Luego del recital de IQ hace algunos meses y sin poder ocultar todavia mi
asombro, estoy de regreso para comentarles los avatares de un nuevo periplo
progresivo por los siempre atractivos caminos portenios de Buenos Aires.
Esta vez el destino fue el pequenio y agradable teatro IFT situado a pocos
pasos del principal centro capitalino, en donde actuaria la increible banda
Pendragon.
Gracias al apoyo incondicional de mi querida esposa, otro de mis suenios
mas entraniables se convertiria en realidad, ya que la ausencia por motivos
personales de amigos, familiares y los imponderables problemas laborales,
estuvieron a punto de hacerme cancelar el costoso viaje desde Montevideo.
Pero despues del susto y la reserva con una importante dosis de suerte de
los pasajes para regresar un dia antes de la elecciones presidenciales en
mi pais, arribamos holgados con el objetivo de recorrer los pocos negocios
relacionados con nuestra querida musica de culto que sobreviven en la gran
metropolis argentina. Tras calmar nuestros apetitos artisticos en el correr
de toda una jornada previa al concierto, al caer la noche del viernes 26 de
noviembre, llegamos por fin al recinto prefijado para tan magno
espectaculo.
Con las localidades casi colmadas y rodeados de una discreta puesta en
escena, los primeros acordes del viejo tema "Higher Circles", prometian
entregarnos un programa bastante global de su dilatada carrera. Dos piezas
impresionantes incluidas en "The Masquerade Overture" ("Paintbox" y
"Guardian Of My Soul") mas la sonrisa aprobatoria de mi esposa,
demostrarian el nivel instrumental de la banda en la ejecucion de
complicadas texturas armonicas, antes de un inesperado set acustico. Alli
la emocion se apodero definitivamente de nosotros, sorprendidos por la
sensible interpretacion vocal de Barrett, fielmente secundado por el
bajista Peter Gee blandiendo una segunda guitarra y la circunstancial
intervencion de Clive Nolan en teclados, durante la delicada ejecucion de
"And We'll Go Hunting Deer" y "King Of The Castle". Pero el viaje magico
parecia no tener fin, descollando sobre un vastisimo repertorio el
acoplamiento con "The Voyager" y la fuerza epica alcanzada por "The Last
Man On Earth", perteneciente a "The Window Of Life".
El sencillo "Red Shoes" atraparia decididamente a los espectadores,
adelantando un final prodigioso con "Masters Of Illusion", donde la viola
electrica de Nick Barrett nos puso la piel de gallina. Aunque la banda
regresaria ovacionada por el publico en dos oportunidades, cerrando todavia
con un grado mayor de emotividad su recital, gracias al apasionado "Am I
Really Losing You?".
Un taxi nos llevaria de regreso al hotel, mientras coincidiamos con mi
companiera en varias apreciaciones sobre el fantastico evento, sin dejar
escapar ni una sola melodia de nuestras mentes hasta que nos vencio el
suenio.
Al dia siguiente en la disqueria Big Bear, otra jornada no menos
conmovedora tendria lugar durante la prometida firma de autografos. Alli
conocimos a cuatro personas realmente encantadoras, con las que
intercambiamos algunas frases titubeantes, ademas de lograr sus valiosas
firmas en un par de discos adquiridos con anterioridad.
Tal vez el comentario en terminos generales parezca exagerado, pero puedo
jurarles que nada de lo expuesto aqui escapa de mis sentimientos
verdaderos.
Marcelo Rey
Montevideo - URUGUAY
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