estupendo ejercicio de
psicodelia progresiva que recoge buena dosis de la ansiedad vertida en las
piezas anteriores con un poco más de músculo y un aire cósmico más atenuado. A
continuación sigue el extenso 'El infierno de los buenos', que dura casi 19
minutos. El aire existencialista se instala de manera firme y consistente a
través de la ilación sucesiva de sus cinco secciones. Varias intervenciones de
teclado portan una inocultable vibración sinfónica, aportando así una
prestancia moderadamente dramática a la vitamínica fortaleza ya emitida desde
los riffs y solos de guitarra: desde el punto de vista del más estricto
estándar del progresivo sinfónico, se puede extrañar la presencia de
variaciones de ambiente y ritmo más pronunciadas, pero por lo demás, la
estructura compositiva de esta suite es refinada y bien acabada. Las cinco
canciones del concepto de 'Normal' concluyen el disco. La secuencia de los
temas de 'La pasión según el caníbal' tiene una soltura que viene muy bien
después de la incesante tensión emocional retratada en la suite precedente, y
además, porta uno de los desarrollos melódicos más sofisticados de todo el
álbum. 'Invernadero de preguntas' es una secuencia de voces y efectos cuya
carga cinematográfica sirve de descanso musical, un pasaje abstracto que
prepara el arribo del blues progresivo 'El resto', un tema que bien se puede
calificar como relajado aunque no se sumerge en un ambiente precisamente
"dulce". Dicha dulzura sí se hace presente en la conclusión acústica provista
por 'Sombras sin filo', tema que porta un espíritu cálido y amable, aunque el
canto peculiar de Matos hace que la tensión emocional se siga haciendo presente
de alguna manera.
En conclusión, tenemos aquí un testimonio del entusiasmo y talento de un músico
al cual habría que prestar más atención dentro del círculo de amantes y
coleccionistas del rock progresivo. Alejandro Matos nos ofrece a través de
"Freak" una visión peculiar sobre cómo explotar el lenguaje del rock desde
aspiraciones netamente artísticas.
César Mendoza
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