Temas
- Estudio 3 (1:36)
- Para Silvia (3:01)
- El Vuelo De Los Patos Salvajes (2:23)
- La Olla, En La Cumbrecita (4:06)
- Pasaje Seis (2:19)
- Etel, Mi Mamá (2:12)
- Rocío Sobre Las Hojas (2:08)
- Canción De Francesca (2:12)
- Llegó El Viento (3:59)
- Mientras El Mar Moja La Arena (3:46)
- Danza IV: Española (2:23)
- Niebla (2:50)
- Unos Días En El Bosque (3:56)
- Enmendando Para Resarcir (3:56)15. Melania (3:55)
- Sendero Secreto (3:00)
- Bahía De Ushuaia (12:59)
Aldo Pinelli: guitarras clásica, acústica y eléctrica, bajos, teclados,
percusión, voz
Colaboradores - Paula Dolcera (flautas traversa y dulce, cello), Silvia
Pratolongo (percusión en 12 y 15)
Un año después de que el grupo Hábitat editara el que hasta ahora es su mejor
trabajo fonográfico, "Tratando De Respirar En La Furia" (de hecho, uno de los
mejores discos de prog sinfónico que ha producido la escena argentina en los
últimos años), su líder Aldo Pinelli se embarca en su tercer trabajo solista
titulado "La Era De Melania: Mujeres, Lugares Y Momentos", o "La Era De
Melania" para nombrarlo de forma más resumida. Aldo Pinelli sigue explorando
sus perspectivas musicales individuales, focalizadas en sonoridades coloridas
de base acústica, a veces introspectivas, a veces animadas, a veces en alguna
posición intermedia, pero siempre bien articuladas a través de desarrollos
melódicos claramente delineados y elegantemente dibujados. Las influencias de
Anthony Phillips, el lado folk de Mike Oldfield y la faceta acústica de Steve
Hackett son obvias, así como los intereses por los legados del Renacimiento, el
Barroco, la trova estilizada y el folklore celta: toda esta amalgama de
recursos evidencia que Pinelli es capaz de dejarse llevar por sus intereses
progresivos incluso en empresas musicales como ésta.
El disco comienza con 'Estudio 3', un hermoso ejercicio de música de cámara que
sirve de preparación del terreno para la sólida solemnidad de 'Para Silvia', un
portento de confluencia entre brillante romanticismo y grisáceo misterio. Tras
la sencilla placidez de 'El Vuelo De Los Patos Salvajes' y la cristalina
elegancia de 'La Olla, En La Cumbrecita', llega la brumosa aura de 'Pasaje
Seis', una oportunidad de explorar terrenos un poco más áridos de la
espiritualidad humana a punta de un delicado manejo de disonancias y síncopas,
un poco al modo de una bossa nova empapada de aires concretos. 'Etel, Mi Mamá'
y 'Rocío Sobre Las Hojas' se sumergen en calmas aguas pastorales cuales líricos
riachuelos dibujados en un paisaje renacentista de primavera: el primero tiene
un tenor más solemne debido a la prominencia de los teclados, mientras que el
segundo se funda en el grácil diálogo entre la guitarra y la flauta. Por su
parte, 'Canción De Francesca' evoca un reposado momento de pura introspección
detenida en el aprecio de un sentimiento que, con todo lo conmovedor que parece
ser en base a las envolventes capas de teclado en el trasfondo, se manifiesta
con la sobriedad provista por la secuencia melódica desarrollada en la dupla de
guitarras acústicas. No es extraño sentir ciertas afinidades con el Anthony
Phillips inquieto por explorar las insospechadas afinidades de las cuerdas
acústicas que se esconden tras su superficial simplicidad. Con 'Llegó El
Viento' y 'Mientras El Mar Moja La Arena' pasamos a un terreno muy parecido a
ese matiz tan propio del sinfonismo italiano donde se conjugan el fluido
dinamismo del manierismo y la calma relajada de las sonoridades bucólicas
mediterráneas (Le Orme, PFM, Celeste), con ciertos toques del Oldfield
compenetrado con los aires acústicos de los paisajes celtas. Estos temas
encapsulan, junto con el largo tema de cierre, lo más propiamente cercano a la
tradición del rock progresivo que hay en el disco. 'Danza IV: Española' es una
danza palaciega típica del incansable interés de Pinelli por sonidos y aires
ancestrales.
'Niebla' instaura un aire muy nuevo al transcurso musical del disco: aquí
tenemos una pieza basada en teclados, muy movida por atmósferas etéreas que se
sitúan a medio camino entre la ceremoniosidad refinada del new age y el aspecto
más reposado del sinfonismo de orientación romántica. 'Unos Días En El Bosque'
parece encaminarse por una dirección similar por lo que se atisba en su breve
prólogo, pero pronto se devela un cuerpo central pastoral muy a lo
renacentista, haciéndose eco de una de las estrategias estilísticas más usuales
de Pinelli. 'Enmendando Para Resarcir', 'Melania' y 'Sendero Secreto' completan
una trilogía de cándidos viajes acústicos alevosamente marcados por la
inocencia: el primero se sumerge en solemnes aires célticos principalmente
definidos por la gaita sintetizada y la gaita, el segundo establece un recurso
de cálida introspección bajo una aureola infantil y el tercero perpetúa la
introspección en un tenor de relajada contemplación. 'Bahía De Ushuaia' ocupa
los últimos 13 minutos del disco, suponiendo una cúspide creativa dentro de
toda la carrera de Pinelli. Este tema, inspirado en la ciudad capital de la
Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, abre con
una envolvente capa de teclado que permanece en el trasfondo mientras que la
dupla de guitarra clásica y flauta evocan melodías contemplativas. Poco a poco,
especialmente con el ingreso del cello, el asunto se pone más ceremonioso, lo
cual ayuda a abrir la puerta a un hermoso motivo sinfónico poco después de
pasada la barrera del cuarto minuto y medio: dicho motivo suena casi a lo The
Enid, y a pesar de su brevedad, deja un impacto para el realce del siguiente
motivo, más largo, el cual desarrolla un ambiente grisáceo aunque no
inquietante, algo coincidente con el primer disco del dúo alemán FŸhrs &
Fröhling, así como con el Oldfield de "Hergest Ridge". Los últimos dos minutos
se focalizan en una retoma del motivo inicial, realzando su aureola envolvente
y tornándolo más parco y reposado, para finalmente desvanecerse bajo etéreos
sonidos de truenos y campanas de iglesia. De este modo concluye "La Era De
Melania", un disco hermoso que en muchos sentidos supone un punto culminante en
la visión musical que Aldo Pinelli perpetúa desde su posición solista.
César Mendoza
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