Temas
- C’Pas Fin du Monde
- Le Kareme d’Eros
- J’un Oeil
- Algebrique
- Potage aux Herbes Douteuses
Integrantes
- Rejean Yacola: teclados, percusion, voz
- Martin Murray: teclados, saxo, percusion, voz
- Caroll Berrard: guitarras, percusion, voz
- Pierre Hebert: bajo, percusion, voz
- Gilles Chiasson: bateria, percusion, voz
Sloche fue un ensamble quebequense de breve pero impresionante trayectoria.
Su estilo progresivo va inclinado hacia las pautas cadenciosas y
sofisticadas del jazz fusion, incorporando una buena dosis de sinfonismo
como para darle un aire decidido de exquisitez al sonido grupal. Esta
tendencia sinfonica viene oportunamente realzada por la presencia de dos
tecladistas, quienes interactuan de una manera orquestada, con precision y
elegancia; pero queda claro ante todo que el jazz fusion es la vertiente
mayoritaria en el sonido de Sloche, y para ello se pone especial enfasis en
la elaboracion de una seccion ritmica con una presencia bastante poderosa,
bastante llamatvia dentro de la produccion de sonido.
La linea musical de Sloche encuentra muchos paralelos con lo que venian
haciendo sus compatriotas de Et Cetera, y a lo que poco despues harian
Maneige a partir de su tercer disco. Los sofisticados juegos de sincopas y
contrapuntos de Gentle Giant, los intensos coloridos de Weather Report y
Return to Forever, y en menor medida, aunque tambien de forma notoria, la
solvencia sinfonica de un Genesis y un Yes, conforman las pautas principales
de influencia en la conformarcion del sonido propio de Sloche. El empleo de
vocalizaciones ayuda a crear un cierto aire de jovialidad en el repertorio.
El trabajo de composicion es bastante inspirado, aunque no tan “abundante”:
la mayor riqueza en el estilo de Sloche reside en su constante ingenio para
recrear arreglos atractivos para sus composiciones.
El tema que abre el disco pone las cartas de la banda sobre la mesa: tras
una introduccion cosmica a duo de sintetizadores, se explaya un jam fusion
lleno de vigor y jovialidad, contagiante, con momentos de claro lucimiento
personal, pero ante todo, una compenetracion grupal bien afiatada, tanto en
los juegos melodicos tramados por el guitarrista y los dos tecladistas, como
en la seccion ritmica, y tambien el modo en que ambas vertientes unen
fuerzas en la ejecucion. El segundo tema, La Kareme d’Eros, tiene un tono un
tanto mas solemne, anunciada desde el largo pasaje inicial, un solo de piano
de cola elaborado sobre lineas academicas: una vez que el grupo entra en
bloque, aborda un motivo melodico moderadamente grave, el mismo que
encuentra un oportuno contraste en el caracter farsesco de los pasajes
vocales. El tema que titula al disco alterna motivos contrapuntisticos a lo
Gentle Giant con otros pasajes sinfonicos delicados y entusiastas a la vez,
casi recordandonos a Yes; la influencia del Gigante Gentil se hace mas
patente en el siguiente tema, Algebrique. El tema de cierre regresa
frontalmente a la fusion, estableciendo claros devaneos con el funky, e
intercalando algunos pasajes serenos e introspectivos, a los cuales los
arreglos corales le dan un cierto tono fastuoso.
En suma, un disco exquisito, de fina hechura, lleno de vibraciones
positivas: recomendable para todos los fans progresivos con un gusto
jazzero, y en general, para aquellos que saben valorar el empleo osado de la
melodia.
Cesar Mendoza
|