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LA LISTA DE CORREO HISPANO-PARLANTE SOBRE ROCK PROGRESIVO Y SINFÓNICO 
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 AGNUS: “Pinturas y Expresiones” (1980)

Temas

  1. Pinturas y Expresiones — 14:54
  2. Historia de un Rey — 5:14
  3. Siglo XXI — 10:49
  4. Nace el Día (Los Monjes de la Desesperación) — 11:50

Integrantes

  • Ricardo Tersse: bajo, voz
  • Ricardo Bonetto: batería, percusión, voz
  • Cecilia Glariá: flauta
  • Luis Sáez: guitarras, voz
  • Archi Basílica: guitarras, voz
  • Laura Fazzio: teclados, flauta dulce, voz
  • Alejandra Bernie: voz
  • Graciela Girotti: voz
  • Marcela Canalis: voz
  • Graciela Cassano: voz Colaborador – Enrique Schüssler (violín)

Agnus fue un amplio colectivo musical argentino gestado en 1974 por el guitarrista Luis Sáez tras la disolución del grupo Dapalu. Con el paso de los años, el grupo se fue consolidando tanto en el afianzamiento de un sonido propio como en la unión crecientemente conglomerada de su alineación. La convocatoria de dos guitarras, cuatro voces, flauta e incluso un violín invitado habla claramente de la necesidad del grupo por explorar sonoridades llamativas y exquisitas, aunque por lo pronto, cabe resaltar en primer lugar que la estructura sonora de Agnus no es saturada ni hiperbólica: el manejo de la abundante instrumentación se hace con pulcritud y delicadeza, tanto en los pasajes serenos como en los más roqueros, mientras que los teclados, nunca invasores, arman cortinas y armonías elegantes en beneficio de las atmósferas y no tanto para crear un boato aparatoso. Agnus se decanta por un progresivo sinfónico estilizado, con varios resabios pastorales y casi juglarescos – estos resabios aumentan su impacto en los juegos vocales femeninos (los predominantes). Como puntos de referencia descriptivos menciono al M.I.A. del “Mágicos Juegos del Tiempo”, bandas italianas como Apoteosi y Celeste, y también a Almendra e Invisible en cuanto a los pasajes donde las dos guitarras ocupan el rol central. Al igual que M.I.A., Agnus operaba como una organización independiente autogestionada y artesanal, y de este modo fue lanzado al mercado “Pinturas y Expresiones”, el cual habría de ser su único aporte al mercado discográfico – hoy por hoy, se trata de una pieza de colección progresiva que es muy positivamente valorada en el entorno de investigadores del género.

Las tres primeras piezas son de largo aliento, oscilando entre los 10 minutos y pico y los casi 16 minutos de duración. El tema homónimo, que en conciertos tenía una extensión mayor al de los 14’55” publicados aquí, comienza con un jam bien articulado sostenido sobre los rasgueos y fraseos de las dos guitarras: las emergencias posteriores de las líneas de flauta y las corales femeninas aportan cálidos momentos de variedad. Las influencias de las expansiones de Almendra e Invisible se sienten muy claras en este jam, así como en el que sigue a continuación al modo de una “segunda parte”, pero no tarda en llegar una sección pastoral en la que los coloridos cruciales son aportados por la flauta, la misma que revolotea coquetamente sobre las guitarras acústicas, y continúa revoloteando cuando las vibraciones rockeras vuelven. La última sección es la más diversa, alternando pasajes eléctricos y acústicos en una constante de ambientes etéreos. ‘Historia de un Rey’ es el tema más corto del disco, durando solamente 5 ¼ minutos. La fuerte presencia del violín y el carácter pedestremente alegre de las melodías imprimen un espíritu danzarín a la pieza, evocando aires de añejas danzas palaciegas en tiempos de héroes y princesas de comunidades celtas. ‘Siglo XXI’ porta el espíritu más ceremonioso del disco, y resulta también muy tema favorito del disco. El preludio cósmico, casi a lo ‘Echoes’ de PF, nos transporta por breves momentos hacia una dimensión misteriosa que no es muy común en la banda. Con la introducción de vivaces líneas de flauta se atenúa eficazmente lo cósmico, no tanto para contrarrestarlo como para darle forma dentro de la coherencia estilística de la banda. Las similitudes con las bandas italianas que mencioné en el párrafo anterior se cumplen aquí a cabalidad. A diferencia de ‘Pinturas y Expresiones’, ‘Siglo XXI’ no deja que un motivo se extienda por mucho rato, prefiriendo exhibir sus recovecos, los mismos que nunca llegan a ser dramáticos. Esta pieza encarna la máxima expresión de la típica alternancia hilada y fluida de diversas secciones que van desde el sinfonismo cadencioso y lo pastoral, un recurso que este grupo maneja con mucha prestancia y abraza como su esencia: la llegada del fastuoso clímax final viene de la mano de las dos guitarras unidas en una orquestación envolvente. ‘Nace el Día’ adopta una línea de trabajo similar a la de ‘Siglo XXI’, aunque esta vez los aires spinettianos tienen una mayor prominencia en el manejo de los pasajes eléctricos. La estructuración de la diversidad interna no está tan bien lograda como en los temas 1 y 3, lo cual hace que el surgimiento del solo de batería se sienta un tanto forzado. Con todo, la mayor virtud del tema en cuestión es que explora más a fondo las facetas agresiva y psicodélica de la propuesta musical de Agnus; eso sí, las cosas nunca llegan a un punto de real efervescencia, lo cual muestra que el grupo tenía bien claras sus ideas respecto a la integridad sonora del álbum como un todo.

He reseñado el disco según el orden original del repertorio, pues en la edición de CD éste aparece alterado, comenzando con ‘Siglo XXI’. En fin, como sea, este disco es un despliegue de refinada hermosura musical en un esquema progresivo. Agnus es un ítem realmente valioso en cualquier buena colección centrada en el género.

César Mendoza

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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